Había llegado el momento de seguir con su tradición.
Celeste y sus amigos iban a viajar a algún pueblo. Ninguno tenía claro de a donde iría, solo buscarían en la web pueblos poco civilizados (lo mismo que hacían todos los años) y escogerían uno al...
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
NARRA DESCONOCIDO #1
—¡PAPÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ! — El grito se escucha afuera del cuartel, yo me encuentro en la sala de control de las cámaras, pero antes de siquiera notarlo he salido corriendo a la mayor velocidad a la puerta. Esa voz la reconocería en cualquier lugar del mundo a cualquier distancia, era mi pequeña, aunque no sabía que rayos hacia ella fuera de la residencia a esta hora.
El estruendo al abrir la puerta me permite ver qué sucede y primero localizo a Lessie, esta tirada en el suelo y se encoge lentamente sobre su cuerpo, no mueve su brazo y el miedo me atenaza las entrañas, hay un par de оттенкиs jodiendole la existencia y los dirigentes se acercan a ella como halcones a su presa, saco mi cuchillo sin importarme cuantas reglas este rompiendo, solo me importa proteger a Lessie. Corro hacia ella y sé que esta noche será una pequeña advertencia para el otro grupo y para mí de que nadie se mete con Lessie y de que nadie debe salir en determinadas horas o tendrá consecuencias y esta noche solo una será bien acatada.
NARRADOR OMNICIENTE
Una batalla campal se llevaba a cabo a las afueras de uno de los cuarteles más poderosos que poseía Nothing, en aquel cuartel se hacía justicia, se protegía a los débiles y se castigaba a los malvados, aquel cuartel contenía los secretos mejor guardados de todo el mundo y el hombre que peleaba por su hija era el jefe de aquel lugar, solo había uno más poderoso que él y se encontraba a muchos kilómetros de distancia, así que ahora el hombre de tatuados brazos podía hacer su entera voluntad y nadie podía controlarlo pues estaba hecho una furia, la única chica capaz de apaciguar su ira se encontraba en medio de todo el caos y estaba desprotegida.
Cuchillazos iban y venían por parte de los dirigentes y por parte del padre de Less, nadie podía negar lo bien entrenado que estaba, parecía que había nacido únicamente para matar, para ser una máquina de asesinatos, no por nada lo llamaban Ukufa, aquel apodo que él tanto odiaba pero que muy a su pesar lo caracterizaba muy bien.
Poco a poco la bruma empezaba a irse, esto era una señal de que Aradia estaba haciendo su trabajo, dentro de unas horas todo quedaría común y corriente otra vez, Ukufa tenía poco tiempo, debía alejar a los оттенки, controlar a los dirigentes y ayudar a su hija a volver o si no todo sería un completo desastre, todos notarían lo que había pasado en la noche y el anonimato se vendría abajo arrastrando el plan consigo, trayendo el apocalipsis al condado de Arizona y haciendo temblar al mundo entero por lo inesperado de aquellos sucesos; debía hacer algo y debía hacerlo ya, una idea surco su mente, hacía mucho que no lo intentaba, pero era su única esperanza, el problema era que necesitaba un par de segundos para concentrarse y hacerlo bien o si no todo fallaría.
Se pegó lo más posible a su hija luego cerro sus ojos y concentro toda su energía en sus manos, las fue cerrando y abriendo para que aquella pequeña sombra negra empezara a aparecer, haciéndose cada vez más grande, subiendo la temperatura de todo lo que había a su alrededor, logrando que se alejaran los оттенки y no solo eso, logrando que a su alrededor se creara una Ukumuza o burbuja de calor manteniendo alejados a todos los intrusos, lo curioso era que la burbuja le daba una quemadura de cuarto grado a cualquier persona que la tocara, pero a Less y a su padre no les sucedía nada, la burbuja se hacía más grande conforme los segundos pasaban, esta oscilaba entre el color negro y el transparente, cuando fue del tamaño necesario, Ukufa abrió los ojos y con gran admiración noto lo que había creado, relajo sus manos, pero su concentración siguió en que la burbuja no se rompiera y luego se acercó a su hija.
