Capitulo 2

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Gelatina roja. Eso era lo que Jeon Jungkook comía cada lunes a la hora del almuerzo. Una mano sostenía la cuchara llena de esa pegajosa sustancia roja mientras la otra sostenía el periódico de Busan Intenational High School, el cual acostumbraba tener malas noticias. Esta vez, por alguna extraña razón no había impresa alguna de estas pero él podía recordar perfectamente como el lunes pasado fue dada la noticia de Lisa, muchacha dos años más joven que él quien se suicidó. Jungkook no pudo evitar voltear los ojos ante tal recuerdo, perdiendo completamente el interés en el periódico.

—Idiota... —Tom siseó comiendo un poco de su gelatina.

Jungkook estaba sentado en la mesa de la esquina izquierda donde podía divisar a todos los que estaban dentro de la cafetería. Ese era su lugar. Él era el único que se podía sentarse ahí y mirar a los estudiantes. Ver lo que hacían. Sus ojos color chocolate miraban alrededor de vez en cuando para saber que todo estuviera en orden. Nadie podía ir a su mesa ni acercarse a él, solo si tenían algún asunto que tratar con él. Así era como las cosas se trabajaban en Busan High School. Solo sus amigos, amigo en este caso, eran capaces de ir y sentarse allí, aparte de otras personas. Personas que estaban en su mismo nivel de popularidad, los cuales eran extremadamente pocos.

—Qué onda Kookie —El adolescente de cabellera negra ondulada escuchó la voz de su mejor amigo, haciéndolo levantar la mirada de su gelatina.

—Qué onda V —dijo Jungkook con una voz burlona mientras volteaba los ojos. No le gustaba el hecho que Taehyung haya adoptado ese apodo tan cariñoso, así que él molestaba a Taehyung con su apodo aunque parecía que no le molestaba en lo más mínimo.

—Nada realmente. Acabo de reprobar el examen de física. —Suspiró Taehyung—Mis padres me van a matar.

—No lo creo. Por esta época del año, supongo que ya están más que acostumbrados a tus calificaciones —dijo Jungkook con una media sonrisa de lado.

—Oh cállate maldito listo.

—Yo estoy bendecido y tú estás castigado.

Jungkook siguió con esa media sonrisa. Era un chico inteligente, uno de los más listos en la escuela. Nunca estudiaba y se la pasaba dibujando en clases, a pesar de eso lograba obtener calificaciones casi perfectas aún con esa desvergonzada actitud.

—Calla Jungkook. ¿A caso no existe algo en lo que seas malo? —preguntó Taehyung en un tono juguetón mientras comenzaba su almuerzo.

—No lo sé —dijo Jungkook dándole ahora más importancia a su gelatina.

Aparte de sus excelentes calificaciones el chico pelinegro era bueno en los deportes y música. Portaba un físico extremadamente agradable y tenía una increíble personalidad. Era muy seguro de sí mismo, tenía una mirada seria acondicionada con una fresca actitud.

Vivir relajado parecía ser su lema. Todos en la escuela lo amaban y admiraban. La gente quería estar con él, hacerse amigos del joven pelinegro, pero Jungkook, aunque socializaba con todos, siempre mantuvo su distancia.

El único que pudo acercarse más a él fue Taehyung, uno de sus mejores amigos desde su primer año en la escuela.

—Aun así no eres tan listo como tu hermano —dijo Taehyung moviendo su tenedor en el aire.

—Jackson es más inteligente —dijo Jungkook sencillamente después de haber terminado su comida.

—Aun así tío, ¿Acaso ha existido un día en el que le hayas ganado?

—Y nunca existirá —dijo Jungkook en voz baja mientras notaba a un grupo de jóvenes que estaba caminado hacia ellos.

Entre esos cinco chicos había un joven alto, cuyos ojos cafes nunca dejaron de ver los ojos chocolates de Jungkook. Vestía unos jeans obscuros, un polo azul y unos Puma. Su rostro era serio, casi frío pero encantador. Una obra de arte.

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