Capítulo 17

205 18 0
                                    



—¿Y qué hay de ti? ¿Cómo estuvo tu día?

—Un poco confuso, pero dentro de todo bien —respondió Yoongi. Estaba hablando con su "paciente" de la noche. Parecido que con Jimin y Jungkook. Bueno, pues él aún no sabía quién era ella. A pesar de eso se estaban volviendo buenos amigos. Todo empezó con ella buscando ayuda y terminó también ayudando a Yoongi.

—¿Por qué? ¿Qué sucedió?

—No lo sé. Mi mejor amigo. Está ocultando algo. Algo grande. Y me mandó un mensaje diciéndome que si cualquiera me preguntaba, sus zapatillas son mías. Juro que creo que mató a alguien y me está usando para esconderse.

—No lo dices en serio —La chica rió.

—Bueno no —Admitió Yoongi—.Pero escucha mis palabras, se metió en un lío. Siempre lo hace y siempre estoy en el fondo de todo eso. Seré el que termine en problemas por eso.

—Bueno, si ese es el caso, tienes mi número. Salvaste mi vida y debo regresar el favor.

—¿Harías eso?

—Claro —dijo ella—.Excepto que no sabemos quién es quien... necesitamos una palabra clave.

Yoongi pensó por un minuto —Lasaña.

—¡¿Qué?!

—Lasaña. Estaré tirado en el suelo, en algún lugar, muriendo, y estaré gritando "¡Sálvame Lasaña!".

El dúo habló por un tiempo más, completamente inconscientes que su juego sería útil en un futuro cercano

***

Temprano Jimin buscó con ansias a Jungkook en la escuela, pero no lo logró ver hasta que tuvieron clase de música. Unos días después de la llamada de las zapatillas, por fin lo volvió a ver. Nunca pensó que le dolería tanto ver al pelinegro. Jungkook se veía como cuando él empezó a hablar con Jimin.

Corrección.

Jungkook se veía peor.

Parecía como alguien que estuviera caminando muerto. Jimin había estado tan contento. Había visto una pequeña pero verdadera sonrisa en los labios de Jungkook. Había visto alegría en los usualmente fríos ojos chocolate. Todo el trabajo de Jimin se había perdido.

Después de la conversación de las zapatillas, Jimin no había tenido otra llamada del chico pelinegro. Estaba preocupado.

No dejaré que caiga, Jimin se juró. No me importa lo que cueste. Regresaré a Jungkook a la normalidad. Y le pateare el trasero a Jackson.

Con eso en mente se acercó al pelinegro pero no sirvió de nada. Jungkook no escuchaba nada de lo que Jimin decía. Con tristeza, Jimin lo vio tocar la guitarra. Fue horrible. Claro que Jungkook tocaba bien, pero su pasión se había esfumado. No importaba cuan deprimente la música se escuchaba, cualquiera podía ver como Jungkook vivía por su guitarra.

Hasta eso se había ido. Jimin no sabía que había sucedido para que estuviera así, pero más que nunca, estaba determinado a salvar a Jungkook. Sin importar cuan heroicos los pensamientos de Jimin eran, no pudo detenerse en cuestionar su poder. Era solo un chico después de todo. Los pensamientos empezaron a abrumarlo.

¿Qué tal si no era capaz de hacerlo? ¿Qué tal si Jungkook estaba ya muy lejos de alcance? ¿Qué tal si no lograba ayudarlo? Jimin nunca se había dado por vencido con Jungkook. Nunca en todo el tiempo que estuvieron en contacto. Pero ahora estaba dudando de sí mismo.

Viendo a Jungkook, supo que el pelinegro no estaba poniendo atención a lo que tocaba, pero Jimin reconoció la canción. Jungkook apenas le miró con sus ojos muertos mientras Jimin comenzó a recitar la letra suavemente. No podía ni cantar.

TIENES UNA LLAMADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora