Capítulo 10

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—Mierda. No puedes estar aquí —Siseó Jungkook .

No podía creer que por la ventana, Jimin quien sabía bastantes cosas personales de él, había entrado. ¿Qué acaso no podía terminar con su vida tranquilamente? Quería terminarlo todo. El dolor que estaba cargando le abrumaba el alma. Estaba harto de llorar todas las noches, estaba cansado de intentar, porque eso era lo único que hacía. Intentar. Nunca había alcanzado el final de todo eso. Nunca pudo superar su dolor. Su vida seguía andando con intentos fallidos y ninguna victoria.

¿Cómo Jimin terminó siendo la misma persona con la que él hablaba a las tres de la mañana? Era algo que a Jungkook no le importaba ahora. No quería encontrar una respuesta, solo quería borrar su existencia del mundo como hacía mucho tiempo tuvo que haber sucedido. Las razones eran la única cosa que hacían peor su vida.

—Regresa a tu maldita casa —dijo con desesperación, llevando su voz a un suave murmullo. Sus padres podrían oírlo, tal vez Jackson.

—No lo haré —dijo Jimin tranquilamente con su voz segura, sus ojos inquebrantables no dejaban de ver a los de Jungkook . Sabía porque el pelinegro no gritaba—.No te dejaré.

Como odiaba el chico mayor de aquellos ojos, siempre le hacían sentirse débil y desnudo. Esa fuerte mirada hizo a sus rodillas débiles. Tan débiles que cayó con ellas al piso.

—Por favor... —murmuró Jungkook limpiándose rápidamente las lágrimas, no quería que Jimin lo viera llorar de nuevo, pero eso era lo único que podía hacer ahora, llorar y suplicar para que le dejara solo—.No... no molestes...

Mientras Jungkook seguía quebrándose frente a los ojos avellana, Jimin no podía dejar de sentirse impotente. Había tanto dolor expresado en el otro adolescente, y por más que él quería ayudar sabía que no podría hacer mucho. Este era el dolor de Jungkook, dolor que el mismo necesitaba superar, pero de lo que Jimin estaba seguro era de que iba a estar justo a su lado, para ayudarle a cruzar todo el camino hasta que Jungkook se sintiera lo suficientemente fuerte para liberarse. Jimin estaba tan seguro de eso que se acercó hacia el roto joven, tomando sus manos de la cuerda y limpiando sus lágrimas.

—Basta. Por favor. ¡Detente! —Jungkook empujó a Jimin lejos de su cuerpo, pero no tenía la fuerza suficiente para hacer que Jimin lo dejara.

—No. No lo haré —Siguió siendo firme.

Evadió las manos del otro y rápidamente lo atrapó en un cálido abrazo. Una de sus manos acariciaba los cabellos del pelinegro mientras que la otra hacía pequeños círculos en su desnuda espalda.

—Ji-Jimin —Jungkook intentaba romper el abrazo pero terminó rindiéndose, dejando que consolaran a su triste cuerpo. Sus ojos, que alguna vez fueron bellos, estaban borrosos por las pesadas lágrimas que cargaban y las memorias que lo cegaban. Ahora sus manos estaban anhelando que Jimin no lo dejara. Sus sollozos fueron silenciados en el cuello de Jimin. Su cuerpo tembloroso estaba intentando fundirse en el de Jimin para que no estuviera solo. Aunque Jungkook quería estar solo, muy dentro de él sabía que quería a alguien a su lado, pero el dolor que cargaba y el que compartía era algo que le hacía querer andar por su camino sin compañía alguna. Sin embargo, ahora, con los viejos recuerdos de vuelta, su débil alma era lo último que Jungkook deseaba.

Justo como la otra vez, Jungkook dejó de pelear y dejó que Jimin lo consolara, al menos de manera física. Su cuerpo seguía temblando y sus ojos permanecían prendidos a un punto sobre su escritorio. Sus ojos vacíos hacían temblar a Jimin con miedo, miedo por el pelinegro. Las lágrimas silenciosas seguían corriendo pero parecía que a Jungkook no le importaban.

—¿Kookie? —dijo Jimin suavemente, acariciando sus cabellos. El pelinegro no contestó o dio alguna señal; simplemente cerró los ojos, aun así Jimin sabía que le estaba escuchando—.Si llegas a sentir las ganas de volver a hacer esto, si te sientes solo, si sientes que todo está mal. No lo pienses dos veces y búscame. Estaré ahí, a tu lado.

—No digas eso, Jimin —dijo Jungkook separándose lentamente del tibio abrazo de Jimin, como si no quisiera ser soltado—.Una vez que digas eso te irás --La voz del chico pelinegro era suave pero llena de dolor. Sus ojos ahora miraban el frío suelo donde estaban sentados.

—¿Quién dijo eso? —preguntó Jimin frunciendo el ceño en confusión.

—Nadie. Es así como es —La voz de Jungkook era un hilo—.Simplemente sucede.

—¿...Quién?

—Ellos lo dijeron...

—Pero yo no te dejaré —Insistió Jimin haciendo enfurecer nuevamente a Jungkook.

—¡Mamá y papá lo hicieron! —Gritó Jungkook golpeando con su puño la pared con todas sus fuerzas. Todo su enojo se convirtió en pavor mientras que sus expresiones se mostraron a Jimin, Jungkook se había dado cuenta de lo que acababa de hacer.

—¿Estás bien, Jungkook ? —preguntó Jimin sin comprender lo que estaba pasando, al menos no hasta que sintió como su cuerpo fue empujado al baño y la puerta siendo cerrada con seguro. Jimin solo pudo notar el miedo en el alma de Jungkook y antes de que lograra articular una palabra para que lo dejara salir, escuchó otra puerta abrirse.

—¿Qué demonios acabas de hacer? —Una áspera voz se escuchó, haciendo que el bello del cuello de Jimin se levantara.

—Yo... Yo, lo siento, es que, es que... —La voz miedosa de Jungkook fue cortada.

—Respóndeme. Ahora —La voz seguía firme y tosca.

—Gol-golpeé la pared con... con mi puño... —Y esas fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Jungkook antes de que el fuerte sonido de una bofetada inundara el lugar.

—No lo vuelvas a hacer. Es mi casa la que estas rompiendo. Idiota —La voz dijo con odio y después la puerta se escuchó cerrar de nuevo.

—Lo siento... —murmuró Jungkook suavemente aunque ya se encontraba solo en su recámara.

Ahora el silencio volvía a invadir su recámara. Los minutos pasaban y Jimin empezaba a desesperarse y preocuparse. Lo único que lo mantenía tranquilo era el hecho de que la respiración de Jungkook se podía escuchar y al parecer no se estaba lastimando.

—¿Jungkook ? Por favor, abre la puerta —La voz de Jimin llegó a los oídos de Jungkook pero el chico no abrió. De hecho solamente se acercó a la puerta y sacó su celular. Sus dedos temblaban aun así lograron hacer lo que Jungkook les pedía.

En bolsillo de Jimin empezó a sonar su rington indicándole que le estaban marcando. Rápidamente sacó el aparato de su celular y se dio cuenta que era Jungkook quien le marcaba.

—Por favor Jung...

—Hey... —La voz de Jungkook se escuchó débilmente—.Parece que no pude terminarlo... un idiota vino a salvar mi patético trasero... —Jungkook suspiró. Era algo extraño escuchar la voz de Jungkook dos veces y de cierto modo lo hacía más doloroso.

—¿En serio? —dijo Jimin, aceptando jugar el juego de Jungkook una vez más—.Pues, creo que es un idiota agradable.

—Supongo... ¿Sabes? Mi vida no es tan perfecta como todo mundo cree que es —Jungkook tragó un poco de saliva que estaba atorada en su garganta. Su mejilla dolía por el golpe pero no tenía la fuerza suficiente para alzar su mano y tocarla.

—Ninguna vida es perfecta.

—Lo sé, pero todos creen que mi vida es maravillosa... demonios —La respiración de Jungkook se escuchaba por el teléfono. Parecía que eso era lo único que iba a escuchar por el aparato cuando Jungkook volvió a hablar—.Cuando era pequeño, quería un hermanito para jugar con él —dijo Jungkook y Jimin podía jurar que estaba sonriendo mientras decía eso—.Sin pensarlo dos veces le dije a mi mamá que me lo diera, y ella, dispuesta a consentirme, terminó embarazándose. Papá estaba contento y mi mamá se veía radiante.

Aunque Jimin no comprendía lo que Jungkook le decía, dejó que el joven de pelinegro continuara, tal vez después iba a comprender lo que estaba diciéndole.

—Éramos tan felices, los tres, próximos a ser cuatro, pero no duró mucho —Jungkook sacudió un poco su cabeza, encorvando su tembloroso cuerpo. Nunca había dicho esta historia a nadie—.Ella era tan bonita, tan hermosa, papá casi siempre la sorprendía y la hacía feliz...

—¿Qué le pasó a tu mamá? —Se atrevió a preguntar, aun así tenía miedo de que le causara un colapso nervioso.

—Ella era tan débil... nos dejó al final... —El hilo de voz era decorado con las lágrimas que caían por sus mejillas—.Se murió llevándose a mi hermano con ella... supongo que ella sabía que papá no iba a poder con los dos. Yo era suficiente para él...

—Lo siento —dijo Jimin sintiéndose estúpido por decir esas palabras pero ¿Que más podía decir? Eso era lo mejor que le podía decir, al menos por ahora.

—Yo pedí un hermano, si no lo hubiera hecho... mi mamá no nos hubiera dejado. Mi séptimo cumpleaños no hubiera sido en el parque de diversiones. No hubiéramos estado en la tormenta mientras estábamos en la carretera. No hubiera dicho esas palabras. ¡Mi papá no hubiera muerto! —Jungkook hablaba rápido dejando que todos sus pensamientos fueran liberados por sus carnosos labios. Sentía que estaba confesando sus pecados. Y eso eran. Muy dentro de Jungkook los sentía como pecados.

—Jungkook, no es tu culpa que tu mamá esté muerta. Eras solo un ni...

—¡Mi papá murió porque lo distraje! —Siseó Jungkook, lágrimas aún eran derramadas—.Mis últimas palabras, mis últimas palabras para él fueron "cállate". "Cállate."... —La voz del pelinegro murmuró las últimas palabras una y otra vez. Haciendo llorar a Jimin por su dolor.

—Jungkook... Kookie, no te culpes —dijo Jimin acercándose a la puerta, lo único que los separaba ahora.

—Este es mi dolor, estos son mis errores, y por todos ellos no pertenezco aquí. Mi tío Jisung y mi tía Lou no me soportan... mi tío, me odia... maté a su hermano, a su hermano favorito. Los lastimé... Jackson... él es el único que nunca me ha mostrado odio, pero... pero dolor es lo único que le causaré en un futuro... no puedo corresponder a sus sentimientos...

—Jungkook, por favor, no digas eso, ¿No ves que te estás lastimando con tus palabras? —dijo Jimin luchando con sus lágrimas mientras sus oídos rogaban por que las palabras terminaran. No podía creer que Jungkook tuviera tanto remordimiento, tantas cosas guardadas.

La línea se cortó mientras Jimin escuchaba como el teléfono de Jungkook era cerrado. Poco después el seguro de la puerta fue desbloqueado.

Su mano hizo camino hacia la perilla y la abrió lentamente para visualizar la destrozada figura de un joven alto y completamente perdido, con su torso desnudo.

—...para eso vivo, Jimin —dijo Jungkook quitándose la muñequera para mostrar sus cicatrices—.Para lastimarme mientras pago por el daño que causé, y tal vez, algún día, este me sobrepase y podré desaparecer...

Su sucia cara fue iluminada por la suave luz que la luna emanaba. Sus ojos color chocolate brillaban con las lágrimas que aún no eran liberadas y su piel brillaba con las ya derramadas. Su mejilla izquierda lucía un rojo escarlata y sus cabellos estaban amarrados en una coleta mal hecha. Los ojos de Jimin ahora podían apreciar el delgado cuerpo del pelinegro. Era tan delgado que Jimin podía ver sus costillas. Su piel blanquecina estaba marcada con cicatrices, cicatrices que decoraban dolorosamente su pecho y espalda. El mayor podía jurar que así estaba todo su cuerpo.

—Jungkook —Balbuceó Jimin mientras él, inconscientemente, alzó su mano para tocar suavemente el pecho del otro. Se estaba moviendo rápidamente pues su respiración era agitada.

En los ojos de Jimin, el hermoso pelinegro era el sufrimiento personificado. Le dolía ver a Jungkook en ese estado y el no haberle podido ayudar antes. ¿Cuánto tiempo llevaba Jungkook cargando todo eso? Demasiado tiempo para que el chico recordara como reír, incluso sonreír sinceramente.

—No me tengas lástima —dijo Jungkook , temblando por el tibio toque de Jimin. Jungkook siempre estaba frío, como un cuerpo muerto.

—No lo hago —contestó Jimin con cautela, levantando la mirada para ver las orbes que deseaba brillaran con vida—.De cierto modo te admiro. A pesar de todo esto, puedo ver cómo estas desesperadamente aferrándote a la vida.

Mientas Jimin decía esas palabras, los ojos de Jungkook se llenaron con más lágrimas. Aunque Jungkook no lo sabía, esas eran las palabras que había estado esperando escuchar, quería que la gente comprendiera que a pesar de todo él aún tenía deseos de vivir, aun cuando era débil. ¿Cómo era posible que Jimin le dijera esas palabras tan fácilmente? Era un misterio para Jungkook , pero no importaba. Solo dejó que  lo abrazara fuertemente. Él también le abrazó.

—Me pregunto por qué... —dijo Jungkook suavemente, escondiendo su rostro de los ojos color avellana—.Por que me siento tan tranquilo cada vez que te escucho...


NOTAS DEL CAPITULO:

Sufriendo andoooo T_T 

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