Capítulo 59

151 19 11
                                    


Hola! aquí esta el penúltimo capi de esta hermosa historia!

Adventencia: No leer sin tener pañuelitos a la mano #NoOdienAJungkook, les dejo una cancion para que acompañen la lectura repítenla cuantas veces quieran, la amo y las letras encajan tan bien en este capitulo.



¿Desde cuándo? No lo sabía, pero lágrimas habían estado corriendo de los ojos chocolates de Jungkook por un tiempo. El único refugio que encontró fue su espaciosa habitación. Fue bueno saber que Patt no estuviera alrededor, si no, estaba seguro de que Patt le iba a preguntar todo y ahora no quería hablar, ya que le dolía. Realmente lo hacía. Aun así, Jungkook sabía que no podía estar así por tanto tiempo. Jimin tenía derecho a saber lo que estaba pasando por su mente. Simplemente no era justo que después de la increible noche que ambos habían compartido, las cosas hubieran cambiado. Jimin tenía que saber lo que le estaba molestando, por qué estaba actuando raro y también por qué estaba tomando esta decisión. Así, secando sus mejillas y sin saberlo, utilizo una fuerza desconocida para él, Jungkook tomó su teléfono y marcó un número demasiado conocido.

—¿Sí? —Respondió una voz taciturna en el otro extremo. Ni siquiera había mirado quién llamaba.

—Jimin...

—¿Jungkook? —La voz de Jimin se animó inmediatamente—¿Qué sucede?

—Cosas, demasiadas cosas. Lo siento por lo que paso temprano, sólo me tenía que ir —La voz de Jungkook era suave y sincera y por eso Jimin estaba agradecido.

—Está bien —Y con eso un incómodo silencio comenzó a cubrir la conversación—¿Así que...?

—Lo siento... no va a tomar mucho tiempo, pero, ¿Podemos hablar? —dijo el pelinegro con una voz monótona que le hizo saber a Jimin que algo andaba mal. Bueno, desde el principio sabía que algo estaba mal y ahora que Jungkook decía eso, hacían las cosas peor, ahora eran más reales. Por lo menos en la cabeza del mayor.

—Po... por supuesto

Jimin mordió sus labios. No sabía lo que Jungkook le iba a decir, pero se prometió que cualquier cosa que fuera, no iba a llorar.

—Pero no así... —Jungkook no era tan cobarde. Jimin se merecía a alguien mejor—¿Puedo ir a tu casa?

Por teléfono era una cosa. Jimin podría mantener el control. Pero en persona... sin embargo, se encontró asintiendo—.Sí, claro. La puerta está sin seguro, solo entras.

—Llego en diez minutos —dijo Jungkook y en ese momento ambos desearon no haber vivido tan cerca el uno al otro.

Jimin asintió de nuevo a pesar de que no podía ser visto y colgó. Se acurrucó en su cama, deseando protegerse de lo que venía. Al mayor se le retorcían hasta las entrañas y se sentía mal del estómago. Ese muffin fue una mala idea, al parecer.

El tiempo pasó rápidamente y antes de que Jimin pudiera prepararse para lo que venía, hubo un suave golpe en la puerta de su habitación y con ello una fría brisa.

Jungkook estaba allí.

Rápidamente Jimin se obligó a lucir cómodo en su cama, abrió una revista en su regazo, tratando de actuar con normalidad, en busca de una manera de distraerse de llorar cuando Jungkook comenzara a hablar ya que él sabía, lo que venía a continuación no iba a ser una conversación placentera.

—Adelante —Fue la respuesta tranquila.

—Jimin.

Su nombre saliendo de esa tierna voz hizo que su piel se erizara. Le faltaba aire en los pulmones después de que la puerta se cerrara en silencio. Todo parecía tan pequeño, tan insignificante al lado de Jungkook, quien tenía una triste mirada, Jimin podía sentir que su cuerpo se encogía mientras más se acercaba el pelinegro. Gracias a Dios  se sentó en la silla del escritorio, aunque todavía estaba cerca.

TIENES UNA LLAMADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora