Capítulo 12

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Su mente repetía la palabra una y otra vez, intentando encontrar el mensaje escondido dentro de esta pero la simple mirada de Jungkook fue más que suficiente para hacerle comprender a Yoongi que ESE era el mensaje. El joven pelinegro quería que se fuera, aun así el joven de platinados cabellos no lo podía creer. La escena era demasiado surrealista para creer que era verdad.

—¿Q-qué? —Brotó de los labios de Yoongi. Esos ojos chocolate se imponían.

—Vete —repitió Jungkook, esta vez de manera más relajada, recargándose en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados; esperando a que el chico se fuera. Aunque Jungkook estaba enojado, estaba intentando actuar como siempre lo hacía. No quería que otra persona supiera sobre su vida.

—¿Quién es Su...- oh... —La voz de Jimin se escuchó hasta que apareció detrás de su mejor amigo para ver al visitante—.Cierto, em, Suga... ¿Podrías...? —La voz de Jimin era suave y sus ojos avellana miraban tranquilamente a los fríos ojos de Jungkook; ambos olvidándose totalmente de Yoongi.

—¿Okay...? —dijo Yoongi viendo de un chico al otro—.Llámame cuando termines, ¿Está bien?

—Claro —dijo Jimin rompiendo el contacto con Jungkook para decirle adiós a su amigo, dándole un suave abrazo contra uno gigante del rubio platinado, esto solo hizo que Jungkook se sintiera incómodo con la escena—.Adiós Suga.

—Adiós Jimina. Nos vemos mañana, Jungkook —Yoongi asintió al pelinegro que solamente alzó las cejas diciendo de forma indirecta que se estaba tomando mucho tiempo para irse.

Tan pronto como Yoongi dio la vuelta, Jungkook entró a la casa, ni siquiera le preguntó a Jimin si podía pasar. Ahora todo esto estaba confundiendo a Jimin. ¿Qué estaba pasando realmente con Jungkook? Pues, solamente podía esperar a que la respuesta llegara, así que suspiró antes de cerrar la puerta de su casa y mirar al joven Jeon.

—¿Jungkook? —preguntó Jimin, antes de mirar de nuevo a los ojos del alto chico que ahora estaba sentado en un sillón de su sala. Sentado de una forma muy peculiar—.¿Estás bien? ¿Quieres que hablemos de algo? —dijo suavemente Jimin, pensando que Jungkook quería hablar un poco.

—No.

Fue la simple respuesta que Jungkook le dio mientras dejaba que su cabeza descansara en el respaldo del sofá.

—Oh... —Después de eso, un silencio llenó el lugar—.¿Quieres algo de tomar?

—No.

—Okay... —dijo casi en un susurro antes de sentarse a un lado de él, quien se movió un poco cuando sintió el cuerpo de Jimin cerca del suyo. Aunque el movimiento fue pequeño, Jimin se dio cuenta. Jimin dejó a sus orbes mirar delicadamente el cuerpo de Jungkook, intentando descifrarlo, no se detuvo hasta que sus ojos se posaron en una marca roja que decoraba la mejilla del pelinegro.

—¿...Cómo está tu mejilla? —preguntó Jimin en tono suave. Rayos, ahora que estaban frente a frente era más difícil que hablaran, pero Jimin quería ayudar. Dijo que iba a estar siempre al lado de Jungkook, así que tenía que superar esos incómodos momentos y hacer que Jungkook confiara en él. Pero parecía que Jungkook estaba construyendo su fachada de nuevo, pues no contestó la preocupada pregunta.

Jimin mordió su labio inferior mientras esperaba la respuesta. Y fue entonces que todo cuadró en la cabeza del joven de piel pálida. Jungkook estaba ahí. En su casa. Sin que nadie lo obligara. Tal vez no era intencional pero aun así el pelinegro estaba ahí y Jimin sabía que eso le enojaba a Jungkook. ¿Por qué? Uno, porque estaba empezando a depender de Jimin o dos, Jimin se estaba volviendo loco y Jungkook solo quería revisar que Jimin no dijera ni una sola palabra de él a nadie.

—...está mejor... —murmuró Jungkook mientas jalaba sus piernas a su pecho, abrazándolas. Dejando que su frente descanse en sus rodillas.

Le tomó a Jimin unos momentos para comprender de qué estaba hablando Jungkook. El chico pelinegro había respondido su pregunta. Era una simple respuesta, pero parecía que le tomó un buen de trabajo contestarla, haciendo a Jimin sonreír suavemente. Él también jaló sus piernas a su pecho, tomando la misma posición que Jungkook, pero dejando su mejilla descansar en sus rodillas para que sus ojos pudieran ver la delgada figura que tenía a lado.

De nuevo el joven Park notó el cuerpo del otro. Jungkook estaba muy delgado. Hasta ahora, Jimin nunca se había percatado cuan delgados eran los brazos del pelinegro, y estaba preocupado que Jungkook tuviera más cosas guardadas en su alma, pero ese era un tonto pensamiento, pues era más que obvio. Jungkook tenía muchas cosas guardadas, Jimin solamente necesitaba esperar pacientemente y estar ahí para él, así, poco a poco, el pelinegro iba a abrirse completamente.

A pesar de eso, habían cosas que Jimin no entendía. Escuchó a Jungkook hablar poco sobre sus papás y su familia la noche pasada. Aún así las cosas no cuadraban en su mente, y no quería irse luego a las conclusiones. ¿Cómo es que Jungkook pensaba que había lastimado a sus papás al punto de matarlos? ¿Quién era "él", de quien había hablado tantas veces en sus llamadas? ¿Cómo es que Jungkook lastimaba a sus tíos? ¿Acaso no fue un accidente? ¿Cómo hizo eso?

—¿A caso... tu papá... te hace eso... siempre? —Jimin preguntó intentando encontrar las mejores palabras para decirlo pero no las encontró pues Jungkook se puso rígido.

—...Él no es mi verdadero padre... —dijo Jungkook con su voz cubierta pues su rostro estaba escondido—.Te dije que está muerto... y mi mamá también... —El chico pelinegro alzó el rostro, su barbilla sobre las rodillas, dejando a sus ojos mirar por toda la sala—.Tu papá murió también, ¿Verdad?

—Sí. Murió de cáncer, —dijo Jimin, y sin darse cuenta, sus ojos ya estaban mirando la fotografía de su padre—.Era algo chico cuando nos dejó.

—Mamá se fue cuando tenía cinco —dijo Jungkook suspirando—.Papá cuando cumplí siete...

Jimin se había dado cuenta que era más fácil para el pelinegro hablar sobre sus padres puesto que Jimin ya sabía sobre ellos, ahora Jungkook solamente se estaba dedicando a explicar más detalladamente.

—Mi papá murió en primavera. Todos fueron vestidos de blanco para la ceremonia —Jimin le contó, pensado que era justo que Jungkook supiera sobre su perdida.

—Para la de mi papá todos fueron de negro, había mucha gente. Yo no conocía a nadie —dijo Jungkook—.Ahí fue donde conocí a Jackson y a sus papás.

—¿...Jackson? –repitió Jimin viendo a Jungkook con ojos curiosos, aun así Jungkook no volteó a verlo.

—Sí. Mi tío Jisung era el hermano mayor de mi papá. Vivían en China así que nunca tuve la oportunidad de conocerlos. Ya estaba casado con Lou... Jackson es mi primo —dijo Jungkook mientras jugaba con un hilo del sofá que estaba suelto.

—¿Él no...?

—No. No somos hermanos —Jungkook suspiró—.Lou decidió que a así fuera, de ese modo no tendrían que explicar mi pasado.

—¿Así que se mudaron a tu casa? —preguntó Jimin intentando absorber todo lo que Jungkook estaba dispuesto a contarle.

—No. Nos mudamos aquí a Busan donde nadie sabía de nosotros en ese entonces —Jungkook dijo mientras jugaba con su labio, haciendo eso se tranquilizaba—.Yo soy de Seúl.

Cuando Jungkook dijo eso, muchas cosas empezaron a tener sentido. Esa era la razón por la cual nadie pensaba que Jungkook no formaba parte de esa familia. Esa era la razón por la cual Jungkook no tuvo problemas con el apellido pues ambos hombres de familia lo compartían. Esa era la razón por la cual Jungkook y Jackson mentían diciendo que eran hermanos y no primos. Y esa era la razón por la que Jisung lastimaba a Jungkook, porque no era su hijo... lastimar... de nuevo esa palabra.

—¿Alguien sabe que tu tío te lastim...

—No — Jungkook interrumpió las palabras de Jimin fulminándolo con la mirada.

—Deberías de...

—No.

—Per...

—¡Vete a la mierda! —Gritó Jungkook, creando un gesto de dolor en el hermoso rostro de Jimin. Pero el pelinegro no se dio cuenta. Sus oscuros ojos estaban perforando los de color avellana. Su corazón estaba latiendo rápidamente y su respiración no era estable. Pronto sus acciones fueron repetidas en su mente mientras Jimin notaba como la enojada expresión de Jungkook cambiaba a una dolida y confundida.

—¿Kookie? —preguntó Jimin acercando su mano para tocar al cuerpo tembloroso de Jungkook quien saltó del sillón para estar lejos de Jimin.

—Lo... lo siento —murmuró Jungkook viendo al suelo—.De verdad. No fue mi intención... Mierda, ¡Solo deja de preguntar cosas! ¡Estás haciendo que te lastime! —Gritó Jungkook intentando de controlarse. De nuevo el adolescente mayor estaba confundido, Jimin no sabía qué hacer. Solamente se quedó quieto.

—Está bien —Jimin de repente sonrió cálidamente a Jungkook, haciendo que su estómago diera un vuelco.

—...d-debería irme —dijo Jungkook mientras daba la vuelta, topándose con una mujer que le hizo caer de trasero.

—¡Santo cielo! Escuché gritos cuando entré así que vine corriendo —habló Suny en lo que se agachaba para ayudar a Jungkook, quien estaba desconcertado en el suelo—.Lo lamento. No era mi intención empujarte, Jungkook pero chico, sí que estás delgado.

—Hola Ma —dijo Jimin levantándose del sofá para saludar correctamente a su madre.

—Hola bebé. Qué bueno verte por aquí, Jungkook.

—Igualmente —murmuró Jungkook antes de levantarse, aceptando la mano de la mujer. No es que tuviera otra opción.

—¿Vas a cenar con nosotros? —preguntó Suny sonriendo felizmente.

—No, estaba a punto de ir...

—Sí, se va aquedar —Le interrumpió Jimin, haciendo que el pelinegro frunciera el ceño en señal de confusión.

—Pero mi madre...

—Lou comprenderá —dijo Suny haciendo a Jimin fruncir el ceño también—.Conozco a la mamá de Jungkook. Va a la galería de vez en cuando. Tan agradable mujer

—¿En serio? —Los dos jóvenes preguntaron al mismo tiempo algo asombrados, haciendo que Suny riera.

—Sí. Así que Jungkook. Vamos a pedir pizza ya que estás aquí —dijo Suny volteando a ver a su hijo—.Jimin, ¿Te importaría pedirla?

—Claro —dijo Jimin, sonriendo de la misma forma que su madre y tomó el teléfono.

—Mmm... —Ahora Jungkook se sentía completamente ignorado por ambos Park. Sabía que Lou no iba a comprender. No quería estar ahí y, sobre todo, no quería comer pizza. ¡¿Saben cuántas calorías tiene eso?!

—Vamos Jungkook, ayúdame a poner la mesa —Suny le llamó desde la cocina, de nuevo, no dándole otra opción al pelinegro.

Después de veinte minutos la pizza llegó, llenando la casa con el fuerte olor que le provocó a Jungkook ganas de vomitar.

—Sírvete lo que quieras, Jungkook —dijo Suny abriendo la tapa para mostrar la pizza que Jimin había ordenado—.Hay suficiente para todos.

—No gracias, no tengo hambre, de verdad —dijo Jungkook mirando a la pizza con una mueca.

—Nadie le puede decir que no a un pedazo de pizza, cariño —Suny miró al pelinegro con ojos asombrados—.Mi hijo puede comerse una pizza entera, él solo.

—¡Mamá! —Jimin se sonrojo.

—Bueno, la gente tiende a pensar que eres anoréxico, solo intento demostrar que no lo eres —Afirmó Suny haciendo a Jungkook perder el color de su rostro.

—...no lo soy —murmuró Jungkook decidiendo tomar un poco de agua que Jimin le dio pues había negado la coca.

—Entonces toma una, Jungkook —Jimin le sonrió notando como se estaba sintiendo incómodo, bueno, más de lo que ya estaba.

La cena acabó unos minutos después y con eso Jungkook logró irse de la casa de los Park. Si se quedaba otro segundo más estaba seguro que Suny lo iba a alimentar más y hacerlo quedarse; cosas que Jungkook no estaba dispuesto a hacer con aquella mujer tan cerca.

—¿Jiminie? —dijo Suny mientras terminaba de secar el último plato.

—¿Sí? —preguntó Jimin, asomando la cabeza de la alacena donde estaba guardando los condimentos que habían usado.

—Tengo un mal presentimiento sobre Jungkook —Empezó suavemente haciendo suspirar a su hijo—.No comió nada... ¿Tú crees...?

—No lo creo Ma, pero aun así me molesta un poco... —dijo Jimin mientras dirigía su mirada hacia donde su madre estaba viendo; un plato con una pizza sin tocar, sin tomar en cuenta el hecho de que ya no tenía champiñones. Sí, Jungkook le estaba guardando muchas cosas más a Jimin.

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