Capítulo 28: Esmalte de color rojo.
Mabel Hanson.
La señora Margarita se quedó conversando con Ander. También llegó la enfermera Rosalinda, pidiéndole a ella que firmara unas planillas sobre la estadía de Sam en el hospital, obviamente era la única persona adulta que estaba con nosotros, y ella accedió.
—No es necesario que ella haga eso, —Mariano se interpuso.
—¡Por Dios cariño! Sabes que no tengo problema en firmar unos simples documentos —respondió la señora.
—No son unos simples documentos Margarita, son documentos sobre la estadía de Samantha —gruñó mi hermano. —Yo también soy mayor de edad, firmé las planillas anteriores, y no tengo problema cubrir cualquier gasto que sea necesario —esta vez se dirigió a Rosalinda.
—Entiendo eso señor Hanson, pero ¿ella es familiar de la señorita Cox?
—No, ella solo ayudó a traerla, es una desconocida, pero estamos agradecidos con ella, —manifestó.
—Mariano... —susurré.
—Ya entiendo, por lo tanto es mejor que firme usted, Mariano —sugirió Rosalinda.
Margarita solo dio una bocanada de aire y luego sonrió. Mariano recibió la carpeta que le entregó Rosalinda y firmó.
En medio del conflicto no entendí si eran documentos, o planillas.
En cuanto Sam, estaba demacrada, y no era para menos, su rostro se veía pálido. Y por lo que nos explicó el doctor, perdió mucha sangre, sin embargo gracias al cielo no necesitó ninguna transfusión de sangre.
Por el resto del día era necesario que la mantuvieran con una mascarilla de oxígeno, y conectada a otros aparatos médicos, nada para morirse, pero si estaba delicada.
Yo sabía que su recuperación sería rápida. Y esperaba con ansias y algo de angustia, que el oficial Bervely descubriera lo que sucedió en realidad, también la llegada de sus padres, a quienes al parecer no les interesó mucho.
Mi pasatiempo del momento fue analizar a Maggie con suma discreción, ella estaba sentada en una esquina de la habitación observando a Sam, su preciosa cabellera cobriza no iba muy bien peinada, usaba poco maquillaje. En cuanto su atuendo era algo sencillo, cómodo para la universidad, blue jean, y un suéter negro. Tomó una actitud extraña, muy seguido jugueteaba con ambas manos, sus uñas estaban pintadas con esmalte rojo, sin embargo se notaba que recién se lo había quitado rápidamente, porque aún se notaba.
Me preocupaba el simple hecho de que no llevaba labial (ya que el uso de pintalabios es algo característico en ella), sus labios estaban pálidos constantemente los mordía, y sus ojos cristalizados derramaban preocupación.
¿Por qué tan nerviosa Margaret Sanz?
Nunca la había visto tan vulnerable, ella es temperamental, nunca se muestra débil, pero ella también es de carne y hueso, al igual que todos en la habitación.
Quizás estar cerca de Mariano le hizo daño, quizás pasó algo en la universidad y por eso su madre fue por ella.
O tal vez Margaret... No, ella estaba en la universidad, y no la creo capaz.
El grito de Mariano me sobresaltó: —¡Abrió los ojos!
Todos nos pusimos nuestra atención a la camilla en donde estaba reposando Sam, si tenía los ojos medio abiertos, ella lo primero que hizo fue mirar a Mariano y apretó su mano, ya que él había pasado todo el rato a su lado.
ESTÁS LEYENDO
Siendo Adolescentes © [SIENDO #1| Completa✓]
Teen FictionPrimer libro de la trilogía SIENDO. "Hay personas, que a pesar de que se amen con toda su alma, su destino no es estar juntos". La vida puede ser complicada, y mucho más cuando te ves envuelto en una guerra tanto absurda como peligrosa... Cuando la...