•|| 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚 ||• [𝚁𝚊𝚍𝚒𝚘𝚍𝚞𝚜𝚝]

• 𝚃𝚎𝚘𝚛𝚒𝚊𝚜 •

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[Teorías]
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Vaggie había prometido que apoyaría a Charlie con su proyecto, y hasta ese momento, lo había cumplido: ayudaba a administrar el hotel, se turnaba con Nifty para realizar las compras y ayudar en la limpieza del lugar, cuidaba las plantas junto a Angel pero sobre todo, se aseguraba de la imagen. Más importante, del avance de los participantes, qué tanto mejoraban, si habían realizado sus tareas y de cuidar su disciplina. En otras palabras, regañar a quienes se portaban mal.

Y sí, hablaba de Angel.

No le gustaba ser la tirana del lugar, sin embargo, Charlie era demasiado paciente y amable con él, así que sus intervenciones eran más de «eso no estuvo muy bien, por favor, no lo hagas de nuevo» y para ser honesta, no era una reprimenda como tal, era una «invitación a portarse poquito mejor». Por lo tanto, era Vaggie quien le dejaba las cosas claras a Angel y marcaba la línea entre lo correcto e incorrecto.

Y sí, a gritos... y a veces se lanzaban cosas, peeeero, por lo menos Angel era más discreto o hacía la misma travesura de otra manera, lo cual era un avance... ¿no?

Un ejemplo era cuando hacía bromas a números desconocidos desde el teléfono del hotel. Vaggie lo regañó esa vez diciéndole no solo que sus bromas eran de mal gusto (algunas incluso se transformaban en charlas sexuales interminables) sino que aumentaba drásticamente la factura mensual y que estaba poniendo en riesgo la imagen del proyecto.

A partir de esa ocasión, dejó de hacer esas llamadas... desde el hotel, y empezó a hacerlas desde un teléfono público (para no gastar el crédito de su infernófono personal). Al día de hoy, Vaggie no sabía si considerarlo una victoria.

Sin embargo, eso no era lo que la tenía tan meditativa y Charlie podía notarlo, así que dejó su mascota virtual* para sentarse frente a ella en la mesa de la cocina.

—¿Qué ocurre, cariño? —preguntó Charlie con la dulce sonrisa que siempre le dedicaba.

Vagatha exhaló, decidida a confesar.

—¿No te ha pasado que sospechas de algo que sabes que está ocurriendo y sabes que está mal pero no sabes qué es ni puedes confirmarlo?

La princesa mostró confusión en sus juveniles facciones y negó con la cabeza.

—¿De qué estamos hablando? —cuestionó apoyando su fino mentón sobre sus manos.

La salvadoreña entrelazó sus propios dedos, organizando las palabras en su mente antes de soltarlas.

—Hoy salí por mandado con Angel, ¿recuerdas?

La rubia asintió.

—Para que te ayudara a cargar las compras y a protegerte en caso de emergencia. —la chica polilla asintió aunque «proteger» no era un término de su agrado, prefería verlo como «un par de manos extras en caso de que se complicaran las cosas». Charlie rio y añadió—: No quería ir, ¿cierto?

Vaggie mostró su hastío al recordar el berrinche que hizo el actor cuando le dijo que irían juntos, incluso renegó con «Te equivocaste de muñeco, perra: yo no cargo bolsas, eso lo hacen otros por mí».

—No, no quería, pero ese no es el punto. —coincidió—. Cuando salimos... —movió las manos en el aire queriendo materializar lo que ocurría aunque no sabía cómo—. Todos se nos quedaban mirando.

Charlie ladeó su cabeza, pensando.

—Bueno... es famoso, ¿no?

—Estoy segura de que ese no era el motivo. —afirmó la joven—. La forma en que nos veían...