Capítulo 40

183 22 0
                                    

Se que el capitulo anterior estuvo cortito asi que solo vengo a dejar esto por aqui...


Cuando la mañana llego, lo primero que hizo el pelinegro fue vestirse y usar el regalo que su primo le había dado. Era un bonito gorro de lana color azul oscuro que estaba dedicado para que él lo utilizara en invierno. Jackson sabía que Jungkook siempre sentía frío desde que era delgado así que pensó que podría ser un regalo muy útil y eso era seguro, ya que Jungkook rápidamente se lo puso en su cabeza en lugar de la gorra de costumbre mientras ataba sus cabellos en una coleta baja, luciendo un tanto tierno. Al menos eso era lo que Pat le dijo cuando vio a su sobrino en la cocina.

—Bueno, Jack tiene buenos gustos —Jungkook se defendió mientras se ponía su sudadera azul oscura, no queriendo que su tía note el leve rubor en sus mejillas.

—Puedo notarlo —Pat estuvo de acuerdo en una forma burlona antes de que ambos comenzaran a tomar su desayuno.

Ahora que la Navidad estaba justo a la vuelta de la esquina y la estación de frío llegaba a su punto más alto, la mujer notó que Jungkook había comido mucho más, una vez incluso aceptó el – lleno de carbohidratos – Milky Way que ella le ofreció sin pensar, seguramente Jungkook se hubiera congelado hasta los huesos el solo pensar en aceptar tal cosa cuando vivía con su antigua familia.

El desayuno fue más rápido y fácil dado que todas sus cosas estaban en cajas y la mitad de la cocina estaba ya empaquetada en la otra casa. Sí, habían decidido comprar la casa que estaba una cuadra de distancia de la de Jimin.

—¡Pat! ¡El camión está aquí! —Una voz masculina gritó desde su antiguo dormitorio indicando que Niklas había llegado.

—Un minuto —Pat contestó antes de que empaquetara los platos que acababa de lavar en una de las cajas. Jungkook ayudó a embalarlas de una manera sofisticada, así que no se abrirían.

Media hora más tarde con la ayuda de Niklas y otros dos hombres las cosas de Jungkook y Pat estaban a salvo en el camión. Ahora la parte divertida iba a comenzar. Desempaquetar.

Podría sonar extraño para cualquiera pero para Jungkook, él estaba realmente esperando por esto. El pelinegro estaba ansioso por arreglar su nueva casa como él quisiera junto a su tía. Desde el principio, Jungkook participó en la elección del lugar, el color de las paredes, el nuevo mobiliario, incluso las flores que iban a poner en su nuevo patio. Narcisos. Recordó que su madre las tenía. Todo eso y algunas otras cosas que estaban faltando. Era más que seguro que cambiar las cosas de un apartamento a una casa no iba a llenarla por completo por lo que Pat y Jungkook tendrían que ir de compras en el futuro y eso significa un tiempo en familia... sí, familia.

—Así que aquí estamos —Pat dijo al momento que estaciono su camioneta en el garaje de una casa de dos pisos. Decorada con nieve, la fachada, era hermosa.

Su nuevo hogar era bastante grande y tenía un hermoso frontis, un poco de pasto que ahora no era visible desde que una manta blanca de nieve lo cubría. Grandes ventanas con una vista agradable, y por supuesto una buena zona frontal donde podían sentarse y ver pasar el día. Todo en un delicado color blanco y amarillo pálido.

—Gracias Pat —Jungkook dijo volteando su atención a la joven mujer después de dejar de maravillarse con su nuevo hogar.

—Esto no es nada comparado con todo lo que te mereces, Jungkook —dijo Pat antes de mirar al joven con una suave mirada. Incluso si Jungkook estaba mejorando y parecía ahora más como un adolescente normal, ella todavía recordaba todo lo que había vivido. Las pocas cosas que había visto y otras que estaba segura, Jungkook mantenía muy en el fondo. Sin embargo, no había necesidad de decirlas en voz alta, ella podía imaginarlas todas muy bien. Eso y el amor perdido. La gente podría decir que Pat lo estaba mimando, que estaba siendo muy cuidadosa y convirtiéndolo dependiente, pero ella sabía que esto era lo mejor que podía hacer, después de todo, ella sabía que su hermana haría todo eso por su precioso hijo.

TIENES UNA LLAMADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora