Había llegado el momento de seguir con su tradición.
Celeste y sus amigos iban a viajar a algún pueblo. Ninguno tenía claro de a donde iría, solo buscarían en la web pueblos poco civilizados (lo mismo que hacían todos los años) y escogerían uno al...
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
NARRA CELESTE GREY
Bien, mis amigos hablan en serio.
—Wow... esto... es difícil de digerir— Menciono un poco lento.
—Lo sabemos— Dice Ellias.
Es que... ¿otra chica igual a mí que se volvió negra y voló? Eso no se ve todos los días.
Por más que trato de imaginarlo no me viene nada a la cabeza, es como si estuviera bloqueada y es cuando recuerdo el sujeto que estaba en mi habitación.
—Yo también tengo algo que contar— Digo sabiendo que será difícil que me crean.
—Adelante— Me anima Leandro.
—Desperté porque tenía un peso sobre mí, era un hombre, su aspecto era aterrador y sentía que debía alejarme de él, lo intente un par de veces, pero no resulto, recuerdo ver su puño volando hacia mí y luego me desmaye, cuando abrí los ojos otra vez estaba en el suelo y el hombre no estaba— Veo como sus rostros se contorsionan en confusión mientras voy explicando lo que paso.
—¿Pero...? ¿Como...? Las ventanas estaban selladas, yo mismo me encargue de hacerlo— Menciona Leandro y le creo. Esto se pone cada vez más confuso.
—¿Cómo te sientes? — Pregunta Ellias y mi corazón se encoge al saber que él está preocupado por mí, son pocas las personas que puedo decir que de verdad quiero y me alegra saber que Ellias está en ese grupo.
—Todavía me duele un poco la piel por la lluvia y estoy muy confundida con todo esto, pero fuera de eso, bien— Su expresión de alivio es reconfortante.
Leandro sale del apartamento a buscar algunos alimentos que ya se nos están acabando y a comprar agua, mientras que Ellias y yo nos quedamos en la sala, pero yo estoy saliendo de contexto, estoy empezando a divagar, suele pasarme bastante a menudo, es como si mis sentidos se apagaran y mis ojos solo vieran un punto imaginario en mi zona de visión, empiezo a imaginarme que estaría haciendo si no hubiera venido, probablemente estuviera en casa de mis padres ayudando a mi mamá a arreglar la casa de forma navideña, si me concentraba bien podía escuchar los sonidos que daban las pequeñas campanas que colocaba en el árbol, si cerraba mis ojos sentía los pasos de mi padre al entrar en la casa después de salir del trabajo, su sonrisa imborrable, su abrazo cariñoso y el suave beso que le daba a mi madre, era maravilloso que tanto tiempo había pasado y mis padres aún se amaban como cuando eran novios.
Es triste saber que en la mayoría de las parejas los problemas influían tanto que hacían que el amor pasara a segundo plano, siempre había pensado que se trataba de que al recibir la misma cantidad de amor durante mucho tiempo tu mente y corazón se acostumbraban y empezaban a aburrirse y a querer buscar nuevas sensaciones, por eso son tan importantes los pequeños gestos, la comunicación, el verdadero interés en lo que le sucede a la otra persona, estas cosas mantienen viva la llama del amor, pueden parecer simples, pero son precisamente esas pequeñas cosas las que sostienen la relación y la conexión al pasar los años, es como dirigir un negocio, todos los días tienes que asegurarte de que las cuentas te cuadren y que no estés teniendo perdidas, ya que pueden ser pequeñas ahora, pero si se acumulan en unos años pueden llevar a la quiebra, algo al parecer pequeño puede traer grandes consecuencias.
