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P. O. V  Suely

No estoy segura de qué paso, solo sé que abrí mis ojos estando completamente aturdida y con un terrible dolor de cabeza. Tenía ganas de llorar aunque no hubiese motivo.  Todo mi cuerpo se sentía pesado y unas de mis manos estaba sudada, allí sentí la presión de la mano de otra persona.

— Logan.—intenté decir pero no estoy segura de si lo oyó o no, quizás simplemente no dije su nombre nunca y todo fue parte de mi imaginación, pero no; yo estaba en el hospital, un chico estaba en la habitación, estaba dormido en la silla de al lado y su mano sobre la mía. Mis fuerzas estaban al límite y aún así logré apretar su mano.

El castaño alzó la cabeza y si, era efectivamente él. Mi mente no estaba como para pensar en porque el estaría aquí, tomando de mi mano con tanta fuerza como en las pelis. Pero a pesar de estar ofuscada, mi cabeza funcionaba lo perfectamente bien como para pensar en que la escena que mis ojos estaban viendo era recíproca a lo que estoy acostumbrada cuando Logan esta a mi lado.

Su rostro evidentemente cansado se iluminó al verme. Dio un salto y me abrazó, diciendo estupideses y cosas empalagosas que en fin, no escuché muy bien. Hice un gesto de dolor que bastó para que inmediatamente se percatara de que con tantos abrazos y besos me lastimaba y se alejó un poco disculpándose por su actitud acaparadora hacia mi.

Y debo confesar de que a pesar de eso tuve tanta felicidad de verlo como ganas de pegarle porque me dolía casi todo el cuerpo, sobretodo la cabeza y el me había lastimado dándome  tanta.., digamos, "atención".

Solo fue cuestión de tiempo para que la sala se llenara de médicos por todos lados. Sacaron a Logan de allí a empujones. Comenzaron a examinarme y a asecharme a preguntas. Respondí todo y me trajeron algo de comida a la habitación, exactamente eso necesitaba, comer me daría fuerzas.

Comencé a devorar los alimentos y ellos se quedaron mirando cada uno de mis gestos. Lo oía susurrar algunas que otras cosas en su lenguaje extraño, cosas que obviamente no pude descifrar pero por lo menos tenía una idea.

— No estoy mal de la cabeza.—espeté dejando de lado la comida por un momento.

— Ya te estamos observando, es raro—dijo el más viejo, el que parecía ser el jefe—, pero realmente parece que no te quedaron secuelas del accidente.

«Accidente» un pitido en mi cabeza hizo que dejara caer la comida al suelo y que me doblara del dolor. Me vino una especie de flashback a la cabeza sobre el accidente, ví a Joshua, me ví corriendo desconsolada y gritando como una loca a Dios, luego un golpe, después... Una luz brillante, como nunca antes había visto y oí una voz fuerte que hablaba conmigo. ¿Qué era eso?. Una parte de mi quería recordar todo pero dolor se intensificaba y no podía detenerlo, sentía un zumbido en mi oído y a lo médicos corriendo por todos lados. Uno de ellos me sostuvo y como si me sacara del mundo de mi cabeza en ese momento milagrosamente el dolor se fue y se llevó las imágenes con el.

— Señorita Britt, ¿que fue eso? ¿Se siente bien?— preguntó alarmado uno de ellos.

— No lo sé, fue como un recuerdo del accidente.—respondí bastante confundida.

— Ya ven porque debemos no podemos guiarnos por como se ve, rápido una tomografía cerebral.—ordenó el jefe.

Todos se pusieron en marcha. Tomaron una silla de ruedas y me trasladaron hasta la sala donde me harían la tomografía. Mi corazón comenzaba a temer, yo me sentía bien, pero eso que sucedió hace unos minutos me preocupaba, a quién oí, qué fue lo que ví. Necesitaba averiguarlo con urgencia.

Las misteriosas ganas de llorar seguían persiguiéndome. Por otra parte detestaba el hospital,  y mucho menos sufrir de alguna secuela debido al accidente. Era extraño, yo estaba rara, algo en mi me decía que estaría bien y si eso era así, solo puedo darle gracias a Dios.

The Sons of the King  [Novela Cristiana] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora