Capítulo 39

143 18 0
                                    


Comodidad. Esa fue la excusa de Jimin para tener la reunión en su casa. La reunión fue, por supuesto,  entre el pelinegro y el novio de su tía, Niklas. Jungkook y Pat se mudaban al día siguiente, por lo que su apartamento estaba lleno de cajas, por lo mismo, si se reunían en la casa nueva y a Jungkook no le agradaba, habría malos recuerdos en la casa. De esta manera, si la reunión fuera en la casa de Jimin, era un lugar en el que Jungkook ya se sentía bien, y Jimin le aclaro que si se sentía incómodo, podría ir a la habitación de Jimin y mayor no permitiría que nadie se acerque a la habitación.

Eso le dio a Jimin la oportunidad de estar a solas con Jungkook.

Pero al igual que la excursión de invierno, los planes de Jimin se vinieron abajo. Jungkook llegó temprano y los dos se quedaron solos – pero no por mucho tiempo. Suny había ido a la tienda por unos artículos de decoración y Pat vendría un poco más tarde para la cena, trayendo a Niklas con ella.

Jimin y Jungkook estaban sentados uno junto al otro en el sofá. El mayor compartió cosas con Jungkook  respecto sus padres, y desde ahí pasaron tiempo a solas, Jimin había sacado uno de sus álbumes de fotos que tenía.

—Así que, ahí estaba yo, feliz desgarrando mis regalos cuando sentí que alguien tiraba la parte trasera de mi camisa. Miré detrás mío justo cuando mi papa dejó este gran puto sapo en la parte posterior de mi camisa. Grité y empecé a girar y a sacudirme, tratando de sacarlo de mí. En ese momento empecé a llorar...

Jimin detuvo la historia de un cumpleaños pasado porque oyó la puerta abrirse. La cara de Jungkook se fue solemnemente una vez más, pero sus ojos seguían brillando con la risa que Jimin había provocado.

—Vamos, vamos a mi habitación —Jimin dijo mientras se levantaba del sofá, con el álbum de fotos en la mano. Jungkook subió las escaleras primero y Jimin justo detrás de él, con su mirada  en el culo inexistente del pelinegro. No le importaba si estaba siendo obvio mirando justo ahí ya que Jungkook estaba de espaldas de todos modos. Lo que no esperaba era de que alguien lo llamara.

—Qué manera de ser sutil, Jiminah. Además, ¿Acaso hay algo que ver?

—¡Suga! —Jimin exclamó mientras se tropezó ligeramente.

El rubio en la parte inferior de la escalera se echó a reír.

Ambos, Jimin y Jungkook se quedaron en las escaleras, decepcionados de que sus planes juntos habían cambiado. No era que tenían algo importante en mente, era el hecho de que podrían disfrutar de la compañía del otro. Ambos lo escondieron bien, o Yoongi simplemente no se dio cuenta, porque el rubio no tardó en unirse a ellos en el viaje a la habitación de Jimin.

—No me di cuenta de que ibas a venir hoy —comentó Jimin.

—No iba a hacerlo, pero vi a tu mama en la tienda y me invitó a cenar, así que dije que sí. Espero no haber interrumpido algo.

—¡Oh no, en absoluto! —Se quejó Jungkook.

Yoongi frunció el ceño ante el pelinegro. No podía entender por qué Jungkook estaba tan. . . frío con él. No es que Jungkook fuera amable con lo demás más que con Jimin, pero fuera de todos sus amigos, Yoongi sentía que él era el que menos le agradaba. Y él no sabía por qué. Jungkook era amigo de Jimin, y eso era suficiente para que Jungkook sea amigo de Yoongi.

Los tres adolescentes se reunieron en la habitación de Jimin por un momento, hasta que la hora de la cena se acercara. Yoongi intentó incluir a Jungkook en la conversación, pero el permaneció callado, mas que todo deseando para sí mismo que el platinado no hubiera venido.

Jungkook estaba en el sofá donde siempre dormía cuando se quedaba. Jimin estaba en la cama, y Yoongi originalmente fue a sentarse al lado de su mejor amigo, pero una fría mirada de Jungkook que Jimin no vio, le dio a Yoongi la brillante idea de sentarse en la silla del escritorio de la computadora.

TIENES UNA LLAMADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora