Epílogo

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Tres chicos. Un rubio, un castaño y un pelinegro estaban sentados tomado una refrescante bebida en Arno's Cafee. Todos sentían que sus vidas cambiarían a partir del día siguiente. De cierto modo estaban ansiosos y nerviosos, pero también felices.

El local estaba vacío, a excepción del camarero que los atendía. El castaño miraba el reloj cada cinco segundos y se retorcía en su asiento.

—Creo que se han demorado mucho. —comentó este.

Joshua quiso tranquilizarlo de algún modo pero no hizo nada. Tanto el como Jackson y Logan estaban en la misma situación. No podía tranquilizar a nadie cuando él era un kilo de nervios.

El rubio, que era el más calmado de los tres, se terminó su bebida y pidió otra más. Esbozando una sonrisa hacia sus amigos declaró:

—Todavía son las 9: 15 pm. Creo que es mejor así, mientras se demoran, más tiempo tenemos para charlar entre nosotros.

—Tienes razón. —admitió el pelinegro.

—Bien y ¿de qué hablamos? —cuestionó Logan con gesto agrio.

—A menos que quieras hablar de la batería Logan —acentuó Joshua—, hablemos del motivo de nuestro nerviosismo. Ellas.

«Ellas. Ellas. Ellas» Pensaron los tres y luego se arrepintieron de ello. 

—¿Estás seguro que eso va a arreglar el nudo que tengo en el estómago? —preguntó el rubio y todos estallaron a carcajadas.

—Estoy seguro de que no será peor que la vez en que te pusiste celoso con los tres hermanos Scott por estar junto ha Sasha todo el día en el evangelismo. —se mofó el castaño y el pelinegro se le unió.

Jackson recordó esa escena de hace un año atrás y se le erizó la piel. Imaginar a esos chicos todo el día cumpliendo los caprichos de su muñeca no le gustaba nada. Sólo él podía cumplir o no sus caprichos. Sólo él.

—Y que tal tú Logan —contraatacó—, cuando Suely te negoció una batería propia y dejaste ir la oportunidad de tus manos porque estabas celoso de ese chico que se la ofertó —Joshua rió divertido— Por lo que se, se pasó dos semanas sin hablarte.

—El chico estaba tras de ella. Además el podría haber negociado conmigo que soy el baterista, ¡no con mi novia! —se defendió, estando algo indignado.

—No me digas. Ya sabes que Suely es mucho mejor que tú para los negocios. —continuó el rubio riéndose— Y tú lo arruinaste todo.

Logan se había pasado, era verdad.  Y él lo admitió y pidió perdón. Su Rojita era demasiado linda y llamativa, era obvio que muchos querían hacerle competencia. Pero aquellos no sabían que esa pareja que antes era incompatible, Dios había vuelto compatible.

Las carcajadas se oían fuera del local. Recordar lo que había pasado en esos dos años fue muy divertido. En los últimos tiempos todo vivieron momentos felices, como cuando el padre de Joshua asistió a la iglesia o cuando Logan predicó por primera vez —hecho que le encantó y fue muy poderoso—. También hubieron momentos tristes y tribulación en sus vidas espirituales, pero hoy están aquí, con su casa bien fundada sobre la roca. 

—Nuestras chicas son las mejores. —dijo Jack.

—Bendiciones de Dios —añadió el castaño—, todos los días le agradezco por Suely. —sonrió— Todavía recuerdo nuestro primer beso. ¿Chicos recuerdan mi cara?

Claro que sí. Como iban a olvidar a Logan y sus ojotes bien abiertos la vez que la pelirroja lo besó de improvisto.

—Ahora que lo pienso, todas ellas nos besaron primero. —dijo Logan.

The Sons of the King  [Novela Cristiana] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora