—No puede regresar. No le demos más vueltas al asunto.—Jimin, cariño, eso no lo podemos decidir nosotros.
—¡Tonteras, mamá! ¡Míralo! Prefiero morir que enviarlo de vuelta allá. Sé cómo es su padre. Estaba ahí cuando golpeó a Jungkook. Nunca en mi vida había visto la verdadera definición de muerto en vida hasta que vi a Jungkook hace unos días.
Suny se quedó callada —Lo sé, bebé. Esto también me mata pero no podemos quitárselos.
—¿Qué podría pasar? La policía se metería, verían lo mal que es tratado. No voy a dejar que vuelva a llorar en el rincón. No puedo estar ahí a su lado y no hacer nada. Dios, mamá, tú fuiste la que me enseñó a luchar.
Suny se veía a punto de llorar, asintiendo con la cabeza a todo lo que Jimin le decía pero sabiendo que no era bueno que se quedaran con Jungkook. Salió de la cocina y se dirigió al sillón donde el pelinegro estaba.
—¿Jungkook? —Los ojos muertos de Jungkook voltearon a ver a la mujer—.Tienes una opción. Puedes quedarte aquí conmigo y con Jimin o puedes volver a casa. Realmente nos gustaría que te quedaras, pero todo depende de ti.
—Casa —respondió casi sin voz.
Jimin únicamente resopló intentando controlar todo su enojo en ese momento, todo por el bien de Jungkook. Había visto como había reaccionado con Taehyung y no quería lo mismo.
—Jungkook —Se decidió a hablar Jimin—.Por favor quédate. Estás a salvo conmigo. Aquí no hay peligro. Nadie te lastimará.
Si Jimin se lo hubiera pedido dos días atrás, Jungkook lo hubiera visto como una oportunidad para escapar. Jackson había cambiado eso. Todo lo que Jungkook quería era morir, lo que podía hacer muy bien en su casa sin Jimin intentando salvarle.
Con una voz un poco más potente, repitió Jungkook —Casa.
Jimin lanzó sus manos en derrota temporal. Jungkook había ganado la batalla pero Jimin iba a ganar la guerra. No le importaba lo que le costara. No iba a dejar que Jungkook muriera.
—Bien. Regresa ahí. Pero iré contigo.
—No —La voz de Jungkook era monótona.
—Jimin —Suny lo miró advirtiéndole. Su hijo se estaba involucrando mucho y estaba empezando a pasarse de la raya.
La cadera de Jimin salía del lado mientras tomaba su pose diva —Digo que hay que ir a dejarlo.
—Park Ji Min. Tu actitud. Arréglala.
Jungkook miró a Suny mientras hablaba. Su voz era firme pero no había agresión en ella. Si le importara un poco hubiera deseado que su tío fuera de esa manera.
Jimin resopló, pero el tono de voz había cambiado. Se movió alrededor del sillón para ver a Jungkook. Con cuidado lo ayudó a levantarse y caminar, pues estaba muy débil. Llevó al pelinegro al auto y después se adentró con él.
Suny tomó sus llaves, diciéndole a Taehyung, Suga y Namjoon que podían tomar lo que quisieran de la cocina. Se subió al auto, y manejó en dirección a la casa de Jungkook.
Ninguno notó la apariencia que el adolescente mostraba en la parte trasera. La mirada muerta, sin vida había desaparecido. Remplazada con una de temor puro. Jungkook intentó controlar su respiración. Odiaba los autos. Desde que uno de ellos mató a su padre los odiaba. Solamente podía moverse suavemente hacia los lados mientras andaba el auto por las cortas calles hasta llegar a la suya.
Jimin le mostró a su madre donde girar y cuál era la casa de Jungkook. La simple imagen de esta hizo temblar a Jimin. Era una casa hermosa. Se veía tan pacífica. Pudo haber sido una casa encantadora pero sabiendo lo poco que Jimin sabía sobre esta y lo que se vivía dentro hacía que pareciera grotesca para él.
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TIENES UNA LLAMADA
FanficLa tasa de suicidios en Busan International High School ha aumentado. Para contrarrestar esta crisis se crea una línea de ayuda, completamente anónimo, a algunos chicos se les da teléfonos para recibir llamadas en caso alguien necesite hablar y desa...