ᑕᗩᑭITᑌᒪO 39: TOᗪOՏ ᑕᗩYᗴᖇOᑎ ᗴᑎ ᒪᗩ Tᖇᗩᗰᑭᗩ

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NARRA AARON

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NARRA AARON

—Está hecho— Aquello confirmo que las cosas iban bien.

. . .

Resulta que todo podía pasar en dos semanas.

Debo decir que estábamos preparados, todos en el cuartel andaban con sus armas y cuchillos en los bolsillos, incluso los inútiles de Maxwell y Samary los llevaban, me encargue de que tuvieran siempre guardaespaldas a donde quiera que fueran no vaya a ser que alguien los ataque, que pena seria. Ni Chase ni Ellias se separaban de Celeste, bastante conveniente.

Todos estaban ya haciendo sus maletas y pequeños bolsos de lo que necesitarán llevar, en pocas horas el cuartel se veía casi deshabitado, muy parecido a cuando lo vi por primera vez.

El cuartel del sur decidió atacarnos desprevenidos, los esperábamos una semana después y no en el cuartel sino en el claro, terrible de mi mente pensar que de verdad iban a cumplir su parte.

Fue en un simple y sencillo día en donde todo el mundo se despertó a las 2:47 de la mañana porque varias bombas detonaron afuera del cuartel, claro, estaban explotando la entrada al cuartel, gracias a todo ser que esas bombas no tocaron la dinamita del pueblo porque todo se hubiera convertido en un hervidero de sangre y huesos.

Me pare de un salto de mi cama con un arma en cada mano y mis fieles arco y flecha en la espalda, cualquiera que me conocía bien sabía que amaba esas dos cosas, cuando llegue al pasillo todos corrían a defender el cuartel, todos sabían a quien le debíamos el honor de habernos despertado en conjunto. Deseaba de toda alma que Maxwell estuviera deteniendo a Samary y a Celeste sin salir del cuarto, no importa lo que escucharan, no soportaba la idea de alguna de las dos merodeando por ahí, aunque sabía que ya no era Celeste la que estaría por aquí no pienso arriesgarme.

Fui al centro de control mientras mataba a un par de idiotas que estaban infiltrados, gracias que por fin tuve razones para hacerlo, hace mucho había descubierto que nos quisieron ver la cara de imbéciles, pero antes de matarlos pensé que podía usarlos para mi beneficio y eso había hecho, ahora no me servían para nada.

En el centro de control todos estaban tranquilos según el protocolo, pero también sabía que todos querían salir ya de este infierno, algunos disparaban a las líneas del otro cuartel y estaban teniendo éxito, lo que me sorprendía es que eran demasiados, ¿Dónde demonios habían conseguido tantos reclutas? Algo estaba pasando, algo que yo no lograba entender, debía salir y ver por mí mismo si mis sospechas eran correctas.

Al llegar a las compuertas note que nadie peleaba cuerpo a cuerpo, todos disparaban, era la forma más fácil de detener y de paso derrotar a los del otro bando, pero si agudizaba mis audífonos detrás de todo el ruido de balas que iban y venían... ninguna impactaba, ¡de ningún bando las balas impactaban! Las de nuestro bando caían sin cesar en el pasto y concreto, pero no impactaban ningún cuerpo y las del sur ni siquiera sonaban en los escudos. Un pensamiento cruzo mi cabeza y se me enfrió hasta el alma de la sola posibilidad.

OLVIDO ✅️Onde histórias criam vida. Descubra agora