Capítulo 11

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La llegada de Jimin a la escuela la siguiente mañana no fue para nada común, llegó como jamás en su vida había imaginado que llegaría. Pasó casi toda la noche despierto, y eso era obvio. Grandes ojeras le cubrían los ojos. Su cabello al parecer no había visto una plancha, ni siquiera productos para peinar. Era la primera vez desde que tenía doce años que no había tocado su bolsa de maquillaje en la mañana.

Se veía como mierda, lo sabía, y no le importaba. Jimin había pasado toda la noche en el baño de Jungkook, durmiendo en el piso. Tiempo después, por ahí de las seis Jungkook decidió reaccionar y así fue como ambos lograron recostarse en la cama. Jimin estuvo agradecido, pero aun así su cuerpo le dolía.

En el transcurso de la noche, los zapatos de Jimin habían salido de sus pies. En la mañana los buscaron por toda la amplia habitación, pero debido al corto tiempo que tenían no los pudieron encontrar.

El chico pelinegro no habló mucho con Jimin en la mañana, pero Jimin logró hacerle entender que a pesar de que las cosas que sucedieron aquella noche no fueron tan agradables, él admiraba a Jungkook por la fuerza que tenía para seguir con su día a día. Con eso, Jimin le dijo tres valiosas palabras.

—Creo en ti.

Los ojos de Jungkook se nublaron, pero ninguna lágrima fue derramada. En vez de eso, un ligero movimiento en sus labios brotó en forma de una pequeña sonrisa. Una sonrisa completamente diferente al gesto que siempre portaba en la escuela, esa media sonrisa que formaba parte de su máscara.

Jimin estaba muy seguro del progreso que tenía con Jungkook, que estaba seguro que el joven Jeon iba a ser más civil, al menos con él. Esto hizo muy feliz a Jimin. Tan contento, de hecho, que ignoraba las miradas que le daban. Cierto, su playera era más pequeña que las que acostumbraba usar, así como vieja, dejando a la vista parte de su torso. Cierto, sus pantalones de cuadros azules para dormir no eran los típicos pantalones ajustados que usaba. Cierto, estaba usando un par de zapatillas de Jungkook. Pero ¿Qué tenía todo eso de malo?

—Jimin —Siseó Yoongi mientras se sentaba a un lado de su amigo.

—Ah, ¡Hola Suga!

Yoongi parpadeó —Okay. Jimin, ¿Por qué demonios estás tan feliz a estas horas? ¿Y por qué vienes así?

—Pues, descubrí quien era el chico que me habla a las tres —Esto último lo murmuró Jimin—.Pasé la noche con él para estar seguro de que no se hiciera nada. Y pues... estuve en casa tan solo unos instantes para tomar mis cosas. Literalmente corrí, tomé mi mochila, le dije adiós a mi mamá y corrí de nuevo como un loco para llegar acá.

—... entonces, ¿Quién es él? —Yoongi movía sus cejas de arriba para abajo rápidamente.

Jimin hizo un gesto —No te lo diré. Es privado, Suga. Lo sabes.

—Lo sé pero...

—Pero eres un metiche.

Ambos chicos rieron.

—Exacto.

Jimin no había tenido la oportunidad de ver a Jungkook hasta la hora del almuerzo. El joven Jeon estaba guardando sus cosas en el locker.

—Hey, Kookie —Jimin dijo. Jungkook se asustó un poco, haciendo que algunos de sus libros se le cayeran—.Oh, no. ¡Lo siento!

Jimin se agachó para ayudarle a recoger las cosas pero fue empujado a un lado por unas manos bruscas. Miró hacia los ojos de Jungkook, negros de furia. Esto asustó a Jimin un poco, pensó que iba a ser más amigable con él después de los eventos de anoche.

En vez de eso, se encontraba ahora siendo empujado fuertemente hacia los lockers, los candados lastimando su espalda. Sabía que Jungkook no se iba a detener con eso, así que se sorprendió al no sentir nada más. Abrió sus ojos, mismos que había cerrado en el transcurso de los hechos. Fue entonces que vio a Jungkook intentando liberarse como un animal salvaje. Taehyung lo estaba agarrando por detrás, por otro lado la profesora Kim estaba parada en medio de ellos dos.

Jimin no los vio llegar. No sabía que Taehyung estaba en la oficina con Kim, hablándole sobre sus preocupaciones acerca de Jungkook; sobre como su amigo parecía más irritable, y más fuera de sí.

—Jimin. A mi oficina —dijo la profesora Kim. Ella no le dijo nada a Jungkook, pero le miró a los ojos, y eso fue más que suficiente. Ella estaba decepcionada de él. Y eso era peor que estar enojada.

Jimin fue a la oficina y esperó a Kim. Segundos después ella estaba adentro. Ambos se sentaron.

—Lamento mucho haberle llamado —Empezó Jimin, disculpándose de nuevo por la llamada que hizo ayer.

—Está bien, Jimin. En serio. Estoy contenta de que lo hayas hecho.

Jimin siguió —No lo entiendo. No pensé que se enfadaría así conmigo.

La profesora Kim asintió —Pero tiene sentido si lo piensas. Está asustado, Jimin. Tan asustado. Sabes todo. Sabes quién es, a pesar de que esto debía ser anónimo. La gente lo ve a él como algo diferente, le tienen respeto. Tú puedes cambiar todo. Puedes hacer que los demás vean como es él realmente. Y el lo sabe.

—Nunca lo haría...

—Sé que no. Muy dentro él también lo sabe. Pero eres como un tornado que entró a su pequeño mundo, deshaciendo todo lo que él conocía. Aunque creo que es lo mejor que le ha pasado, pero eso no significa que reaccione bien ante ello.

Jimin asintió —Supongo que tiene razón.

Jimin había traído a Yoongi a su casa después de la escuela, ambos tenían tarea en matemática. Habían tomado un descanso y poniendo a todo volumen la música. No sabían que Jungkook estaba dirigiéndose a la casa de Jimin hasta que el chico pelinegro apareció en la puerta.

Esos ojos fríos fulminaron a los de Yoongi cuando lo vio —Vete.


NOTAS DEL CAPITULO:

O.O De que conversaran estos dos?! Harán las paces o se declararan la guerra? 

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