• 𝙴𝚡𝚙𝚕𝚒𝚌𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜 •

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💎[Explicaciones]🐽

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Cerró la llave de agua, se secó y vistió antes de salir a su habitación.

Tenía sueño y estaba desganado. Incluso consideró dormir temprano, ya que no tenía más pendientes programados ese día.

Fue al espejo y revisó la cicatriz en su costado, a la altura de sus costillas. La única que no había sanado bien a pesar de las semanas transcurridas, y también, la única que le alegraba tener (de algún modo no-masoquista).

Valentino fue incapaz de explicarle por qué había resultado tan herido en aquel ataque: esa hemorragia debió detenerse al instante, su brazo debió crecer de inmediato y no debían quedar señales de cicatrices. ¿Qué tenía de especial aquel atraco y por qué le afectó tanto?

Barajaron varias teorías, ellos dos y Vox, la más probable era que estaba abusando de su habilidad, malgastándola. Otra era que su cuerpo ya estaba resintiendo los estragos de tantas recuperaciones.

O quizá el problema era relacionado al escondite de la prisma, lo que significaba que era necesario hacer un cambio, sin embargo, Niss no quería y se aseguró de recalcárselo a Val.

Si bien, había molestado a Angel con la amenaza de un posible cambio, Arackniss no estaba dispuesto a realizarlo: no solo era riesgoso, sino que era incierta la probabilidad de éxito.

Comenzaba a creer que la solución más viable sería aceptar su nueva debilidad, lo cual, era una completa estupidez: el propósito de esconder su prisma era ganar mayor resistencia y poder, era ilógico sacrificar tanto para no obtener nada a cambio.

Exhaló, pasando las yemas por la línea de su cicatriz. Medía casi el doble de su índice y la piel estaba rostizada en esa zona. Ya no sentía dolor al tocarla, pero verla le daba una sensación de paz.

Ese día que terminó herido y fue rescatado por un secuaz de Sir Pentious, significaba mucho para él aunque no quisiera admitirlo.

Pensar en el «malvado villano» hundió aún más su corazón. La ducha le había disminuido el enojo, pero aún se sentía traicionado.

Estaba por acostarse cuando escuchó un «pss, pss». El italiano juntó sus cejas, pensando que estaba imaginando cosas. ¿Quién demonios estaría hablándole?

Tomó una semiautomática, se acercó sigiloso al balcón y se asomó, apuntando a su probable enemigo. Sus ojos se abrieron con asombro cuando vio a Sir Pentious con las manos en alto, sorprendido.

Arackniss, de inmediato miró alrededor, asegurándose de que no hubiera ningún testigo antes de meter al idiota y cerrar las puertas.

—¿Qué carajo haces aquí? —susurró entre dientes mientras volvía a apuntarle.

—Vine a verte, Nisssy.*

La araña entrecerró sus ojos, sin creerle.

—¿Tienes idea de lo que te harían si te ven aquí? No eres parte de la mafia, van a degollarte y torturarte antes de pulverizarte. —explicó tocándole el pecho con la punta de su pistola—. Dime la verdad, ¿vienes como espía?

—Oh, no, no, no, Nisssy. —negó sacudiendo sus manos—. Te traje un pequeño presente.

Dijo buscando algo en el interior de su saco. El italiano volvió a levantar su arma, dispuesto a disparar, sospechando de lo que sea que fuera a mostrarle.

Tras unos segundos de suspenso, finalmente reveló una bolsita que abrió. Arackniss parpadeó curioso al distinguir las galletas y volteó, bufando.

—No las quiero.

•|| 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚 ||• [𝚁𝚊𝚍𝚒𝚘𝚍𝚞𝚜𝚝]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora