❝A veces solo tienes que tener un poco de fe...
...literalmente❞
Faith Diggory, la hermana pequeña del popular Cedric Diggory, no es muy diferente a su hermano. Ambos aman el Quidditch, probablemente todos en la escuela alguna...
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Harry, Ron y Faith no perdieron tiempo en salir de la enfermería el lunes por la mañana. No podían esperar para finalmente caminar por el castillo de nuevo. Los tres finalmente pudieron disfrutar de los efectos secundarios de estar acostados en la enfermería durante dos noches, una de las cuales fue que todos fueron mucho más amables, y otra fue que Ron y Hermione finalmente volvieron a ser amigos.
Hermione les había informado a los tres sobre la pelea que Ginny tuvo con Dean. Se trataba del hecho de que se rió cuando Harry fue golpeado por la bludger. Eso hizo que Faith también quisiera decirle a Dean lo que pensaba, pero Harry la calmó simplemente dándole un beso y diciéndole que no debería pelear con nadie cuando acababa de salir de la enfermería.
—¿Así que crees que voy a rendirme?— Faith preguntó indignada mientras paseaban por el séptimo piso tomados de la mano, pasando junto a una pintura de trolls bailando en tutús.
—No, creo que ganarás, pero terminarás con diez huesos rotos de todos modos—dijo Harry mientras miraba con cariño a la chica.
Faith realmente no podía luchar contra eso, sabiendo que probablemente lo haría.
Los cuatro amigos pasaron junto a una niña pequeña que sostenía una pesada balanza de bronce. Cuando la niña los vio, sus ojos se abrieron como platos y los dejó caer al suelo, resonando con fuerza.
—¡No pasa nada! —Hermione sonrió dulcemente apresurándose a ayudar a la chica a levantarlos del suelo nuevamente.—. Mira... ¡Reparo! —Las escamas rotas fueron reparadas nuevamente, pero la niña no le agradeció y rápidamente se escapó.
—Te juro que se están haciendo más pequeños— murmuró Ron mientras observaba a la joven irse.
—¡Harry!— La voz de Luna de repente llamó detrás de ellos.
—¡Hola, Luna! —Harry sonrió.
—He ido a verte a la enfermería —dijo Luna mientras hurgaba en su bolso.— pero me han dichoque ya habías salido...
De su bolso, tomó una cebolla verde grande, un hongo manchado grande y una cantidad extraña de algo que parecía arena para gatos, y se lo dio todo a Ron para que lo sostuviera. Por fin, sacó un pequeño pergamino de su bolso y se lo entregó a Harry.
—Me han pedido quete dé esto.
Todos lo reconocieron como un mensaje de Dumbledore, probablemente para la próxima lección de Harry.
—Será esta noche — les dijo Harry a los otros tres.
—¡Te felicito por tu comentario del partido! —Ron felicitó a Luna. La había oído desde la enfermería. Tomó las cosas de las manos de Ron y las volvió a poner en su bolso.
—Te burlas de mí, ¿verdad?— preguntó Luna sinceramente.—Todos dicen que yo era terrible—ella no parecía estar muy afectada por el hecho de que todos dijeran eso.
