Había llegado el momento de seguir con su tradición.
Celeste y sus amigos iban a viajar a algún pueblo. Ninguno tenía claro de a donde iría, solo buscarían en la web pueblos poco civilizados (lo mismo que hacían todos los años) y escogerían uno al...
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NARRA CELESTE GREY
La amnesia había vuelto.
Lo supe cuando al despertarme me di cuenta que no recordaba al menos los últimos tres días de mi vida y eso era demasiado preocupante, enseguida me tomé las pastillas. Me bañé y me vestí con una camisa azul turquí que decía let it be en letras brillantes y un pantalón negro, hacía mucho no me ponía un pantalón y ya era necesario.
Llegue a la cocina y esta se encontraba sola y desahitada.
Ahí hay alguien.
¿Pero-?
Si, esta soledad y el hombre invisible.
Increíble, muero de risa.
Abrí la alacena y me encontré con cereales, abrí la nevera y me encontré con vegetales, mire la estufa y me encontré con una arepa que alguien me había dejado y me prepare unos huevos revueltos con cebolla y jamón, delicioso. Lave los platos al terminar y limpie un poco la casi casa en la que estábamos. Volví a mi cuarto.
¿Por qué no escribes un poco?
Eso pensaba hacer.
Tome mis gafas, busque la laptop, me senté en la cama y empecé a escribir.
¿Qué crearas hoy?
La misma historia de dos perspectivas diferentes.
Suena interesante, pero no entendí.
Es eso.
Mmm, ya.
Oye, hace mucho que no me molestas.
Tienes razón, debería hacerlo.
¡NO!
¡No grites!
No es necesario que me molestes, me lo he pasado bien así.
¿A ti quien te ha dicho que yo hago lo que tú quieres?
Touché.
Seguí escribiendo la historia y pensé en lo bonita que era, sencilla y tranquila, pero a la vez profunda, mostraba que puede existir la amistad entre un hombre y una mujer y que no sean algo romántico.
No eres un buen ejemplo de eso, querida Celeste.
Oh, cállate.
Seguí escribiendo y me imagine todo lo que sucedía, vi a mis personajes tomando vida y personalidad, los vi pasar por las cosas que escribía y luego, en un punto al que siempre llega un escritor es cuando los personajes empiezan a vivir y ellos mismos toman sus decisiones, por más que lo intentas no lo controlas y luego simplemente dejas que ellos vivan, que sean libres, dejas que la historia tome el rumbo que ellos quieran porque al final solo eres un escritor y ellos son tus personajes. Cerré la laptop y volví al mundo real, en donde estaba en un extraño pueblo y en donde mi amnesia parecía volverse cada vez más difícil de controlar y más repetitiva.
