❝A veces solo tienes que tener un poco de fe...
...literalmente❞
Faith Diggory, la hermana pequeña del popular Cedric Diggory, no es muy diferente a su hermano. Ambos aman el Quidditch, probablemente todos en la escuela alguna...
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Temprano en la mañana, Faith se despertó debido a que Hermione hacía mucho ruido mientras rebuscaba en su baúl, buscando un libro. La chica de cabello oscuro se sentó y bostezó. Todavía estaba cansada, como siempre por la mañana. El sol ya brillaba a través de las cortinas entreabiertas y los pájaros cantaban ruidosamente junto a la ventana.
—Lo siento, ¿te desperté? —Susurró Hermione, tratando de no hacer más ruido por las otras chicas que aún dormían.
—No, no lo hiciste, —dijo Faith rápidamente, no queriendo que Hermione se sintiera mal. Faith pasó las piernas por el borde de la cama y se dirigió al fregadero al otro lado de la habitación. Se echó un poco de agua en la cara para despertarla. Faith quería leer un poco de lo que había estado escribiendo ayer para comprobar si había cometido algún error. Sería un buen pasatiempo antes de comenzar el día con el desayuno y un montón de trabajo escolar. Faith agarró su bolso en el que pensó que había puesto su libro, pero después de investigar un poco, solo encontraron sus libros escolares. —Creo que dejé mi libro en la sala común, ayer, —le dijo Faith a Hermione frunciendo el ceño.
—Eso es posible, Harry y Ron también dejaron sus deberes, —asintió Hermione mientras levantaba la vista de su libro por una fracción de segundo. Faith asintió y rápidamente se puso algo de ropa antes de bajar corriendo las escaleras de los dormitorios a la sala común.
Cuando entró, vio, para su sorpresa, que Harry estaba sentado en la misma mesa en la que se sentaron ayer por la noche. Estaba escribiendo muy rápido en un pequeño trozo de pergamino y solo miró hacia arriba cuando escuchó pasos que se acercaban a la mesa.
—Hey, Faith, —la saludó un poco nerviosamente. Rápidamente dobló la carta y se puso de pie. La silla casi perdió el equilibrio debido a que se levantó tan rápido.
—Hola, Harry, —le respondió Faith. Harry vio a Faith caminar hacia él, haciendo que su respiración se detuviera por un segundo, pero luego se dio cuenta de que estaba recogiendo su libro. —¿Por que estas despierto tan temprano? —Faith le preguntó al hombre de cabello de color ébano. Metió un mechón de cabello detrás de la oreja mientras apretaba el libro contra su pecho.
—Estaba ... eh ... escribiendo una carta, —le dijo Harry suavemente a la chica. No le gustaba mentirle sobre las cartas, pero no podía simplemente decirle que el notorio Sirius Black es su padrino y que probablemente está de camino a verlo ahora mismo. A Harry le dolió cuando vio la mirada en los ojos de Faith ayer por la noche. Quería hacerlo bien, pero no estaba seguro de poder hacerlo todavía.
—No tienes que decirme a quién, es tu vida privada, no necesito saber todo eso, —Faith sonrió amablemente, que Harry devolvió con cuidado.
Entonces, un incómodo silencio se cernió en el aire. Harry quería entablar una conversación pero no sabía cómo. Ya podía sentir sus mejillas enrojecerse a un tono rojo carmesí. No tenía idea de lo que ella, sin querer, le estaba haciendo.
