TERRA ━━ takami keigo

capítulo veintitrés

— ¿Qué?

  El silencio comenzó a expandirse hasta incomodar a los presentes, la brisa veraniega revolotea tus cabellos con fuerza logrando que tu rostro se cubriera, tu mano se movió para separar tus cabellos de tu rostro mientras tragaba en seco, tu mirada se había alejado de Kai. Lo último que querías sabes ahora es que habías hecho un mal trabajo ocultando tu identidad, por lo que ahora mismo no sabias que decir al respecto.

  El joven fotógrafo de veinticuatro años siguió observando tu rostro de manera acusadora, pero de lo que no se había percatado es que simplemente palideció por completo, no respondías lo que él te había preguntado y tu silencio deseaba mucho de que hablar.

— Terra gracias por la captura, pero ahora necesitamos hablar con él— un oficial de policía se había acercado a ambos interrumpiendo la conversación, mientras que una mano se acercaba a tu hombro en señal de amistad.

  El entrecejo de Kai comenzaba fruncirse a cada segundo, lo que significaba que el estaba dispuesto a exclamar y no le importaría si alguien estuviera en el lugar, él quería respuestas. Tus ojos se dirigieron sobre los ojos e Kai, quien estaba molesto por no escuchar nada más de tu parte, mientras que el oficial estaba acercándose a él a paso lento, esperabas que tampoco hubiera logrado escuchar lo que acababa de decir Kai.

— Lamento decepcionarlo oficial, pero un tema importante de que hablar con él— tus palabras salieron con rapidez, tomando por sopresa al oficial quien se dirigió hacia ti—. Se los enviaré después.

  Tu mano se dirigió al antebrazo de Kai, una granparte de concreto se desprendió del suelo junto con él, mientras que tu intentabas buscar algún lugar en solitario con tus ojos. Sabias que el oficial estaría totalmente enojado con las acciones que habías tomado y por haber huido con el principal testigo.

— ¿¡Que demonios haces?!— Kai trató de soltar tu agarre de su antebrazo, pero no lo logró—. ¡Te exijo que me bajes de aquí!

  Una vez que lograste observar un callejón apartado y vacío, sabias que allí nadie los molestaría. Por que bajaste en aquel lugar junto con Kai. Cuando tus pies tocaron el suelo sentiste como es que el aire había abandonado tus pulmones y un gran pánico te atacó sin control.

— ¿Por qué no me lo habías dicho?— preguntó, alejándose unos centímetros de ti.

— Kai— bajaste la mirada llena de culpa, tus manos se alzaron hacia el cielo, creando una pared allí y una frente a ustedes.

  Tus manos se acercaron a tu antifaz retirandolo de un jalón, los ojos de Kai se cerraron por completo una vez que tu rostro estaba al descubierto. Nunca llegaste a pensar que él se percatara demasiado temprano, pero incluso sabías que tu secreto no era eterno.

— Puta madre.

  Kai tomó sus cabellos con frustración mientras que pequeñas lágrimas sobresalían de sus ojos, la amistad que tenían de años estaba pendiendo de un hilo.

— Lo siento, de verdad no quería esto...

— ¡Eres una maldita egoísta!— exclamó lleno de colera—. ¡Todos estos putos años creyendo que tus sueños se habían destrozado!

— Kai yo...

— ¡Callate!— te señaló, pero después un suspiró sobresalió de sus labios—. Yo te conozco desde la preparatoria (T/N), aunque no estábamos en la misma. Tu sabías que siempre nos veíamos todos los días. ¡Desde los quince años!

— Yo lo sé pero no quise...

— ¿¡No quisiste qué?!

— ¡Yo no quería que salieras herido por mi culpa!

— Pues entonces hiciste un buen trabajo— formuló con una risa sarcástica— porque tu lo acabas de hacer, acabas de hacerme daño. Por el simple hecho de no haber confiado en mí, mientras que yo confiaba a ciegas en ti.

— ¡Lo lamento!— tu frustración aumento a cada segundo— No quería que esto terminara así, yo te quiero mucho, eres como mi hermano. No quiero que esto termine así.

  Kai bajó su mirada al suelo tratando de calmar su desesperación y molestia acumuladas, observó sus manos y solo las presiono tratando de no enfadarse aún más. Aunque no quería pequeñas lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas, tu eras su mejor amiga, la persona que logró ve como es que mejoraba con el tiempo, nunca te oculto nada y el simple hecho de que le ocultarte tu identidad, destruyo toda la confianza que el tenía en ti.

— ¿Ahora qué?— su mirada regresó a tus orbes azules—. ¿Esperas que te perdoné?

— No lo sé— bajaste la mirada—. Yo solo quería que estuvieras bien, que no te preocuparas por mi.

— Fuiste una egoísta, guardaste el secreto para ti misma cuando sabías que yo podía ayudarte en algo— su rostro provocó que algo se resolviera dentro de ti, algo que no querías sentir—. ¿Hasta cuándo pensabas decírmelo?

— Hasta cuando estuviera preparada— afirmaste, lo que aumentó su molestia.

— No se que hacer contigo (T/N)— giró su mirada—. Pero por ahora, no me hables, no me busques.

  El joven se dio media vuelta tratando de encontrar una salida para el pequeño espacio que habías creado.

— Kai... espera.

— ¡Ah!— se giró a ti—. Por cierto, estas despedida.

  Tomaste tu antifaz con molestia, no podías hacer nada al respecto. Esto lo habías provocado tu misma, quizás debías de haber depositado más confianza en la persona que siempre te ánimo en estos años.

  Kai subió uno de los muros que habias creado, para después bajar de allí sin mirar atrás.

— Lo siento...