ciento cuarenta y tres

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No había tiempo para parar

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No había tiempo para parar. Pronto, todos estaban cubiertos por el agua, llenándose los ojos y la boca. Faith no podía respirar, pero trató de moverse para encontrar a Harry, para asegurarse de que estaba bien. De repente, el carro se tambaleó y volcó, arrojándolos a todos fuera. La mano de Faith encontró la de alguien y, aunque no pudo ver quién, supo que era Harry.

Todos cayeron por el aire, esperando un aterrizaje brusco en el suelo de roca, pero en cambio, escucharon a Hermione gritar algo y aterrizaron sin ningún dolor en las rocas.

—En-encantamiento del almohadón —tosió Hermione mientras Ron la ayudaba a ponerse de pie.

Faith abrió los ojos para ver a Harry justo a su lado, su mano todavía en la de ella. Se ayudaron mutuamente a ponerse de pie, escaneando inconscientemente el cuerpo del otro en busca de heridas, pero cuando no encontraron ninguna, revisaron a Ron y Hermione, pero se sorprendieron al verlos mirarlos como a ellos mismos. Hermione ya no tenía el gran cabello negro rizado y Ron estaba sin barba otra vez.

—¡La Perdición del Ladrón! — Griphook les dijo, levantándose de nuevo. —. ¡Elimina todosortilegio, todo ocultamiento mágico!

Faith era la única que aún estaba disfrazada.

—Bueno, entonces esto tampoco sirve más—, suspiró Faith, transformándose de nuevo en sí misma.

Harry parecía tener una mirada contenta en sus ojos al ver de nuevo el rostro familiar de su novia. Luego se volvió hacia Bogrod, que estaba sacudiendo la cabeza desconcertado al ver a los adolescentes.

—Necesitamos a Bogrod —dijo Griphook—. No podemos entrar en la cámara sin un duende deGringotts. ¡Y además precisamos los cachivaches!

—¡Imperio! — Harry usó la maldición sobre Bogrod por tercera vez ese día y Bogrod tenía una expresión vacía una vez más, completamente a voluntad de Harry. Mientras tanto, Ron recogió la bolsa de cuero con los cachivaches.

—¡Me parece que viene alguien, Harry! — dijo Hermione antes de apuntar su varita a la cascada —: ¡Protego!— El Encantamiento Escudo rompió la caída del agua y despejó un pasadizo para que pudieran caminar.

—Buena idea —dijo Harry—. ¡Ve tú delante, Griphook!

—Pero, ¿cómo vamos a salir de aquí?— Faith se preguntó mientras seguían rápidamente al duende hacia la oscuridad.

—Ya nos ocuparemos de eso a su debido momento — le dijo Harry, agarrando su mano, aunque sus palabras realmente no la consolaron. —. ¿Cuánto falta, Griphook?

—No mucho, Harry Potter, no mucho...

—No sabía que hablabas francés—, le susurró Harry a Faith, mientras vigilaba a Griphook. —A Travers.

—Yo no— sonrió Faith. —Es la única oración que sé; significa que no hablo francés.

Harry le sonrió, sus ojos centelleantes brillando a través de la oscuridad.

Faith | Harry James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora