Capítulo 03

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D A N I E L A   🌌🎙️

Toda acción tiene su reacción, ¿recuerdan?

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó la mujer castaña.

Era Susan, la directora. Siempre me he preguntado qué hizo para que la mandaran a este fin del mundo con chicos como nosotros. Si fuera ella ya me hubiese suicidado.

La palabra justa para describirla es: paciencia, sino ¿cómo es capaz de soportar todo lo que sucede y todo lo que hacemos a diario? 

Por ello, la admiraba en mi interior. A pesar de su corta edad sabía lidiar con todos estos jóvenes problemáticos, de los cuales yo soy la primera.

¡Por Dios! ¡Ya conocía esta habitación de memoria!

—Lo siento —fue lo único que pude decir.

Estaba avergonzada. Esa era la reacción a mi acción.

Normalmente yo gritara y me portara mal con cualquier otra persona, pero no era posible con ella. Es
Ra la única persona que veía algo bueno en mí, y de cierto modo, me gustaba que me vieran como algo más que una rebelde niña inconstante, a pesar de que es cruda realidad, pero lo es.

—Que lo sientas no va a remediarlo Daniela —me reprendió y fruncí el ceño.

Me puse en su lugar por un momento y pude entender que yo era un quebradero de cabeza para ella. La respetaba, sí. Ella también lo hacía conmigo.

—Solo sáqueme de aquí —espeté—, de cualquier forma solo soy una molestia para usted.

—¿Eso es lo que realmente quieres? —preguntó— piénsalo bien y dime ¿que te eche de aquí va a ayudarte en algo?

Esa pregunta resonó en mi cabeza una y otra vez. ¿Eso me ayudaría? No, no creo que nada me ayude. Cierro los ojos y todo seguirá siendo igual. Nada cambia conmigo, ese parecía ser mi podrido destino.

—No puedo dejar impune tus faltas —declaró—, pintar a una profesora de verde es demasiado. ¡Tú eres muy problemática chica!

—Ella se lo buscó —dije sin pensarlo bien e inmediatamente terminé arrepentida ante su imponente mirada.

—Tú también te has buscado un gran castigo. Por esto, por la vez utilizaste la peluca de tu compañera para limpiar el suelo, y no se me olvida la terrible broma de hacer grafiti en la parte trasera de la escuela —dijo intentando no alterarse demasiado. Pero era imposible.

—¡Se veía mejor!

—¡Dibujaste una hoja de marihuana gigante!

No pude evitar soltar una risita al recordarlo, pero rápidamente Susan me envió una mirada que me hizo apretar mis labios con fuerza y bajar la cabeza.

—Daniela, sé que lo que has vivido no ha sido fácil —me acarició la mejilla con cariño—. Te ruego que no sigas comportándote así, porque sólo te hacen daño a ti misma. Hazlo por tu bien.

—Directora, yo soy así. No tengo remedio.

—No seré condescendiente contigo Dani —sentenció—. Uno de tus castigos será limpiar tu salón de clases por una semana, y el otro no lo consideres castigo, sino regalo. Tendrás un tutor querida.

—¿Qué? —abrí los ojos como platos.

Limpiar no era difícil. ¿Pero un tutor? No. No tengo por qué aguantar eso.

—No te atrevas a decir ni una palabra, ¡ni siquiera pienses en protestar! —me recalcó y yo asentí por el momento—. Tus notas son malísimas y debes graduarte. Ya he asignado a alguien para que te ayude. ¡Y más te vale tratarlo bien!

The Sons of the King  [Novela Cristiana] (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora