Había llegado el momento de seguir con su tradición.
Celeste y sus amigos iban a viajar a algún pueblo. Ninguno tenía claro de a donde iría, solo buscarían en la web pueblos poco civilizados (lo mismo que hacían todos los años) y escogerían uno al...
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NARRA CELESTE GREY
Salimos de la residencia curiosos, Ginger nos dijo que la reunión era a las 4 pm, son las 3:40 pm vamos bien de tiempo, caminamos tranquilamente por las calles que Ellias y yo recorrimos la vez pasada y llegamos al parque, pero algo va mal, me detengo en seco, a primera vista parece el parque que vimos, pero si lo detallo un poco más hay varias cosas diferentes, es como si este fuera una ¿copia? del parque que vi. Leandro y Ellias se detienen unos pasen delante de mí y me miran.
—¿Qué sucede? — Pregunta Ellias.
—Esto sonara raro, pero mira las raíces de los árboles, no parecen naturales. Intenta tocar las hojas de los árboles, no puedes. El piso a primera vista parece normal, pero si lo detallas más la forma de ladrillos es dibujada, antes era real, lo note cuando pasamos por aquí, algo paso y estoy segura que, aunque lo parezca, no estamos en el camino correcto. Otra cosa, la primera vez que estuvimos aquí pasamos por un bosque antes de llegar al parque, yo no he visto ningún bosque, ni siquiera los troncos de los arboles si es que los talaron, un bosque no es fácil de eliminar o en su defecto esconder y menos en un día, digo que nos devolvamos y busquemos el camino correcto— Respondo lentamente, todavía estoy sorprendida. En sus ojos puedo notar como el entendimiento se hace paso y luego llega la confusión, ambos se dieron cuenta de que tengo razón.
El viento que pasa es helado y me pone los pelos de punta, ese viento no debería estar aquí, estamos en Arizona, por dios, aquí ni siquiera en diciembre hace frio.
Leandro empieza a inspeccionar el ambiente y nota algo.
—Vean esto— Nos acercamos a él y vemos una especie palanca con una cruz tallada.
—Oh no, he visto las suficientes películas como para saber que no debemos jalar la pal...— Ellias deja de hablar al ver que yo ya la he jalado, voy responderle, pero la voz de Leandro me interrumpe.
—Miren— Leandro señala con su dedo índice lo que sucede frente a nosotros, en su voz hay asombro y miedo, muy pocas veces he visto a Leandro asustado, esto es malo.
Observo en la dirección que dice y quedo en shock, hay un suave sonido en el fondo, como si fuera una aspiradora succionando algo y de la nada el ambiente se va transformando, son pequeños cambios, pero son perceptibles al ojo humano, las hojas de los arboles cambian de color y parecen reales, el piso se empieza a mover, pero antes de que pueda reaccionar los ladrillos que forman el piso toman su lugar, el viento empieza a correr y ahora es cálido, el cielo se despeja y las raíces de los árboles se dejan ver y de pronto hay muchas personas caminando en una misma dirección, deben ser las que van a la reunión de la iglesia.
—¿Qué mierdas acabo de ver? — Pregunta Ellias, por supuesto, la sutileza es lo suyo (nótese el sarcasmo, por favor)
—Vamos, no hay tiempo que perder— Digo, no quiero perderme esa reunión, mi curiosidad no puede más.
