Capítulo 8. La espina de la duda

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Christina♛ 

No basto con mi encuentro de esta mañana con el príncipe desnudista, también tuve que soportar que el rey me mirase por un instante con repudio y allí me di cuenta que no estaba hecha para esta mierda, puede que se halla dado cuenta de que no me dejaría humillar, aunque sabía que eso al rey le importaba muy poco. Nunca antes la forma en que me veían los demás había sido un problema, pero ahora parecía que tenía que ser perfecta para ser aceptada y si, el grupito de doncellas a mi alrededor tenían todas algo en común, eran hermosas y delgadas. Y yo, resaltando lo que ya todos saben, era realmente diferente entre todas.

Me disculpe con una reverencia y salí del comedor real, me quite aquel estúpido adorno del cabello y el delantal que complementaba el uniforme de doncella, no sabía en que estaba pensando cuando acepte aquella propuesta, pero sí que lo sabía, no podía simplemente vivir de lo poco que tenía mi tía.

—Christina—la escuche decir detrás de mí y sabía que le debía una disculpa—No debiste salir así, eso fue irrespetuoso—no podía creer lo que habían pronunciado sus labios, no podía creer que la irrespetuosa había sido yo.

— ¿En serio tía Amelia?—le pregunte con disgusto—De verdad fui yo la irrespetuosa—ella miro a todos lados en aquel pasillo y luego se acercó a mí, coloco sus manos sobre mis hombros y me hizo mirarla a los ojos.

—Sé que esto es demasiado para ti, sé que has perdido mucho y que quizás esta no sea la mejor forma de ayudarte a superar la perdida, pero ellos, el rey, la reina, la princesa y el príncipe son los que me dan de comer, no te pido que cambies nada de ti Chris, solo soporta un poco—una lagrima rodo por mi mejilla, porque nunca antes me había sentido tan humillada.

—No sé si pueda, esto—dije alzando un poco la falda de aquel uniforme—No soy yo, no nací para ser sirvienta de nadie—Sabia que quizás mis palabras la ofendían, pero en mi defensa hablaba de mi persona y solo decía la verdad.

—Tomate el resto del día para que pienses que es lo que realmente quieres y si, realmente quieres hacer esto—la observe alejarse y volver entrar al comedor real, yo necesitaba respirar, tenía que salir de aquel palacio.

***

No conocía la ciudad, pero el taxista que me trajo al centro dijo que era imposible que me perdiera en un pueblo tan pequeño y tenía razón. Todos los comercios estaban concentrados en una sola área y junto a este se encontraba un pequeño parque donde decidí hacer mi parada. Observe con detenimiento el ir y venir de los ciudadanos de aquel pueblo. Canterbyll fuera de las paredes de palacio era solo eso, un pueblo común y corriente no poseía nada que pudiera sorprenderme.

—Christina—escuche que me llamaban, mire detrás de mí extrañada y me encontré de frente con unos ojos color avellana que ya había visto antes.

— ¿Su alteza?—dije, pero esta coloco un dedo sobre sus labios para que me callara. Me hizo un gesto con la mano para que me acercara a ella y en cuanto lo hice nos resguardo detrás de aquel gigantesco árbol— ¿Qué no debería estar en la seguridad del palacio?—resoplo con fastidio y me regalo una mirada de cejas alzadas.

Un chico muy bien parecido apareció ante nosotras en aquel momento y abrazo a Kathleen por la cintura, era bastante normal, no tenía pinta de ser noble u alguna persona importante y al parecer esta era la razón por la que su alteza real se encontraba en las afueras de palacio. El silencio que se instaló entre nosotros fue bastante incomodo, pero yo estaba procesando la situación, aunque viniendo de Kathleen nada debería sorprenderme.

—Clark ella es Christina, Christina él es mi novio Clark—Mire entre ellos tratando de descifrar que estaba ocurriendo—Sé que él no es el típico novio de una princesa, pero es el novio que esta princesa quiere—pude notar que se sintió algo avergonzada.

—No te estoy juzgando—dije con toda sinceridad—Nunca lo haría y no porque seas princesa—aclare.

—Mi familia espera que me case con un noble y es malditamente injusto, porque Andrew se puede casar con quien quiera, pero yo debo mantener el estatus de princesa y esa mierda la verdad es que no me interesa—Kathleen parecía molesta—Pero ese no es tu problema, ya tienes los tuyos para yo estar agobiándote con los míos, solo te vi y quise acercarme—Sabia lo que escondían sus palabras, pero yo guardaría su secreto.

—No diré nada, yo no te he visto—Pude ver el alivio arribar a su rostro, para ser princesa Kathleen parecía demasiado normal.

—Lamento haberte enviado a buscar a Ross esta mañana precisamente a esa área de palacio, la verdad es que quería que te decepcionaras de mi hermano—La mire confundida, que tiene que ver Andrew en todo esto—Tu eres diferente Christina y Andrew quiere una esclava que lo satisfaga en sus bajos deseos, no una esposa que lo acompañe en su reinado—sabía que se refería a lo de la depuración, pero la verdad era que yo no estaba interesada en eso, debía admitir que Andrew quizás era el sueño de toda mujer, pero a mi sinceramente y más después de lo de esta mañana él no me gustaba.

—Puedes estar tranquila, ni siquiera estoy interesada en tu hermano—Y era verdad, aunque no sé porque sentí la espina de la duda clavarse dentro de mí.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora