36- Una feliz navidad.

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Capítulo 36: Una feliz navidad.

Mabel Hanson.

Mi primera acción fue abrazar a Eric, y con mi rostro escondido en su pecho pude percibir el delicioso aroma de su perfume, que después de todo me tranquilizó. Me estresaba el hecho de que todos nos observaran, era más que obvio que nuestras familias esperaban una respuesta de mi parte. Me tomó de sorpresa que él decidiera pedirme ser su novia en la cena de Nochebuena.

Por la sorpresa, ni había notado que yo estaba llorando, de seguro me veía horrible.

—Mabel, esperamos tu respuesta, —mi hermana se atrevió a hablar.

Me separé de Eric y lo miré a los ojos, supuse que tenía cara de tonta, además no necesitaba mirarme en un espejo para saber que mis mejillas estaban totalmente coloradas, sonreí y moví la cabeza de arriba, abajo.

—Sí, sí quiero ser tu novia —, él me tomó por la cintura y nos abrazamos nuevamente.

Todos empezaron a aplaudir ¿por qué rayos estaban aplaudiendo? Ni que me fuera a casar ¡Dios mío qué vergüenza!

—¡Felicidades a los novios! —Exclamó Bruno mientras aplaudía. Y mi hermano silbaba.

Volteé a verlos a todos, mi mamá de levantó de la silla y llegó hasta nosotros.

—Bienvenido a la familia, Eric —y nos abrazó a ambos.

—Espero se cuiden mutuamente, — mi papá palmeó la espalda de Eric. —Gracias por ser un caballero, y respetar a mi hija.

Y yo seguía sin decir una palabra, lo bueno es que las lágrimas habían parado.

—Yo sabía que ustedes tenían algo, —comentó Elena con un tono de ¡te lo dije!

Y de último habló Adriano: —Muy buena elección hijo, Mabel se ve que es una chica grandiosa.

—Gracias a todos por sus cumplidos, —honestamente les agradecí a todos.

—Cuando los chicos estaban pequeños, y ellos se conocieron, supe que algún día terminarían juntos, o al menos serían grandes amigos, —Natasha me regaló una sonrisa, y yo se la devolví.

En lugar de un intercambio de regalos era de sonrisas (claro que por el momento), aunque me encantaba.

El timbre de la casa retumbó por todos lados, mamá se dirigió a abrir, y las personas que habían llegado, hicieron de la noche más alegre.

Matteo Wilson.

Junto a Alicia decidimos ir a la casa Hanson, ella estaba sola, y yo con mi papá, así que conducimos hasta allá, con algunos snacks y gaseosas. Apenas llegamos nos topamos con Sam, Ander, una señora, no sé de cuál de los dos era mamá. Y al parecer mi padre conocía a la señora, ella tenía un gran pastel en sus manos.

—¡Amalia Ford tanto tiempo! ¿Cómo estás? —Se dieron un abrazo en forma de saludo.

—¡Mario! Qué bueno verte, él es mi hijo Ander y su amiga Samantha.

Y viéndola bien, si tenían parecido, los mismos ojos grises, eran un poco más grandes, pero su tez era morena en comparación con Ander.

—Un gusto chicos, —mi papá les tendió la mano y ellos la recibieron —él es Matteo, mi hijo, y su novia Alicia.

Mi novia Alicia, todavía recuerdo aquella vez que le dije que no iba a ser su novio.

—Buenos días, novio —sonrió.

Siendo Adolescentes © [SIENDO #1| Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora