Capítulo 02

521 101 10
                                    

D A N I E L A 🌌🎙️

Sentí mi teléfono vibrar.

Era Logan.

¿Dónde rayos se metieron?

Deje de bailar, y me acerqué a la barra. Suely estaba allí, hablando con el cantinero, de negocios seguro.

Estamos relajándonos. Te aconsejo hacer lo mismo y dejar el trabajo de guarda espaldas de una vez. Chauu.

Respondí. Y apagué el teléfono. Logan aveces se ponía muy intenso. ¿Qué no tenía chicas de las que aprovecharse?

—¡Hey cantinero!, necesito un licor de menta ya.

Una vez que lo trajo. La pelirroja y yo nos tomamos una copa y luego fuimos a bailar.

Escuché sus risa invadir mis oídos y los de todos en el bar. Las personas dejaban lo que estaban haciendo para mirarnos.

—Sigues apestando —dijo.

Hice una mueca de disgusto. Y acerqué nuevamente la botella de licor de menta y me di un trago.

—Seguro que ahora si que tengo un aliento a mentol —afirme y le di para que tomara.

—Aún no me convences, creo que el olor a coñac no se te quita con nada. Apestas.

—Oye, soy yo o esta escena la he vivido antes —cuestioné.

—¡Cuando nos reencontramos! —dio un salto como una niña y me regalo esa sonrisa que tanto me ayudaba en los días malos.

Tener una amiga verdadera es tener un tesoro.

~Flashback~

Yo siempre he tenido problemas para los comienzos, en todo tipos de situaciones, por eso cuando llegué de nueva al internado me comporté feo con todos a mi alrededor.

Estaba desesperada y dolida.

No soy esa chica que aplasta a los demás solo porque sí, de las películas. No engreída, ni tengo una autoestima muy alta. Soy temeraria pero no soy una bestia cruel. 

Quería llorar, pero no me lo permitía.

Me prometí a mi misma que si algún día tenía un hijo, lo amaría y daría mi vida por el si fuese necesario. Eso es lo que se espera de un padre que te ama.

Pero era un sueño que jamás me ocurriría como hija.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó  una chica pelirroja a mi lado.

Era Suely, quien me miraba con una cara de asombro. Yo estaba bebiendo en la azotea. Para ese tiempo ya llevaba 3 días en el internado. La azotea fue como un refugió y compartía mis penas junto con las estrellas.

—¿Qué te importa? ¿Eh? —espeté furiosa— Eres policia, profesora ¿Quién eres? No eres nadie, así que vete —ordené sin saber que ella era la que ordenaba.

Ella se tapó la nariz por unos segundos y hizo una mueca de asco.

—Apestas —dijo al fin.

—¿Y qué? —respondí—, ya te dije que te fueras —le grité.

—Llevas bebiendo aquí desde ayer —me recordó—, y si te atrapan te castigaran muy fuerte. Así es con los nuevos que no se adaptan y causan problemas.

Me puse de pie o mejor dicho, intenté ponerme de pie pero tuve que me aguantarme del muro de enfrente.

La miré a los ojos. Éramos del mismo tamaño. Intenté intimidar la, pero sus ojos azules me mostraban que no tenía miedo.

The Sons of the King  [Novela Cristiana] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora