The Sons of the King [Novela Cristiana] (Editando)

#34

                           Dedicado a joca_luz_02

P. O. V  Logan

—¿Qué es lo que quieres Logan? Mas te vale que sea importante. —bociferó con cara enojada la peliroja mientras bajaba las escaleras— Mañana nos vamos a acampar y no me quiero irme a la cama tarde.

Sonreí. Amaba su carácter. Pero quería derretir un poco ese muro de hielo que nos separaba.

—Lo sé bien. —la tomé de la mano— Te quiero llevar a un lugar especial esta noche.

—Espera Logan.

Se soltó de mi agarre y me dio una mirada amenazante que me decía que no estaba segura de salir conmigo.

—Sue, no te haré daño. —la miré con ternura y pude advertir que se relajaba un poco— Sé que no confías en mi. He sido un mal chico, lo sé. Pero estoy intentando cambiar. Por favor, ven.

Su mirada me hablaba de muchas cosas y no supe descifrar si estaba pensativa o incrédula. Solo sé que luego me dio la aprobación.

—Vale. —dijo y sonrió.

Tomó mi mano y salimos de el internado burlando la seguridad como hemos hecho siempre. Suely no soltó mi mano en ningún segundo, se aferró a ella con fuerza, y mi corazón estaba contento. No sé explicar como, pero en medio de toda esta porquería de vida que llevo, Suely era un bálsamo para mis heridas, aunque solo me ignorara, la amaba de verdad.

Yo llevaba un linterna conmigo, pero sin necesidad porque la increíble luna llena estaba en lo alto y iluminaba muy bien el camino. Era un camino que siempre tomábamos porque no había tantos  árboles.

—Logaaaan —susurró. Se detuvo y abrió los ojos como platos—, ¿Qué ha sido eso?

También oí algo extraño. Pero en este bosque no hay animales salvajes. Al menos yo nunca he visto uno. Nos quedamos en silencio unos segundos y luego volvió a emitirse el mismo ruido. La pelirroja saltó sobre mí y me abrazó. Me quedé desconcertado, si antes me agarraba con fuerza, ahora lo hacia más aún.

—Tranquila, tranquila —acaricié su cabello con ternura. Ella estaba temblando—, no era nada. Tal vez era solo un conejito. ¿Ves?, todo está calmado ahora.

Sus ojos cristalizados me miraron. Con el reflejo de la luna brillaban como dos estrellitas. Limpie sus lágrimas y acaricié su mejilla sin dejar de abrazarla con mi brazo izquierdo. Ella me miró confusa y algo nerviosa, la observé detenidamente y me quedé embobecido, que digo embobecido. ¡Parecía un imbécil!

Esta es una de esas escenas que son perfectas para un beso ¿verdad?.

Pero yo no me atreví.

Y tal vez me iba a arrepentir más tarde pero tenía miedo de que huyera de mi. Y si eso llegara a suceder no sé si puedo resistir. Me siento triste y jodido. Estoy quebrado por dentro ¿qué puedo hacer? Buscar a Jesús, no creo que pueda hacerlo. Ese nazareno del que tanto hablan mis amigos es difícil de alcanzar. Siento que solo me hundo y que camino por un sendero oscuro que no tiene salida.

Por otro lado estaba ella. «La chica que amo» nunca pensé que el amor fuera para mí y aveces, lo sigo pensando. Ya no aguanto más, estoy cansado de disimular y no quiero perderla. Estoy jodido. Aveces quisiera maldecir la hora en la que me enamoré, pero no lo recuerdo. Creo que siempre lo estuve.

El momento mágico se rompió. Ella se alejó y luego hizo como si esa conexión que tuvimos por segundos nunca hubiese ocurrido. Si, efectivamente me arrepentí de no aprovechar la oportunidad.