30- Dúo Hanson.

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Capítulo 30: Dúo Hanson.

Veintinueve de noviembre: Mabel Hanson.

Mi día inició a las cuatro de la mañana. Era el día del cumpleaños de mis hermanos, tenía que prepararme para ir al colegio, pero antes les haría un desayuno sorpresa.

Mariano había dormido todas las noches en el hospital, y ésta antes de su cumpleaños no fue la excepción, menos porque le darían el alta a Sam y él la llevaría a su casa antes de las clases.

Samantha me había pedido de favor que le comprara un regalo a Mariano por ella, y así lo hice.

Mis padres supuse que estarían dormidos, así que bajé con cuidado para no despertar a nadie.

También tendría que decorar la casa, porque sus amigos vendrían en la noche a pasar el rato.

El desayuno de Mariano se lo llevaría al colegio, al igual que sus obsequios.

Sam ya estaba muchísimo mejor, ya podía caminar tranquila, pero debería permanecer en reposo, no asistirá al colegio por unos días. Sin embargo esperaba verla en la noche, Ander prometió buscarla y llevarla a mi casa.

No irá al colegio, pero está puesta para el desorden. Así es Samantha Cox.

Les prepararé unos pastelitos rellenos con ingredientes que van sobre la pizza, son sus favoritos. Empecé haciendo la masa para pasteles, luego dejé que creciera, los rellené, y mientras esperaba que reposara, me fui a bañar.

Luego al ver que crecieron, los puse en aceite. Y mis padres bajaron.

—¿Tan temprano despierta? —Dijo mi madre mientras me daba un beso en la frente.

—Estoy arreglando todo para el cumpleaños —le sonreí.

—¡Que linda hija! —Expresó mi padre —Felicitas a tus hermanos de nuestra parte.

No pude evitar molestarme, fruncí el ceño, y respiré profundo. Decidí no hablar, me tragué mis palabras.

—Aquí está su desayuno —se los ofrecí, como si ellos fueran los dos niños pequeños.

Ya eran las seis de la mañana, hora de ellos irse, ambos se despidieron con un abrazo y cada uno se fue en su auto.

Se hicieron las siete de la mañana. Mariana bajó, le di un abrazo de oso, y la felicité.

—Te amo hermanita, —le dije.

—Yo también te amo, Mabel.

Le di sus regalos y su desayuno, amabas comimos, luego yo subí a ponerme el uniforme.

Luego escuché el claxon del auto de Bruno, Mariana salió antes que yo. Y nos retrasamos un poco porque no conseguía mi blazer.

Salí, cerré las puertas, y me subí al auto del pelirrojo.

Respecto a el problema con los últimos, pensamos en hablar con Matteo durante la reunión de mis hermanos, anteriormente nunca vimos la oportunidad correcta.

—Buenos días, Bruni —lo saludé mientras me acomodaba en el asiento del copiloto.

—Buenos días, Vampirita —sonrió con las manos al volante —¿Listo todo?

—Listo todo —reí.

Ayer en la noche escribí en un cuaderno una serie de preguntas para Matteo, nuestro plan era interrogarlo y escribir sus respuestas. Esperaba que nos dijera todo lo que sabe, que se nos una, para desenmascarar a Alicia, Pamela y Maggie, aunque lo de Maggie no estaba comprobado.

—Mariana ¿ves esa bolsita de color rosa que está allí atrás? —Bruno la observaba por el retrovisor.

—Sí, está al lado de mi —le contestó ella.

—Ábrela, es tu regalo, —le ordenó con un tono de voz jocoso.

—Ay gracias Bruno, que precioso —le agradeció —Hace juego con una falda que me regaló Mabel —Se puso en medio de los dos, y nos dio un beso en la mejilla a ambos.

—Nos repartimos el regalo —confesé entre risas.

—Es que Mabel y yo planeamos algo, las chicas vestidas de lila con negro, y los chicos vestidos de blanco con negro. También pueden elegir un solo color, como quieran —explicó Bruno.

Estábamos cerca del colegio.

—Ay me emociona muchísimo, gracias, gracias —ella parecía una niña con muñeca nueva.

Todos reímos por su comportamiento.

Llegamos al colegio, y ya Mariano estaba allí, bajé rápidamente para saludarlo, pero no antes sin tomar sus regalos. Corrí hasta él, que estaba con la sospechosa, Alicia.

—Feliz cumpleaños hermanito —le pasé sus regalos. Allí también está tu desayuno.

—Gracias hermanita, —me respondió con un abrazo fuerte —Que rico, son pastelitos, —rió.

—Obvio.

Hablé con él un rato, sobre Sam, y le expliqué la dinámica de su cumpleaños. Me confirmó que Sam si estaría en al fiesta.

Pero sin olvidar a Alicia, la chica estaba desmejorada, sus ojeras las cubría con un poco de maquillaje, jugaba mucho con sus manos, y constantemente también jugueteaba nerviosamente también con su cabello. Sobretodo cuando llegó Matteo.

En ese momento me di cuenta, que Matteo sabía algo sobre ella, y yo lo iba a averiguar.

Sonó la campana, cada quien fue a sus clases, me senté al lado de Ander.

Y Bruni se sentó al lado de Matteo, quedamos en que él lo invitaría a la fiesta, igual yo lo haría. Pero dicen que entre hombres se entienden.

***

Estaba viéndome en el espejo, me puse un vestido morado oscuro, y unas zapatillas negras. Mi cabello suelto, solo un poco de maquillaje, y ya.

Al bajar me di cuenta que no habían llegado muchas personas.

Pero el objetivo, Matteo, estaba justo al lado de Alicia. Intentaría que ella no estuviera en el momento de acercarme a él. De todas maneras Bruno ni había llegado.

Vi que Sam y Ander llegaron, tenía la impresión que le incomodaba caminar, rápidamente me acerqué a ella y la saludé. Obviamente también le di un abrazo a Ander.

—¿Cómo te sientes? —formulé esperando que su respuesta fuera sincera.

—Muchísimo mejor, necesitaba salir, sabes que no puedo estar encerrada. Aunque si me siento algo incómoda al momento de caminar, solo me mantendré sentada y no habrá problema —,sonrió. —Además mis padres llegan mañana.

—Wow, que gran ayuda que lleguen mañana, —mi sarcasmo fue más que evidente.

—Chicas cambiando de tema, —Ander interrumpió. —Mi madre quiere organizar una cena para conocer a mis nuevos amigos. —Rió —Y bueno quería invitarlas, ella es muy cool la verdad.

Me pareció un gesto muy lindo de parte de Ander y su mamá.

—Obvio, nos avisas cuando será —le respondió Sam.

—Sí, yo puedo cualquier día la verdad, —todos reímos por mi comentario.

Vi llegar a Bruno junto a Danna, le hice una seña al chico para ir al grupo donde estaba Matteo. Yo también iba a acercarme hacia allá, y alguien me detuvo tomándome del brazo.

—¡Hey¡ ¿Pero qué pasa? —Grité sin saber quién era, hasta que me volteé.

—Lo lamento Jade, es que te me ibas escapando, —me susurró Liam al oído con voz ronca.

Siendo Adolescentes © [SIENDO #1| Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora