Capítulo 30. Mía o de nadie

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Christina

 Cortaron la transmisión y sentí un nudo en el estómago. Me sentí angustiada, aunque estaba más que segura que Andrew había hecho aquello porque tenía un as bajo la manga, él no actuaria solo por el puro impulso del momento. Mi tía quien se encontraba a mi lado tenía el rostro pálido y las manos temblorosas. Me acerque a ella y coloqué mis manos sobre las suyas para calmarla, giro el rostro y depósito su mirada sobre mí. Una llena de preocupación y angustia.

—No menciono su nombre tía —. Dije para tratar de tranquilizarla.

—Tú lo sabías —. Dijo sin más —, sabías que Andrew había recuperado la memoria —mentirle no ayudaría en nada, al final se daría cuenta de que siempre estuve enterada.

—Me entere hace poco, pero no tienes de que preocuparte, te repito que Andrew no menciono su nombre —aparto sus manos de las mías con poca sutiliza.

—Aun así lo expuso y tú parece que todavía no conoces a esa gente, no sabes de lo que son capaces de hacer por ocultar la verdad. Todo esto es por tu culpa —la mire sorprendida y también dolida. Cómo se atrevía a culparme cuando había cargado sobre mis hombres con el peso de toda esta situación.

Me quedé en absoluto silencio y observé la culpa arribar a su rostro, sin embargo sabía que había querido decirme aquello desde hace mucho tiempo. Desde el día en que salimos de palacio. Me levanté de la silla, le di la espalda y pose la mirada en el jardín. Tenía la certeza de que aunque no lo pronunciara con sus labios, no estaba nada feliz con esta vida, prefería estar en palacio cerca del rey, porque ella todavía lo amaba.

—Christina lo siento —se disculpó con pesar.

—Lamento que sea lacerante para ti ver cómo Andrew y yo nos queremos, que él, al contrario de su padre esté dispuesto a todo con tal de estar conmigo. Siento mucho que su majestad haya sido un cobarde y nunca te hubiera apoyará en la crianza de Drew—me arrepentí de haber dicho eso, no obstante no me podía retractar.

— ¿Qué dices? —Cuestiono mi primo quién había llegado justo en aquel momento — ¿mamá? —se dirigió a su madre confundido y yo realmente no supe que hacer.

—Déjame explicarte —se apresuró a decir Amelia, sin embargo Drew se aproximó hacia mí y pude ver que buscaba una respuesta en mi mirada. Una muy diferente a la que realmente quería escuchar.

—Eso no puede ser verdad —aquello se escuchó como una súplica, sabía que buscaba desesperado que no fuera verdad, yo no era quién para decirle la verdad.

La señora Dupont entro en la habitación en aquel momento y por la expresión de su rostro sabía que algo ocurría. Unos hombres con los uniformes de la guardia real aparecieron detrás de ella y entendí de inmediato lo que los había traído hasta aquí. Los miembros del Parlamento no perdían el tiempo y sabía que Andrew los había puesto en una situación demasiado delicada. Sin heredero al trono la línea de sucesión se rompería.

—Duquesa —. Se dirigió a mi uno de los guardias inclinando la cabeza —Se solicita su presencia en palacio y la de su primo Drew Bradford —. Drew y yo nos miramos entre si y luego regrese la mirada a los dos hombres.

— ¿Porque se requiere de nuestra presencia? — pregunté, sabía que era estúpida esa pregunta dadas las circunstancias, pero no confiaba en estas personas.

—Los miembros del Parlamento, junto con la familia real solicitan una audiencia de emergencia con usted y el señor Drew —Esto no era bueno para mí primo, no estaba en condiciones de enfrentar a su padre dadas las circunstancias.

—Drew está indispuesto en este momento, pero yo los acompañaré y puedo tener esa audiencia que están solicitando —los hombres se miraron entre sí y comprendí que la presencia de mi primo era esencial.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora