• 𝙲𝚘𝚗𝚝𝚛𝚊𝚜𝚝𝚎𝚜 •

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17

🐽[Contrastes]💎

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Alastor estaba... confundido, por decir lo menos.

Normalmente no prestaba mucha atención a lo que decían a su alrededor, sobre todo cuando se trataba de una posible víctima. ¿Qué podía decir que pudiera cambiar su percepción?

Sin embargo, ahí estaba: sentado frente a la isla de la cocina, repasando las palabras de Angel.

«No te temo, pero tu oferta es muy tentadora y no soy tan estúpido como para creerte».

Había tanto que sacar de su argumento. Para empezar, Angel lo percibía de una manera negativa, como una entidad peligrosa y no, no estaba equivocado, pero no recordaba haberle hecho algo malo en concreto. ¿Por qué hablaba como si estuviera resignado a que algo malo le pasaría sin importar su decisión?

Lo siguiente era que si lo veía como un ser tan malévolo, tan vil, tan dañino... ¿Por qué no le temía? ¿No era contradictorio? ¿No debería actuar más precavido precisamente por la imagen que tenía de él?

Lo tercero era «... no soy tan estúpido... » y eso era debatible, pero no ahondaría en ese detalle, sino en «... como para creerte» y eso... ah, eso sí le hacía reflexionar.

Angel no confiaba en él, eso lo entendía, tenían pocas semanas de conocerse y sus interacciones no eran numerosas. No obstante, aquella frase le daba a interpretar que Angel no solo no confiaba, sino que se resistía a hacerlo. No quería y no planeaba ceder, lo cual era un obstáculo más. ¿Cómo iba a descubrir sobre la prisma si Angel ni se dignaba a darle la hora? Bufó despeinando su cabello.

¿Cómo podía un simple pecador complicar tanto las cosas? Comenzaba a creer que sería mucho más fácil atarlo, torturarle y arrancarle dedo por dedo para interrogarle. Sí, mucho más fácil, pero era Angel Dust de quién hablaba, por lo que no dudaba que en lugar de llorar de miedo o sufrimiento, estaría gimiendo excitado.

No solo eso, también estaba la cuestión del otro día con la toalla. Si bien, no sentía nada por el cuerpo de Angel, había sido inevitable notar la luz en la pelusa de su pecho. Ya lo había visto antes cuando le regaló las flores, pero aún no comprendía por qué brillaba.

Maldita sea.

Una taza de café fue dejada frente a él. Curioso, levantó una ceja y vio a quien se la ofrecía, encontrándose con una sonriente Niffty.

—Es para que te relajes un poco, te noto tenso. —dijo ella antes de tomar su bolsa.

—¿A dónde vas, querida? —cuestionó y luego recordó—: Ah, el evento de Angel, ¿no?

—Oh, no, no. —respondió ella sacudiendo su cabeza—. Tengo un compromiso a esta hora y no alcanzaría a llegar. Le avisé con tiempo, ¡aunque de verdad me gustaría ir! —explicó lamentando lo último.

—¿No irás? —preguntó de forma absurda fijando su mirada en la mesa.

Charlie y Vaggie estaban atareadas con el papeleo del hotel pero no las veía preocupadas por la hora ni las había escuchado mencionar el evento. Vio el reloj en su muñeca. Las ocho menos diez.

—Tú tampoco irás, ¿cierto?

Llevó sus ojos a la pequeña cíclope, quien le veía de manera sospechosa. Él sonrió apoyando su barbilla en su palma.

—¿Por qué la pregunta, cariño?

—No te gustan mucho esos lugares ni ese tipo de "entretenimiento". —comentó ella marcando las comillas con sus dedos.

•|| 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐦𝐚 ||• [𝚁𝚊𝚍𝚒𝚘𝚍𝚞𝚜𝚝]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora