Había llegado el momento de seguir con su tradición.
Celeste y sus amigos iban a viajar a algún pueblo. Ninguno tenía claro de a donde iría, solo buscarían en la web pueblos poco civilizados (lo mismo que hacían todos los años) y escogerían uno al...
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Maraton 2/3
NARRA CELESTE GREY
—¡¡AHHHHHHHHHH!! ¡POR LA MOZARELLA, ELLIAS! ¡NO HAGAS ESO! — Reacciono cuando veo al mayor idiota de todos los tiempos enfrente y ¿lo peor? Esta muerto de la risa. Es aquí cuando me doy cuenta que ya llegué a la residencia, de hecho, estaba tan despistada que no note que ya estaba en la puerta del apartamento.
Yo opino que lo matemos.
Un poco exagerado, ¿no crees?
No, nos dio el susto de la vida.
O sea, sí, pero busca otra idea.
Vale, ignorémoslo por un tiempo.
This is better.
Empiezo con mi plan de ignorar a Ellias en ese preciso momento, paso por su lado y entro al apartamento y llego a la cocina, veo que Leandro está terminando de poner los platos de comida en la mesa.
—¡Wow! Eso no me lo esperaba, debo admitirlo— Murmuro sorprendida, a Leandro casi no le gusta cocinar y lo ha hecho.
—Que puedo decir, tengo mis momentos— Responde el con una sonrisa que me mata, debería ser ilegal sonreír así.
Llega Ellias y nos sentamos en la mesa a almorzar, yo obviamente me siento al lado de Leandro ignorando a Ellias, el cual, como siempre tiene un puesto para mí a su lado.
En cuanto pruebo la comida, se me olvida todo lo que está mi alrededor y me concentro en la maravilla que es, sabe delicioso, es una ensalada de tomate y zanahoria, un poco de arroz con cilantro y por último una bella carne de pollo sazonada con cebolla, debo admitirlo, este hombre tiene talento para la cocina, sin embargo, al levantar la mirada dejo de comer porque me doy cuenta que ambos me miran de una manera extraña.
—¿Q-que pasa? —Pregunto con la boca llena, perdón, pero me es imposible dejar de comer esta delicia.
—Es... que hiciste... unos sonidos muy raros— Dice Ellias con incomodidad y yo sigo con mi trabajo de ignorarlo.
—¿Por qué no me contestas? ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? — Pregunto mirando a Leandro y de reojo veo como Ellias tiene la boca abierta, literalmente y casi me rio, casi... pero no, lo sigo ignorando y el pobre Leandro no sabe que carajos pasa, esto es muy divertido.
—Ehh... es que hiciste unos ruidos extraños— Dice Leandro alternando la vista entre Ellias y yo.
—Ohh, era eso, lo siento, es que tu comida está muy buena— Su mirada cambia, jeje, justo lo que quería. Me vuelvo a sentar y sigo comiendo tremenda maravilla mientras ignoro lo que pasa a mi alrededor, especialmente a Ellias.
—Ahora soy yo el que pregunta... ¿Qué acaban de ver mis ojos? — Se entromete Ellias, claro, él no podía quedarse callado. —Eso fue ¿coqueteo? — Uy, la mirada que le manda a Leandro es una que nunca le había visto y estoy segura de que no quiero que sea dirigida a mí, aunque Leandro no está ni un poco intimidado, él está comiendo tranquilamente y solo se encoge de hombros.
