08
[Brazo]
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—¡Angie! —exclamó Cherri corriendo hacia su amigo, después de lanzar dos bombas.
Había recibido un disparo en el hombro izquierdo que le desintegró el resto del brazo en una explosión de sangre.
El demonio arácnido sujetó su herida con la mano izquierda, siseando de dolor y después apuntó al imbécil responsable, disparándole directo a la cabeza a la vez que murmuraba un contenido: «pezzo di merda*». Al ser el último enemigo, se permitió un poco de paz. Sopló suave, tolerando la sensación que desgarraba su zona afectada, mordió su labio inferior y de un segundo a otro, un nuevo brazo creció desde el muñón, recuperando su miembro como si nada hubiera ocurrido, aunque su saco rasgado era un desastre.
Revisó su nueva mano con aburrimiento, sabiendo que sería exactamente igual a las otras veces con la única diferencia de que sus uñas estaban de su natural tono y no del barniz rosa profundo que se había aplicado la noche anterior. Demonios, tendría que volver a pintarlas. Maldijo con un mal humor que se desvaneció en cuanto su amiga apareció en su campo de vista. La chica se arrodilló junto a él tomando su renacido brazo y lo inspeccionó.
—¿Estás bien, bebé? ¿Te duele? —preguntaba con preocupación.
—Meh, lo de siempre. —contestó rodando los ojos para restarle importancia, a pesar de que perder y recuperar un miembro de su cuerpo no era nada placentero, dolía cada segundo de eso y para colmo, la piel nueva seguiría húmeda y sensible por un largo rato. Asqueroso—. ¡Auch! —se quejó cuando su amiga le dio un leve puñetazo en su delicado hombro.
—¡Estaba tan asustada! —regañó leve antes de rodearlo con fuerza. Aún no se acostumbraba a ver cómo regeneraba sus extremidades de la absoluta nada. Jamás había conocido a otro demonio con esa capacidad y nunca olvidaría aquella vez que tuvo que regenerar su cabeza. Traumático.
—Tampoco es como si me gustara hacer eso. —admitió sacudiendo su brazo nuevo. Le dio una mirada a su amiga, quien se negaba a soltarlo y sonrió con suavidad—. ¿Vamos por unas malteadas? -invitó en un tono alegre para desviar su atención, ella se separó asintiendo antes de ayudarle a levantarse y caminaron hacia su local favorito.
Angel estaba convencido de muchas cosas, entre ellas, de que el infierno sería insoportable sin Cherri Bomb y lo comprobaba segundo a segundo. Sin embargo, era inevitable pensar en qué ocurriría con ella si él muriera, ¿quién la acompañaría en sus batallas? ¿Quién cuidaría sus espaldas si se despistaba? Instintivamente llevó una mano a la pelusa en su pecho como si eso fuera a darle consuelo.
Rió con amargura en sus adentros sabiendo que era inútil pensar en eso.
—¿Y cómo vas con la redención y eso? —preguntó su amiga sentándose del otro lado de la mesa antes de probar su malteada.
—Agh, es una mierda. —se quejó rodando los ojos—. La comida es un asco, hacemos actividades de "amor al prójimo" y creo que Charlie mencionó algo de un ejercicio sobre cuidar bebés.
—Oh, ¿como esos juegos de rol donde finges que estás embarazado para enseñarte sobre la responsabilidad?
—No lo sé, ¡yo no tengo por qué cargar con eso! ¡Soy hombre! —la chica dio un manotazo a la mesa, riéndose.
—Oww, ¡te verías tan lindo con pancita, Angie! —luego azotó la mesa con ambas manos, teniendo una epifanía repentina—. ¿Y si tuviéramos un bebé? Yo sería el papá y tú la mamá, —decidió con firmeza aunque solo estaba bromeando. El otro rio con su afirmación.
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•|| 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚 ||• [𝚁𝚊𝚍𝚒𝚘𝚍𝚞𝚜𝚝]
Fanfic[𝐑𝐚𝐝𝐢𝐨𝐝𝐮𝐬𝐭] •[ sinopsis ]• Si había algo que podía sacar de sus casillas a Alastor era que le arruinaran un buen trato, y para su mala suerte, eso era lo que le estaba pasando los últimos años. Molesto por los tratos arruinados y los hurtos...