Había llegado el momento de seguir con su tradición.
Celeste y sus amigos iban a viajar a algún pueblo. Ninguno tenía claro de a donde iría, solo buscarían en la web pueblos poco civilizados (lo mismo que hacían todos los años) y escogerían uno al...
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NARRA CELESTE GREY
Un grito inhumano resuena afuera de la residencia y me sobresalto, apenas puedo notar cuando Leandro me toma en brazos y me lleva junto a Ellias, estoy a punto de gritar por causa del miedo que recorre mis venas, pero Leandro tapa mi boca con una de sus manos y me hace una seña para que haga silencio, Ellias me abraza y ese gesto me tranquiliza, varios sonidos que no son normales estallan en las afueras de Miramar, luego siento que se acercan y el aire se vuelve más pesado, un golpe sordo suena en la puerta del apartamento y juro que veo un humo negro entrar por debajo de la puerta, pero desaparece casi tan rápido que por un momento creo que fue mi imaginación, pero no, la expresión de Leandro y Ellias me confirma que no lo imagine, por un momento todo es silencio, sin embargo el sonido que escuche por primera vez vuelve, justo afuera del apartamento, pero esta vez es menos terrorífico, el aire vuelve a la normalidad y todo se sume en un silencio abrumador.
Nos miramos asustados y pálidos, tenemos la misma pregunta en la cabeza.
¡¿QUE CARAJOS FUE ESO?!
El grito vuelve más terrorífico, nunca había escuchado tal sonido, Leandro se tensa y el abrazo de Ellias se aprieta, una alarma ensordecedora suena en todo el apartamento, la voz de Ginger suena por los altavoces, pero no suena asustada, supongo que la voz fue previamente grabada para cuando fuera necesario.
"No salgan de sus apartamentos y pónganse las mascarillas, esto no es un simulacro, repito, no es un simulacro"
Del techo caen tres mascarillas bastante modernas, se parecen mucho a las que utilizan en la película de avatar. Rápidamente nos ponemos las mascarillas y el humo no se tarda en llegar, es el mismo que vi hace unos momentos, pero ahora cambia de color, es extremadamente fascinante verlo, sin embargo, también me asusta, por unos momentos es rojo, pero después cambia a negro y luego es rojo otra vez, se desplaza en una lentitud abrumadora, poco a poco impregna la habitación, cuando toca nuestros cuerpos no pasa nada y es raro, supongo que solo afecta la respiración. Los sonidos siguen, pero son cada vez más bajos, como si algo los estuviera apagando, como si los estuviera debilitando. El humo desaparece casi de la nada, lentamente todo se sume en un silencio inquietante, nadie dice nada y mucho menos se mueve, la voz de Ginger vuelve a resonar en toda la habitación y la alarma se apaga.
"Estamos organizando todo para que vuelva a la normalidad, quédense tranquilos y no salgan de sus apartamentos, ya pueden quitarse las mascarillas, no lo olviden, no salgan de sus apartamentos"
Seguimos sin mover un solo dedo, el teléfono de la habitación suena y Leandro se levanta a contestar, habla por un momento y vuelve.
—¿Qué paso? — Es lo primero que pregunto.
—Era Ginger, nos preguntó como estábamos e hizo énfasis en que no saliéramos del apartamento, intente preguntarle que había pasado, pero ella evadió las preguntas y luego colgó. Ginger no se salvará del cuestionario mañana.
