22- Dos corazones que laten por ella.

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Capítulo 22: Dos corazones que laten por ella.

Mabel Hanson.

Viernes en la mañana, estaba sola en casa, sentada en la alfombra de la sala bebiendo un batido de fresa. No había clases ya que los profesores tendrían una reunión.

Mis padres tuvieron que salir porque nuevamente intentaron hackear el sistema de la empresa, de verdad se me hace muy extraño y preocupante esos episodios, pienso alguien intenta sabotear a mis papás.

Mis hermanos salieron temprano para comprar adornos de halloween para el instituto, su deber como líderes de equipos escolares, y para variar alumnos de último año, era encargarse junto a Liam y todo el comité de organizar eventos del colegio.

Alguien tocó el timbre de la casa, pensé que podría ser Eric, mis papá me había dicho que él pasaría por aquí para recoger un sobre con unos documentos dentro. Y yo debería entregárselo.

Ni modo.

Me levanté de mala gana y dejé mi licuado sobre la mesita.

Quedé un poco sorprendida, la persona que estaba allí no era Eric.

—Buenos días, Mabel —saludó Liam.

¿No sé suponía que él estaba con mis hermanos? De igual forma su visita no se me hizo desagradable.

—Buenos días, puedes pasar —me avergoncé un poco porque me encontraba en pijama.

El chico entró y cerré la puerta.

—Te traje unas galletas —me entregó una bolsa.

—Muchas gracias, —recibí la bolsita —¿Quieres algo de tomar? ¿Licuado de fresa, limonada, zumo de naranja?

—Limonada por favor.

—Ya vuelvo —di zancadas hasta la cocina, busqué la limonada en la nevera y serví en jugo en un vaso, volví y se lo ofrecí a Liam.

—Gracias —probó un poco —Está deliciosa —levantó las comisuras de sus labios —He venido porque quería verte.

—Sabes que puedes venir siempre que quieras. —El sonido del timbre nos interrumpió.

—¿Esperabas a alguien? —Sonó apenado.

—Sí, solo debo entregar un sobre que me encargó mi padre —dije mientras buscaba los documentos. —Dame unos segundos.

—Tranquila.

Caminé hasta la puerta, giré la llave. Y esta vez la persona que estaba frente a mí si era Eric.

Aún me gustaba, y sentí nervios. Aún lo quería, y mi corazón latió desesperadamente. Aún lo extrañaba, y me emocioné al verlo.

También sentí rabia, sentí miedo por afrontar la realidad, sentí decepción, y quería tirarle la puerta en el rostro.

Eric Makri.

Ya el camión de la mudanza se había llevado las cosas que tenía en casa de mi tía. Adriano me pidió que buscara unos documentos en casa de los Hanson, me advirtió que uno de sus hijos me los entregaría.

Y yo solo rogaba porque fuera Mabel.

—Sabes que te puedes quedar a dormir aquí cuando quieras, y siempre serás bienvenido —mencionó mi tía antes de yo arrancar —Adiós.

—De acuerdo tía, gracias por recibirme en tu casa, adiós —me despedí con un abrazo y me fui.

Recorrí las pocas cuadras que faltaban para llegar a casa de Mabel. Bajé de la moto y caminé hasta la entrada, toqué el timbre y esperé unos segundos.

Siendo Adolescentes © [SIENDO #1| Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora