Capítulo 30

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NOTA: Es oficial llegamos a la mitad de esta historia. Disfrútenlo <3


El sol se ponía en el momento que Jungkook decidió salir de la piscina. Cubrió rápidamente su cuerpo con la gran toalla, el pelinegro se sentó junto a su tía quien se dedicaba a terminar las palomitas de maíz del gran tazón. Parecía tan metida en la tarea que ni siquiera la presencia de su sobrino la hizo despertar del trance.

Jungkook se divertía con la acción de Pat sintiendo la travesura florecer en su alma, el pelinegro con cautela usó sus dedos para coger una palomita de maíz  dirigiéndola  a la altura de la oreja de la mujer y destrozarla.

—¿Qu-e? —Pat saltó de su asiento como una reacción, haciendo bufar a Jungkook.

La mujer entrecerró los ojos tomando unas palomitas del tazón y se las tiró a Jungkook, que sólo cerró los ojos al ver la comida volando hacia su rostro.

No contento con el hecho de que su tía había luchado, el pelinegro tomó otro trozo perdido de palomitas de maíz, y la arrojó de nuevo a su tía. Esta vez, la mujer tomó un puñado de palomitas y las tiró a su sobrino, que esta vez cruzó sus brazos frente a su cara al momento que una lluvia de palomitas cubría su cuerpo.

—No puedes ganarme, Jeon —Pat dijo contenta con la recuperación, toda relajada. No vio a Jungkook venir hacia su camino con el tazón en mano listo para dejar caer todas las palomitas en su cabeza.

Cientos de palomitas de maíz cubrieron a Pat como la nieve. Ella estaba completamente congelada. Nunca se había imaginado que el pelinegro pudiera hacer eso.

Simplemente no encajaba con el Jungkook de ahora, así que Pat se dio la vuelta para ver a su sobrino, quien tenía una sonrisa de orgullo en su rostro, una sonrisa que todos vieron, no como si ellos no pudieran notar el tazón de palomitas de maíz caer sobre la cabeza de Pat.

—Tal vez sea posible —Pat dijo sacudiendo todo el alimento de su cuerpo—. Ahora tengo que tomar un baño.

—Que te diviertas —Jungkook dijo mientras su sonrisa se borraba de sus labios pero todavía había un resplandor en sus celestiales orbes chocolate.

—Gracias —Contestó su tía sacando la lengua antes de dejarlo solo.

—Hey ¡Jungkook! ¡Entra! —Gritó Taehyung desde la piscina lanzándole agua.

—Acabo de hacerlo —respondió Jungkook acomodándose en la cama de playa de madera.

—Si no vienes vamos a ir a buscarte —dijo Namjoon sonriendo consiguiendo una mirada del acusado.

—No, no lo harán —dijo Jungkook con firmeza.

—Gallina —dijo Taehyung antes de reírse.

Con eso los otros adolescentes se rindieron y aceptaron la declinación. Sin embargo, Jungkook había contestado y parecía muy animado, con eso estaban más que felices.

—Vamos Suga —La voz de Jimin se escuchó detrás de un montón de toallas— ¡Detente y ayúdame!

—Puedes con eso, Jimina—dijo Suga mientras él estaba llevando solo una toalla.

Ambos salieron del cambiador donde estaban las toallas. Pat les había pedido traer algunas ya que todos iban a a subir al departamento pronto.

—¡¡Yoongii!! —Jimin gritó mientras su amigo de cabellera platinada empezó a hacerle cosquillas en las costillas, sus dedos acariciaban la piel pálida de Jimin, llamando la atención de todos, incluyendo a cierto pelinegro.

—Si las dejas caer, Pat se enojará —dijo Yoongi corriendo detrás de Jimin, quien trataba de alejarse de las cosquillas.

—¡ALTO! —dijo entre risas Jimin, acorralado por el platinado quien empezó a hacerle cosquillas—. ¡Por favor! ¡Jung...!

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