Capítulo 41

166 21 1
                                    


Jimin era un cable de alta tensión. Casi golpeó a su pobre abuela cuando la vio. Suny y su madre, a quien Jimin llamaba Nana, rieron mientras Jimin rebotaba por las escaleras hasta la habitación de invitados donde siempre se quedaba cuando él estaba allí. Su Nana dejó que la decorara como él quisiera, y la habitación sin duda gritaba 'JIMIN' a pesar de que no era tan intensamente decorada como su propia habitación en casa.

Sin embargo, esta no estaba desordenada, Jimin quería asegurarse de que su habitación estuviera impecablemente limpia. No era algo que le ocurriera a menudo, pero cuando se le ocurría, Jimin siempre trataba de seguir adelante con lo que se proponía.

Cuando termino de su agrado, se recostó de nuevo en su cama y sacó su celular. Amaba esa cosa... siempre había sido de mandar mensajes, aun antes de que los celulares salieran, era un habitual hablador por teléfono. Pasó el pequeño dispositivo alrededor, maravillado una vez más como una pequeña pieza electrónica podía traerle mucho, podía traerle a Jungkook.

Con ese pensamiento, presiono el botón del número cuatro que estaba establecido para llamar al celular de Kookie, su madre estaba con el número dos, y Suga seguía manteniendo el número tres.

—¿Hola? —Llegó el saludo sombrío.

—¡Hey Jungkook!

—¿Jimin?

—¡Síp! —Gran parte de la hiperactividad del mayor se había ido después de limpiar lo poco que había que hacer, pero todavía tenía un gran estado de ánimo.

—Lo siento, no alcance para despedirme.

—Está bien. Siento, no poder estar allí para ayudarte a desempacar.

—No tenemos mucho que hacer de todos modos. ¿Cuándo llegas a casa...? ¿Quieres ver mi habitación?

Jimin sonrió suavemente a la petición del pelinegro —Por supuesto... Pero no volveré hasta que sea casi tiempo de que empiecen las clases.

—Oh.

Hablaron durante un rato más, Jimin curioso por ver por cuánto tiempo podría mantener a Jungkook en el teléfono sin que haya una razón. Hablaron hasta que la Nana de Jimin lo llamó para la cena.

—Kookie, me tengo que ir.

—Oh, okey.

—Voy a hablar contigo más tarde.

—Muy bien.... ¿Jimin?

—¿Sí?

—Oh, uh, no importa.

—¿Qué es?

—Nada. Tienes que ir a cenar.

—Como tú también deberías. Adiós Jungkook.

—Adiós Jimin.

Esto dio a Jimin algo en que pensar, lo que no dijo Jungkook. Podría ser cualquier cosa, conociendo a Jungkook. Pero la fantasía favorita de Jimin era cuando envolvía sus brazos alrededor de él, acariciando su hombro ligeramente, así como la parte posterior de su cuello. Aunque en su mente, todas las cosas fueron hechas por Jungkook, quien decidía venir hasta la casa de su abuela a verlo.

—Jimin — La mente de Jimin continuó fantaseando.

—¿Sí, Kookie? —Suspiraba felizmente en devolución.

—Lo que te quería decir antes era que.... Te amo.

Jimin se voltearía para mirar a Jungkook —Y yo también te amo, Kookie —Sus ojos pasaban minuciosamente por la habitación, lo suficiente para causar un leve temblor al pelinegro, quien luego se inclinaría para besar a Jimin. Su beso sería largo y dulce, aunque cada vez más pesado y más caliente que sus miembros se endurecían. Entonces Jimin estaría recostado de espaldas, con las manos de Jungkook comenzando a viajar por su pecho Un calloso dedo rodaría por el pezón de Jimin con un fuerte pellizcón. La fantasía del mayor cayo como su celular comenzó a sonar.

TIENES UNA LLAMADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora