Capítulo 15

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Jimin aún usaba los tennis de Jungkook en la escuela. Tenía más zapatos que cualquier chico normal, pero aun así, había algo en los tennis del chico que los hacían muy cómodos. Estaba considerando comprarse unos para él, pero no llegarían a tener esa sensación de usados que estaba disfrutando Jimin en esos momentos.

Así que sin necesidad de expresarlo, Jimin no estaba tan contento como cualquiera hubiera estado al abrir su locker y ver sus tennis ahí. Seguramente Jungkook quería sus tennis de vuelta así que ese era un buen momento para cambiar de calzado. De mala gana se desató uno, seguido del otro. Demonios, eran realmente cómodos.

Se puso sus tennis, primero el derecho, después el izquierdo. Como estaba sentado, atándolos, podía ver varios zapatos pasar hasta que un par en específico, se detuvieron frente de él. Jimin miró hacia arriba dejando brotar una sonrisa de sus labios, a pesar de que esta no significaba nada.

—Que hay Jackson—dijo Jimin de forma falsa mientras Jackson le miraba amarrarse los tennis. Jimin se levantó y miro al otro chico—.¿Puedo hacer algo por ti?

—¿Por qué estás usando los tennis de Suga? —dijo sin escuchar las palabras del otro.

—Mm... son míos...

—No. Son de Suga —Insistió Jackson.

—Mmm, no —Frunció el ceño Jimin—.Yo lo sé. Los compré yo mismo. Gasté treinta en ellos.

Jackson lo consideró, asintiendo lentamente. No dijo otra palabra más, simplemente se fue. Jimin sacudió la cabeza. Jackson realmente era extraño. ¿Por qué Jimin usaría los tennis de Yoongi? ¿Los de Jungkook? Sí. ¿Yoongi? No. Jimin sacudió la cabeza por segunda vez. Jackson era un Jeon y los Jeon eran las personas más difíciles de descifrar.

Jimin dejó de pensar en Jackson y los tennis. Al menos hasta que llego a la clase de música. El salón, que normalmente estaba libre de bancas para poder interpretar y soltarse, ahora estaba lleno de escritorios enfilados. Jimin solo gruñó. Odiaba los días de teoría.

Tomó el asiento que estaba junto a Jungkook, haciéndolo saltar ligeramente. Jimin llegó casi tarde, la maestra ya había empezado a dictar el tema, haciendo imposible conversar con el pelinegro. Rápidamente arrancó una esquina de su cuaderno y escribió una nota:

Vi a Jackson. ¿Alguna idea de por qué decía que estaba usando los tennis de Suga? Por cierto, le di a Tae los tuyos porque no te encontré antes.

Después de haber escrito esto, dobló el papel torpemente y lo dejó en el pupitre de Jungkook. El pelinegro simplemente lo hizo a un lado, obviamente no quería leerlo. Pero Jimin le golpeó suavemente con el codo. Y de nuevo lo hizo. La tercera vez que lo golpeó Jungkook gruñó. Lentamente abrió la nota y la leyó. Gruño tan suavemente que solo los que estaban cerca de él, en otras palabras Jimin, Yoongi y él, pudieron escuchar.

Jimin miró con asombro como Jungkook literalmente bajó la cabeza para golpearse con el escritorio en una manera brusca y cómica a la vez. Yoongi escuchó el golpe y volteó a ver. Ambos chicos miraron como el pelinegro continuaba con la acción. Nada protegiendo la frente de Jungkook. Jimin y Yoongi se miraron y después a Jungkook, volvieron a verse y finalmente dejaron a sus ojos posarse en la figura del pelinegro.

El pelinegro se había golpeado unas cinco veces, pero fueron suficientes. Se volvió a sentar en su desganada posición para seguir poniendo atención en clases. Fue ahí cuando Jimin no pudo ser capaz de contenerse. Simplemente empezó a reír histéricamente. La maestra lo fulminó con la mirada pero estaba riendo de tal manera que simplemente no le importó. Lágrimas empezaron a brotar de sus ojos mientras se intentaba echar aire con las manos. Yoongi estaba a punto de caer de su silla, él había empezado a carcajearse segundos después de Jimin.

Jungkook siguió sentado con un rostro serio. Sus labios no se movieron, pero sus ojos parecían brillar, como si estuviera riéndose por dentro.

—¿De qué se están riendo? ¿A caso están drogados?

—Es que él... en serio... —Jimin no podía hablar de la risa, golpeando el escritorio con su palma de la misma forma que Jungkook se había golpeado con su frente.

—Jimin, Yoongi, por favor salgan al pasillo, contrólense, y vuelvan a clase.

El dúo hizo como se les fue pedido. Lograron calmarse de forma rápida, pero cuando intentaron regresar, varias sonrisas les brotaron cada que miraban a Jungkook.

Jungkook evadió a Jimin por el resto del día, y él no lo podía culpar. Al final de las clases pudo ver a Jungkook salir de la escuela con Jackson así que Jimin no se le acercó. Realmente no era necesario que fuera a hablarle. Tenía que ver a Taehyung de todas formas. Ambos habían sido emparejados para su proyecto de física.

Tan pronto como Taehyung salió de la escuela, encontró a Jimin y juntos fueron a la casa del mayor. Tenían que hacer una estructura tamaño humano.

Las cejas de Taehyung estaban enmarañadas en frustración mientras miraba los planos que tenían escritos–. ¿Estás seguro que esto es correcto?

—Sí —Jimin asintió.

—No lo sé. Algo no me parece correcto.

Jimin señaló el libro y empezó a explicar, por segunda vez, su teoría, paso a paso. Jimin estaba a punto de terminar cuando el celular de la linea de ayuda empezó a sonar. Dado que Taehyung estaba más cerca de él, se lo entregó a Jimin. Taehyung se había percatado del número y fue sorprendido de que era Jungkook el que marcaba. ¿Cuándo fue que Jimin y Jungkook se hicieron amigos?

Jimin palideció cuando Taehyung comentó sobre el número. Actúa de forma nomal se repetía Jimin una y otra vez.

—Hola Jungkook, ¿Qué hay?

Jungkook se tensó. Esta no era la forma que Jimin solía contestar —Los tennis son de Suga.

Jimin frunció el ceño —Pensé que ya habíamos establecido que eran míos.

—Solo di que son de Suga.

—¿Por qué?

—Solo... Por favor —Había un poco de súplica en la voz de Jungkook, así que Jimin inmediatamente asintió con la cabeza a pesar de que Jungkook no lo podía ver.

—Son de Suga.

La línea se cortó.

—¿Que fue todo eso? —preguntó Taehyung.

—Ah, nada —dijo Jimin. Decidió de forma rápida mandarle un mensaje a Yoongi

Para: Suga

Mensaje: Mis tennis rojos son tuyos. No importa lo que digan, di que son tuyos

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