39- ¡Adiós año viejo, y hola Pamela!

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Capítulo 39: ¡Adiós año viejo, y hola Pamela!

Treinta y uno de diciembre: Mabel Hanson.

Luego de la tormenta se calman las aguas.

Junto a mi familia nos preparábamos para recibir el año nuevo.

Quedamos en ir a la casa de los Makri, en unos diez minutos saldríamos. Estaba concentrada con mi reflejo, frente al espejo, acomodando mi cabello, decidí hacerme algunos rizos, el vestido que usaba era de tirantes, color blanco, llegaba a mitad de mis muslos y ceñido a mí cuerpo, lo combinaba con unas sandalias de tacón bajo color rosa.

Con Ethan encerado, Mariana recuperándose, y mis padres en casa, todos nos sentíamos muy tranquilos.

Busqué una bolsa que combinara con mí atuendo y guardé mis cosas ahí.

—¡Chicos ya estamos listos! —Avisó mi papá.

Salí de la habitación, bajé y me dirigí hasta el frente de la casa. El auto de mi papá estaba parqueado justamente allí, todos subimos y mi mamá se quedó cerrando la puerta.

Como siempre, no faltó la música de Mariana: —Too high, can't come down

Llosing my head, spinning 'round and 'round, do you feel me now?

Íbamos hablando sobre cosas de nuestro día y recuerdos. Llevábamos tiempo sin viajar todos en un mismo auto.

Esa canción no sé porque siempre que la escucho me recuerda a Liam. Yo le había pedido un tiempo, pero en ese tiempo hasta me hice novia de Eric.

Sé que no era justo para él.

—Niños, llegamos —anunció mamá.

Nos bajamos del auto, estábamos frente a la casa de Eric.

—No puede ser, —gruñó Mariano de mala gana.

—¿Qué pasó? —Pregunté extrañada.

—Allí —mi hermano señaló la casa de los vecinos de en frente de Eric —Viven los Sanz.

—Ay no, que pereza, ojalá ni salga. Mejor vayamos que ya nuestros papás tocaron el timbre, —Mariana suspiró.

Ya los únicos hematomas visibles eran los de sus piernas, ya que llevaba un vestido manga larga, y los de su rostro los había cubierto con maquillaje.

Era difícil verla de esa forma.

Caminamos hasta la entrada, Elena nos dio la bienvenida. Todos nos saludamos amablemente y nos quedamos en la sala de estar.

—Ya traemos unas copas de vino para brindar.

—Gracias Elena —dijo mi madre acomodando su vestido.

Ya eran casi las doce. Empezamos la cuenta regresiva:

—Cinco, cuatro, tres, dos, uno ¡feliz año nuevo!

Brindamos, nos abrazamos.

—Te amo, Miller.

—Te amo, Eric.

Me dio un beso corto, salimos a ver los fuegos artificiales.

—Mabel ¿me acompañarías un momento a caminar por favor?

—Sí, vamos.

Eric y yo salimos a caminar, los fuegos artificiales eran visibles aún, anunciando el año nuevo.

Mi enamorado parecía un niño pequeño, observando cada destello, cada color, los niños jugando con las luces de bengala en sus manos, podía notar el brillo de sus ojos color miel, esos mismos que me llamaron la atención en la primera vez que lo vi. Cambió su mirada hacia mí y me dijo:

Siendo Adolescentes © [SIENDO #1| Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora