Capítulo 21

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–No lo sé, Suga –Jimin sacudió la cabeza–. ¿Qué tal si Jungkook llama?

–Es exactamente por eso que vas a salir. Te has resguardado en tu casa esperando por una llamada que no creo que llegue. Es solo una noche, Jimin. Además, vas a llevar ambos celulares de todos modos, no es como que fueras a perder la llamada si es que llega a llamarte

Yoongi se había pasado la hora entera intentando convencer a Jimin de que fuera a la fiesta que J-Hope había planeado. No era que les gustara tanto ir a fiestas, pero Yoongi sentía que su amigo necesitaba salir de la casa. Jimin ya se estaba volviendo obsesivo con eso de que Jungkook llamaría.

El chico tenía ojeras marcadísimas bajo sus ojos, por todas las noches que había esperado la inexistente llamada. Había revisado su teléfono tantas veces en el día solo para asegurarse de que no había perdido una llamada accidentalmente.

Yoongi no estaba muy seguro de lo que le estaba pasando a Jimin. Había empezado como una necesidad, para ayudar a la gente pero ahora no estaba seguro si Jimin estaba ayudando a los demás o solo a Jungkook. El joven pelinegro obviamente había afectado a Jimin, pero Yoongi no estaba seguro hasta que nivel lo había hecho.

De cualquier forma, al final ambos quedaron de acuerdo de que un evento social les beneficiaría mucho así que fueron.

Por la misma razón que Jimin tenía su cabello perfectamente alisado. Por primera vez había optado en cambiar de color de sombra. Fue por uno diferente. Sus ojos estaban cubiertos por un color cafe con brillos y cuando finalmente salió del baño para dejar que su mejor amigo lo viera, la quijada del rubio se safó.

–Te ves sexy, Jimin.

El recientemente nombrado sonrió y agradeció antes de regresar el cumplido. Tomó su chaqueta de piel y se cubrió con ella.

–¿Listo?

–Listo.

La pareja hizo su camino hacia la casa de J-hope. Podían escuchar la música desde una cuadra. Cuando entraron a la casa, Jimin consideró la posibilidad de que esa noche le haría bien.

Mientras tanto en la casa de los Jeon, Jackson estaba intentando hacer que Jungkook fuera con él a una increíble fiesta que uno de sus amigos había planeado. El joven pelinegro, de cualquier modo, estaba viendo fuera de su ventana. En su mente, él estaba en el parque. Con aquella mujer.

¿Quién era ella? ¿Cómo era que lo conocía?

–Claro –contestó Jungkook a su hermano, con un ligero trazo de vida en su voz.

Se movió casi de manera robótica de la ventana para ponerse una playera más bonita. Por alguna razón sentía que debía mostrarle a la misteriosa mujer que no estaba totalmente muerto.

Dos por ciento de vida aún eran vida.

Jungkook fue a la entrada con su hermano. Se subió de forma automática al auto y se fueron en dirección al parque. Cuando estuvieron a una cuadra Jackson volteó el carro hacia otra calle.

–¿A dónde vamos? –su voz terminó siendo vacía.

–A una fiesta... –dijo Jackson lentamente.

–Ah, creí que habías dicho parque –murmuró Jungkook, más para él que para su hermano. Por más que no quería ir, ya estaba dentro del auto. Cuando llegaron detuvo cuidadosamente el auto, Jackson se dio cuenta del gesto confundido que tenía Jungkook.

–¿Manejé muy brusco? –fue lo primero que le vino a la cabeza.

–No.. no es eso.

–¿Entonces?

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