ᑕᗩᑭITᑌᒪO 7: ᒪOՏ ՏᗴᑎTIᗰIᗴᑎTOՏ

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NARRA ELLIAS DUNCAN

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NARRA ELLIAS DUNCAN

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Ella estaba dormida en mis brazos y eso me gustaba más de lo que debía admitir.

Esconder mis sentimientos y conformarme con estas pequeñas cosas no había sido nada fácil es que muy a mi pesar Celeste solo me veía como su amigo, aunque yo suspirara por ella.

—Deja de mirarla así, pareces un loco— Me regaño Leandro, él había descubierto hace poco que me gustaba Celeste y yo lo había hecho prometer que no iba a decir nada.

—No puedo evitarlo, ella está dormida en mis brazos, no te imaginas como esta mi corazón en este momento— Su expresión me desconcertó, parecía a punto de reírse, pero luego se mostró serio y su mirada se volvió gélida. Después de eso ninguno abrió la boca, estábamos en un silencio bastante tenso y no teníamos intención de romperlo, mientras yo pudiera tener a Celeste en mis brazos, nada de lo que sucediera alrededor me importaba. Poco después Leandro se fue a su cuarto y yo me acomode en la cama de manera que pudiéramos dormir juntos, sabía que a ella eso no le incomodaba.

Soy muy masoquista, sé que ella nunca me vera como algo más que un amigo, pero a mí me gusta imaginar cómo serían las cosas si Celeste pensara de otra forma, me imaginaba saliendo de clases y yendo a buscarla, dándole un suave beso, llevando su bolso, caminando de la mano, me imaginaba ayudándola a hacer tareas, explicándole algún tema que ella no entendiera, acompañándola en alguna visita que quisiera hacerle a sus padres, mi mente fantaseaba con el momento en el que ella se entregara a mí, sabía que ella era virgen, todo lo que le sucedía nos lo contaba a mí y a Leandro y hasta donde ella había dicho, nunca se había acostado con nadie y eso en cierta forma me tranquilizaba. Celeste se removió entre mis brazos y clave mi atención en ella, lentamente abrió sus ojos y me observo, una sonrisa tranquila apareció en sus bonitos labios y deseé besarla allí mismo, pero como siempre me contuve.

—¿Qué hora es? — Pregunto somnolienta y yo miro el reloj que hay en la mesita que está al lado de la cama.

—Casi las 11 de la noche— Respondo sonriente.

—¿Qué? ¿En qué momento me dormí?

—Después de que Ginger llamara te acomodaste en mis brazos y te dormiste, hace unos minutos también me acomode para dormir, pero te despertaste, ¿Quieres dormir conmigo o te vas a tu cama? — Trate de mostrarme tranquilo, pero deseaba que ella se quedara a dormir conmigo.

—Creo que mejor me iré a mi cama para que los dos descansemos bien— Eso me decepciono.

—Ok, que duermas bien azul— A veces la llamaba así de cariño. Le di un beso en la frente.

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