#39

187 66 28
                                    

P. O. V  Logan

—¡Maldita máquina! —grité.

La camioneta se había detenido en mitad del camino. Estaba perdido en la carretera con unos cuantos chicos medio colgados a sólo pocas horas del mediodía.

«Genial» pensé. «Preferiría estar en la iglesia ahora mismo». Me sorprendí de mi propio pensamiento, pero al analizarlo me di cuenta de que era cierto. No quería estar tirado en la calle, no quería drogarme, no quería muchas cosas; pero no hacía nada para cambiarlas.

Prendí un cigarro y me lo fumé lentamente. Quería que durara más la sensación de bienestar cuando el humo llegaba a mis pulmones pero era imposible. Nada salía como quería en esta cochina vida.

Antes de que Damian me ofreciera un poco de droga, pensé en mi pelirroja. ¿Cómo estaría? ¿Qué estaría haciendo? No pude evitar pensar en mis amigos, ellos si eran amigos reales, no esos drogadictos de aquí, lo curioso e irónico es que mi lugar es con esos drogadictos y no con los cristianos.

Entré a la camioneta. Basta ya de tanto pensamiento bobo. Seguramente todos ellos estaban mejor que yo. 

—Wow, el mismísimo Logan nos acompaña a la fiesta. Que bueno que tú no te volviste un religioso como tus amigos. —comentó Damian y los demás le apoyaron.

Ese estúpido comentario me molestó. Y me molestó mucho.

—Debo admitir que por un momento pensé que lo harías. Siempre estabas con ellos y incluso fuiste a un culto una vez. —prosiguió con una risilla de mal gusto, sin darse cuenta de que no me agradaba nada lo que hablaba— A las chicas por poco les da un ataque al corazón, todas querían que Logan Starlin les prestara atención aunque sea por una noche. Que bueno que no te volviste un bobo como Jackson...—tragué duro y respiré profundo para no cometer una locura más— ¡Ja!, siempre quise echarme a alguna de tus amigas, cualquiera podría ser, Daniela, Sasha o Suely, todas están buenísimas...

Ya no aguanté y le di un puñetazo en la cara con todas mis fuerzas. Nadie hablaba de mis amigos de esa forma. Lo saqué de la camioneta y lo acorralé.

—Te dejaré claro dos cosas. Una. Yo no soy un maldito sexo servidor para darle atención a ninguna chica. Y Dos. De mis amigos no hables nunca más o te volveré a partir esa gran nariz que tienes. —le solté— Y quedate con tu maldita droga. Ya no la quiero.

Salí de allí y comencé a caminar por la carretera. No tenía noción ni hacia donde iba. Amenazaba con llover pero no me importaba en absoluto. Solo importaba mi dolor, un dolor que es real y aunque intente huir de el, no puedo. ¿Por qué mi vida tenía que ser así?¿Por qué no lograba cambiar?

Yo lo había intentado. Intente no beber más, pero el vicio fue más fuerte que yo. Intenté dejar de drogarme pero cada vez que me sentía mal corría a sus brazos de nuevo. Intente amar a Suely y fracasé. Ni siquiera podía amarme a mi mismo.

Quise llorar. Ya no me importaba si me veían o no.

—Si es verdad que existes entonces dame una señal. Si es verdad que me amas, entonces ten misericordia de mi. Por favor.

Tuve una esperanza y aunque fue mínima, era suficiente como para levantarme del fango. Clamé a Dios porque ya no podía más. Tal vez era verdad lo que Joshua dijo desde el primer día. Tal vez soy yo el que esta corriendo contrario a él.

Entonces fue cuando recibí un mensaje. Saqué el celular sin deseos y me fijé que era Suely:

                  ¹ Hola Logan,: ) ¿dónde estás? Los chicos y yo estamos en tu casa y tu padre nos dijo que no estabas allí. Ven, te estamos esperando.

The Sons of the King  [Novela Cristiana] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora