TERRA ━━ takami keigo

capítulo veinticuatro

— ¿Estas bien cielo?

  Unos cabellos pelirrojos se acercaron a través de la puerta de tu entrada, justamente cuando estabas observando los papales de la agencia de tu padre. Tu mirada a simple vista expresaba tristeza, algo que a tu madre no le agradó mucho.

  No le habías contado a tus padres acerca de Kai, debido a que ese era problema tuyo y no de ellos. Lo menos que querías ahora es que uno de ellos te recalcara que era mejor no tener amigos, para evitar todo este tipo de situaciones.

— Si, mamá— no le dirigiste la mirada, debido a que de esa forma se enteraría que sucedió algo.

  Como lo había dicho Kai, él no volvió a dirigirte la palabra durante este tiempo. Ya habían pasado aproximadamente una semana desde aquel accidente, no fuiste a trabajar como modelo debido a que Kai te despidió. Él no era el único fotógrafo en todo Japón, otras agencias también querían que modelaras para ellos, pero como siempre nunca aceptabas.

— Sabes que puedes confiar en mi ¿cierto?— se acercó hasta quedar a tu lado, cuando tus ojos observaron su expresión de reojo, te habías percatado que casi sin darte cuenta estabas preocupando a tus padres.

— Es solo que he tenido malos días— tus manos se acercaron a tu rostro con impaciencia, tratando de calmar tu frustración.

  Savvanah sabía acerca del accidente en el cual se vio envuelto Kai, estaba alegre de que al menos todo saliera bien para ambos. Al menos eso fue lo que los periodistas habían afirmado, detrás de esa nota periodista, ambos estaban devastados por la amistad de tantos años que se había terminado..

— Todos tenemos días malos cariño— la pelirroja tomó tus hombros con afecto—. Deberíamos dejar de pensar en ellos y concentrarnos en el presente, a veces no es bueno llorar cuando tienes un gran futuro por delante.

  Los orbes azules de ambas se habían dirigido hacia la puerta que se mantenía frente a ambas, como si se tratara de un instinto. Justo cuando menos lo habías esperado, un hombre fornido de dos metros de altura y cabellos castaños con luces rubias, apareció frente a ambas junto a su característico semblante serio.

  Por lo que la tranquilidad que estaba por inundar el lugar habia desaparecido cuando el hombre entró a la habitación, tu mirada no logró seguir observando la figura de tu padre por lo que simplemente bajaste la mirada hacia tus papeles desordenados.

— ¿Que sucede?— tu madre observó aquellos filosos orbes en tonalidad verdosa del mencionado, sin ningún tipo de miedo.

— Voy a hablar con ella— formuló de manera segura, por lo que tu madre suspiró con fuerza.

  Cuando ustedes dos se encontraban solos en una habitación nada podría salir bien de allí, simplemente no podrías conversar bien con tu padre acerca de un tema en especial. Siempre tendrían sus diferencias y lo que menos le agradaba a tu madre es que se comportaran de esa manera, menos cuando ambos son familia.

— No Alexei, ella está estresada por el trabajo trabajo— negó Savvanah—. Lo que menos quiere, es discutir con alguien.

— Savvanah— la mirada del hombre reflejaba de decisión y seguridad.

  Alexei reconocía a la perfección las expresiones de su única hija, desde la última vez que te habia visto junto al fotógrafo se podía sentir la tensión entre ambos, todo esto debido a que unos camarógrafos habían grabando el momento en el que te habías llevado a Kai. Al principio creían que se trataba de un simple gesto entre colegas, pero el sabía perfectamente que no fue así.

  Como podía darse cuenta, su esposa no se había percatado de aquello y él no era el más indicado para decirlo.

— Solo déjame un momento a solas— pidió el mayor.

  Cuando la pelirroja se percató de sus expresiones, él no solía pedir cosas con gentileza. Por una vez Savvanah prefirió confiar en las palabras de su esposo, para dejarlos a ambos a solas. No sabía que tema hablaría contigo, pero al menos esperaba que te levantara los ánimos, al menos esperaba algo bueno de esto.

  Cuando la zapatillas de la héroe Crimson White dejaron de escucharse por la habitación, Alexei acercó su figura hasta quedar frente a tu escritorio cruzando sus brazos y observando atentamente tus acciones.

— Tu madre ya no está aquí, así que puedes decirme lo que en realidad está pasando— la voz de Alexei soñaba demandante e intimidante, como si no se tratara de una pregunta, sino de una orden.

  Te sentías aprisionada, deseé que eras joven siempre te esforzaste por tener las mejores calificaciones. Cada tiempo libre que tenías lo utilizaba para entrenar tu particularidad, todo esto para saciar las expectativas que tenía tu padre hacia ti. Todo esto ocasionó que tuvieras presión desde joven.

  Lo peor de todo es que él, lo hacía a espaldas de tu madre, por ende ella se sentía culpable de que desarrollarás ciertos ataques de ansiedad por estar bajo presión.

  Alexei nunca va a olvidar las cosas que el mismo ocasiono sobre ti, los problemas que ocasiono cuando tu particularidad había salido a la luz, las cosas que sucedieron por su culpa cuando el intento presionaste para mejorar tus poderes, todo lo que hizo en el pasado. Pero, ahora quería remediar lo que había hecho atrás, quería estar en paz con su familia.

— ¿Que necesitas?

  El tono de tu voz delató lo que sentías en verdad, tristeza.

— Él lo sabe ¿verdad?— afirmó Alexei.

    El héroe de sobrenombre Chaos, se mantuvo a la espera de una respuesta que obviamente el sabía.

— Ya lo sabes ¿no?— le diste una sonrisa amarga—. Mi mejor amigo sabe que le oculté mi identidad y no tolero que le mintiera de esa forma.

  El mayor frunció el entrecejo, cualquier persona tendría razones para hacer lo que hace pero, Kai era un caso especial. Él siempre te contaba absolutamente todo lo que te sucedía, te consiguió trabajo, te aumentó la popularidad,  te compró un nuevo celular.

  Todas las cosas que él ha hecho por ti, las veces en las que confío ciegamente en ti y el que le hubieras ocultado algo así, no lo hubiera soportado..

  Por eso estaba molesto.

— Tu harías lo mismo que el ¿no?— Alexei rascó su mejilla—. Alguien que es como un hermano para ti y tú simplemente le ocultaste algo cuando sabes que puedes confiar en él. Él se sintió devastado, ahora mismo estaba pensando en que hizo mal para que no le contarás. Supongo que el tambien quería ayudarte a cumplir tu sueño.

  Tus orbes subieron hacia el rostro de tu padre, el tenia razón.

— Quizás también tenías tus razones, pero su enojo lo cegó y no las escuchó— agregó—. Solo debes de buscar un momento adecuado para hablar con él, sino quiere escucharte nunca fue tu amigo.

  A pesar de que las ultimas palabras provocaron una sensación dolorosa en ti, sabias que era cierto.

— Gracias.

  Una sensación de calidez abordó el corazón del mayor, quien intentó sonreír.