Capítulo 16

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—Mm, parece que te llaman mucho —dijo Taehyung mientras veía a Jimin sacar su celular personal.

—Lo siento Tae, espera —dijo Jimin notando que era su madre la que llamaba—.Hey.

—Hola bebé —La voz de Suny fue escuchaba—.Voy a llegar tarde, solamente necesitaba decirte eso.

—Este... está bien —dijo Jimin mientras jugaba con una de las fichas de domino que estaban usando para el proyecto.

—Ah, también, ¿Podrías comprar más leche? Me terminé la última en la mañana y necesitaremos una para el desayuno de mañana.

—Sí, iré cuando termine el proyecto.

—Okay, cuídate Jimin.

—Igual mamá. Adiós —Y con eso Jimin colgó.

—¿Hijo de mami? —preguntó Taehyung riendo tontamente en lo que cortaba una de las cajas que iban a usar.

—Hijo único.

—Igual acá.

—Un poco aburrido, ¿No lo crees? Como sea, ¿Seguro que podemos usar todas estas cajas? También podríamos usar madera —dijo Jimin levantándose para tomar el bosquejo que hicieron para el proyecto de tamaño Hobbit.

—Nah, será más pesado si lo hacemos así —respondió Taehyung dejándose recostar en el suelo. Estaba cansado de trabajar en eso.

—¿Quieres un descanso? —Sugirió Jimin estirándose los brazos.

—Sí, hemos estado trabajando con esto desde que llegamos de la escuela —Taehyung dijo.

Con eso ambos adolescentes decidieron parar y tomar un poco de Coca-Cola para refrescar sus secas gargantas. Mientras Jimin tomaba un sorbo de su bebida, su mente divagó en la vez que Jungkook le negó la Coca-Cola y pidió agua. Extraño, ¿Quién le dice no a una fría y deliciosa Coca?

—¿Qué sucede? —De repente dijo Taehyung, rompiendo la burbuja de Jimin. Se le hizo muy extraña la forma en que Jimin se quedaba viendo la lata de gaseosa como si fuera veneno.

—Recordé la vez que Jungkook me dijo no cuando le ofrecí una Coca. Sé que sueno loco y tal vez solo sea yo y mi paranoia —murmuró Jimin.

—Usualmente no toma Coca o alguna otra bebida, no desde que lo conozco —dijo Taehyung, recordando los viejos tiempos—.Parece que no nos podemos olvidar del pelinegro.

—Eso parece... este mmm ... Tae, lo conoces desde hace mucho, ¿no? —preguntó Jimin de la nada, curioso sobre el pasado de Jungkook. Y bueno, ya que habían empezado a hablar del pelinegro, ¿Por qué no aprender un poco más de él?

—Bueno no tanto —Explicó Taehyung—.Lo conocí en nuestro primer año.

—Eso fue cuando él y Jackson llegaron a Busan High School, ¿no? —Recordó Jimin. Jungkook no estuvo con ellos en la secundaria.

—Sí. Me dijo que sus padres los habían cambiado de escuela —dijo Taehyung antes de tomar un poco de la bebida—.Ahora que lo pienso, no se mucho sobre el pasado de Jungkook.

Suspiró Jimin —Es un gran secreto, ¿verdad?

—Sí... he intentado hacer que se abra un poco —dijo Taehyung, ahora jugando con su lata vacía–. Recuerdo la primera vez que lo conocí. Estaba sacando mis libros para comenzar las clases cuando escuche murmullos así que me volteé y ahí estaban. Los hermanos Jeon, ambos sonriendo orgullosamente, no le hacían caso a nadie. Parecían inalcanzables.

—Oh, recuerdo eso.

—Bueno, desde ese entonces todo mundo quería estar cerca de ellos —dijo Taehyung—.De alguna forma, no sé cómo, terminé encerrado con él en el salón de música una tarde.

—¿Te quedaste encerrado con Jungkook? —Jimin no lo podía creer.

—Sí, estaba obscuro y lloviendo —murmuró Taehyung—.Estábamos sentados en una de las bancas esperando a que alguien nos sacara de ahí. Jungkook estaba temblando y se mantenía callado. Sabía que no estaba bien así que le empecé a hablar. Intentando distraerlo; al parecer las tormentas lo asustaban a muerte.

—Dios...—dijo Jimin. Sabía sobre el temor de Jungkook por las tormentas, lo había visto antes—.Y después, ¿Qué pasó?

—Seguimos hablando y hablando hasta que Jungkook logró olvidarse de la tormenta —dijo Taehyung sonriendo—.En esas pláticas pude ver a un Jungkook diferente al que todo mundo conocía. Era la primera vez y la única. Aun así, intento estar cerca de él. Parece que mi compañía no le molesta y bueno, siento que si lo ayudo a olvidar por un rato se sentirá mejor. No sé qué quiere olvidar, pero, bueno, él nunca me dice que está pasando. Solo sé que hay algo malo y lo intento animar.

—Wow, no sabía eso —dijo Jimin, de alguna manera, dándose cuenta de cómo Jungkook había logrado mantenerse en pie. Era todo gracias a Taehyung, a pesar de eso ambos guardaban su distancia. Eso estaba bien y Jimin estaba contento de que Taehyung estuviera antes en la vida de Jungkook.

—Aun así, algunas veces intento hacer que hable pero él simplemente no se deja... —dijo Taehyung, pero fue interrumpido por el timbre—.Déjame ir a ver quién es.

—Okay —dijo Jimin mirando a su nuevo amigo salir de la cocina.

Momentos después Taehyung llamó a Jimin para la sala solo para presentarle a un amigo suyo.

—Mira Jimin —dijo Taehyung de buena gana—.Namjoon decidió venir e iluminarnos con su presencia.

—¡Oh! ¡Namjooni! —dijo Jimin, sonriendo ampliamente al ver al rubio de brazos gruesos que estaba a un lado de Taehyung.

—Hey Jimin —respondió Namjoon suavemente, dándole una pequeña pero amable sonrisa.

—Le llamé el otro día para ver si venía a visitarme, y decidió hasta ahora hacer lo que le pedí —dijo Taehyung dejándose caer en el sofá. Namjoon y Jimin lo siguieron.

—No había tenido tiempo hasta ahora —Se justificó Namjoon con una voz seria la cual creó una leve sonrisa en los labios de Jimin.

—Parece que se conocen desde hace mucho. ¿Quién lo habría pensado? —preguntó Jimin intrigado por como un nerd y un chico popular terminaron siendo amigos mientras que la escuela parecía seguir el estatus.

—Simple. Namjoon se mudó a la casa de al lado algunos meses atrás —Se encogió de hombros Taehyung.

—Y este niño necesitaba ayuda para mejorar sus calificaciones —dijo Namjoon mientras las mejillas de Taehyung tomaban color.

—Lo siento, tengo déficit de atención —Se defendió Taehyung—.Así que, normalmente nos vemos en las tardes. En la escuela nuestros horarios no coinciden para nada así que usualmente no nos vemos por los pasillos.

—Así que esa es la razón —dijo Jimin entre risas—.Bueno, yo tengo como, ¿Cuántas? ¿Dos clases contigo, Nam?

—Si —Namjoon dijo mientras sus ojos estaban ocupados viendo hacia otro lado—.Entonces... ¿Necesitan ayuda con ese desastre? —El rubio dijo, señalando a el proyecto de estatura Hobbit que estaba a punto de colapsar.

—¡¿Podrías?! —Jimin y Taehyung preguntaron con ojos grandes, obviamente rogándole a Namjoon por su ayuda.

—Terminemos esto de una vez.

Y con eso los tres chicos empezaron a divertirse mientras hacían ese estúpido proyecto que valía un veinte por ciento de sus calificaciones. Namjoon había terminado el suyo la semana pasada y no le importaba ayudar a esas pobres ovejas perdidas.

Jimin, siendo el chico abierto que era, empezó a llevarse no solo con el popular e interesante Taehyung sino también con el serio e inteligente Namjoon, ambos completamente distintos pero aun así, mostrando una agradable amistad. Jimin realmente deseaba que Jungkook estuviera con ellos para ver que la vida podía ser buena hasta en las cosas más simples. Pero Jungkook no estaba ahí y Jungkook no se estaba divirtiendo en lo más mínimo. Estaba a punto de ser castigado por algo que no hizo...

***

—A la mierda con esto —murmuró Jungkook aventando su lapicero al escritorio y cruzaba sus brazos, sus ojos perforando el papel en frente de él.

Estaba intentando hacer su proyecto de filosofía. Necesitaba hacer un ensayo y, bueno, simplemente se estancó. De nuevo. ¿Por qué no escogió física para hacer la estúpida estructura tamaño humano? Ahh verdad, odiaba las ciencias. Ahora no se podía quejar.

Sus hermosos ojos chocolate siguieron leyendo lo que tenía del ensayo.

"Vive. Vida. Esas palabras parecen comunes en nuestras almas, pero ¿Acaso somos capaces de comprenderlas? Podría atreverme a decir que las personas solo existne. Respiran, comen, caminan y siguen con sus rutinas. Algunos otros están muertos en vida, cuando lo que hacen no tiene significado; ellos solo existen porque siguen respirando. Cuando alguien realmente vive es cuando ellos..."

—Como si supiera —murmuró Jungkook, dejando que su mejilla descansara en el escritorio. Lo único que podía hacer Jungkook ahora era maldecir a su maestra que había escogido ese tema.

—Jungkook, ¿Estás ocupado? —La voz de Jackson sonó mientras se abría la puerta para mostrar a un emocionado castaño.

—No, no lo estoy —dijo Jungkook dándose por vencido en su proyecto.

—Eso es bueno.

La voz de Jackson era algo de temer, haciendo al pelinegro voltear para verle mejor. Sí, algo había en el rostro de Jackson que hacía al chico pelinegro temblar.

—¿Por qué? —dijo Jungkook, viendo a Jackson acercarse.

—¡Oh bueno! —dijo Jackson—.Vez que mis papas se fueron otra vez a Seúl, ¿no? Así que estamos solos.

—Lo sé —Jungkook aún no comprendía lo que su hermano le quería decir.

—La cosa es que, hace tiempo logré encontrar tu regalo de cumpleaños. Sabes cómo amo darte regalos —dijo Jackson con una suave y coqueta sonrisa—.Pero, como actuaste de mala manera, lo usaré para castigarte.

—¿Mi regalo? —Repitió Jungkook—.No te entiendo Jackson.

—Después entenderás. De cualquier modo, si haces como te pido, tendrás tu regalo de cumpleaños después de que te castigue.

—¿Cuál es mi regalo? —La curiosidad atacó al pelinegro. De alguna forma u otra Jackson siempre terminaba dándole regalos que le recordaban su infancia.

—Es una sorpresa. Ven a mi habitación —dijo Jackson jalando a su hermano menor de la silla y, quitándole la gorra azul que estaba usando, poniendole una venda para cubrirle los ojos—.No puedes ver hasta que yo diga.

—Okay —murmuró  y dejó que Jackson lo guiara hasta su cuarto.

—Cuidado con la puer... ¡no patees eso! —dijo Jackson quien ya había soltado su brazo—.No los abras aún.

Jungkook asintió y se quedó ahí parado, se sentía un poco extraño, estando en el centro de la habitación de Jackson, vendado. Un suave sonido fue escuchado y el pelinegro supo que Jackson había cerrado la puerta.

—¿Por qué la cerraste? No es como que nuestra madre nos valla a encuentrar —dijo Jungkook suavemente.

—Es parte del castigo. Así que cállate. —dijo Jackson y después otro sonido fue escuchado. Las cortinas fueron cerradas, y de la nada, sin previo aviso, la venda fue retirada de los ojos color chocolate.

—¡Ta-ran! —dijo Jackson, emocionado y abriendo sus brazos a lo largo para mostrarle su habitación a su hermano menor.

Jungkook respiró profundo.

—Interesante, ¿no lo crees? —dijo Jackson riendo torpemente. Jungkook, por otro lado, tenía la cara pálida. Sus ojos estaban abiertos mientras intentaba comprender lo que estaba viendo.

Sí, era la habitación de Jackson, aún estaba igual. Lo que era diferente eran las mil y un fotografías que cubrían por completo el lugar. Todas fotos familiares. Un joven hombre y una joven mujer con un niño. Las fotografías mantenían a las mismas tres personas. Ese era el padre de Jungkook. Podía reconocer ese cabello y esos ojos donde fuera, ese era su papá.

—¿A caso esto...? —murmuró Jungkook mientras caminaba hacia una pared para ver las fotos mejor.

—Así es. Verás, le pedí a papá que me traiga un álbum de tu casa en Seul la otra vez que fueron —dijo Jackson mientras se sentaba en su silla de escritorio—.Me dijo que habían muchos pero me trajo solo este.

—...Mamá —dijo Jungkook mientras sus ojos veían deseosamente las fotos. Esa era su madre. Esa hermosa mujer de corto cabello castaño. Sus ojos cafés estaban sonriendo y sus dientes como perlas brillaban mientras sostenía en sus brazos a un pequeño. Ese era Jungkook.

El escritorio, las sillas, el piso, las cortinas, la puerta, las paredes, hasta la cama, todas estas estaba tapizadas de fotografías. Fotos felices, fotos con memorias olvidadas. Las memorias de Jungkook.

—¿Las quieres? —dijo Jackson, viéndole intensamente.

—Sí —murmuró Jungkook mientras volteaba a ver a su hermano con ojos cargados de esperanza.

—¡Excelente! —dijo Jackson sonriendo—.Entonces, si eres un buen chico, para tu cumpleaños te llevaré a tu casa en Seul y podremos tomar todos los álbumes. ¿Te parece?

—Sí.

—Perfecto. —dijo Jackson con una sonrisa picarona.

—¿Qué tengo que hacer? —preguntó Jungkook deseando ser dueño de esas fotografías. Realmente las quería. Quería ver todas las fotografías de sus padres sonriendo.

—Desvístete.

—¿Q-qué? —dijo Jungkook abriendo sus ojos, no comprendía a Jackson. ¿Estaba bromeando verdad? No, tenía una mirada seria.

—Desvístete. Ahora.

—P-pero...

—Tenemos una audiencia ahora —Jackson miraba a Jungkook con ojos asesinos—.Tú me hiciste quedar mal enfrente de mis padres. Me vieron roto por tu culpa y ahora tus padres te van a ver. Te haré ver mal en frente de ellos. Después de eso, te podré perdonar.

—¿Jack-Jackson? —Jungkook rogó.

—Hazlo o lo haré yo —dijo firmemente.

Ante eso Jungkook no pudo comentar. Si quería sus fotos debía hacer lo que Jackson le dijera. No había otra forma; esta era la casa de Jackson y por lo mismo eran sus reglas.

Lentamente, las manos temblorosas de Jungkook hicieron su camino hasta la bastilla de su playera para después quitársela.

—Los pantalones.

Ahora todo el cuerpo de Jungkook estaba temblando. Podía sentir la fría brisa venir por debajo de la puerta. Se los quitó así como sus zapatillas y calcetines. Lo único que cubría su cuerpo ahora eran sus boxers negros.

—Vamos Kookie, no tengas miedo, no es que como no te haya visto desnudo antes —dijo Jackson levantándose de la silla, encaminándose hacia Jungkook.

El chico pelinegro tenía sus ojos cerrados mientras sentía el aliento de Jackson cerca de su oreja.

—Abre tus ojos —Demandó Jackson—.No los cierres, sin importar que pase.

El pelinegro solamente asintió con la cabeza. Y cuando abrió sus ojos, Jackson vio las lágrimas que se estaba aguantando, cosa que le hizo reír.

—Sí, tienes que sentir lo mismo que yo sentí cuando me entere sobre los tennis —dijo Jackson empujando a Jungkook de manera brusca hacia la cama. Jungkook chilló al momento que su cabeza golpeó contra la cabecera de la cama.

Los minutos pasaron y parecían años para Jungkook. Lo único que quería es que todo eso terminara. Era la primera vez que lloraba en silencio mientras Jackson lo tocaba, la segunda vez que Jackson lo violaba. Ahora, Jungkook no quería hacerlo, no quería ver esas felices memorias comparadas con su persona de ahora, el perdido y quebrantado Jungkook.

Sangre corría por su fría entrepierna, sus dedos aún se estaban agarrando con fuerza a las sábanas. La saliva corría por sus labios pues el pelinegro no tenía ni siquiera la fuerza para cerrarla, sus ojos y mejillas estaban batidas con lágrimas.

Esos ojos, que no hacía mucho eran hermosos estaban rojos mirando a la fotografía que se encontraba posando sobre el buró. Su mamá y su papá, ellos estaban sonriéndose el uno al otro. Lo habían visto todo. Habían visto cuan bajo su hijo había caído.

—Lo siento —Les murmuró Jungkook, intentando no cerrar sus ojos. Si lo hacía Jackson tal vez le diría que ya no podía tener las fotografías.

—Sí, ahora estás perdonado —dijo Jackson, sin notar que la disculpa no era para él.

—Lo siento —dijo Jungkook nuevamente, sintiendo que no era suficiente una sola disculpa.

—Deberías limpiar las sábanas, no queremos que mamá las vea después —dijo Jackson saliendo de Jungkook, recibiendo un quejido del menor—.Ahora me voy a bañar. Toma las fotos. Ahí está el álbum, en mi escritorio. Bien hecho Kookie. ¿Ves? No fue tan difícil.

Cuando dijo eso Jackson ya se estaba encaminado hacia el baño, dejando a un Jungkook quebrantado en su cama. Ahora era más que seguro. Jungkook había llegado al fondo, estaba tan adentrado en su dolor como para vivir. El alma que se había mantenido débilmente aferrada a su cuerpo se había ido. El chico estaba completamente roto, estaba muerto en vida.


NOTAS DEL CAPITULO: Este sujeto es repudiable!!!! Dios, lo odio demasiadoooo T-T Esperemos que Kookie no haga nada extremo, este capitulo si fue fuerte no se si ustedes también lo sintieron así.

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