Capítulo 26. Suya

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Christina

Los latidos de mi corazón se aceleraron y el libro resbalo de mis manos ¿Que buscaba Andrew aquí? Me cuestione y apartando la mirada de él la pose sobre Kathleen quién se encontraba sentada en la primera fila. Se puso de pie, giro sobre sus talones y se encontró de frente con la mirada de su hermano. Denisse mi editora recogió el libro del suelo, se acercó a mí y me miro llena de confusión.

—Duquesa debemos comenzar la firma de libros—. Dijo mirándome con atención.

—Necesito un minuto para tomar aire fresco—le pedí, ella asintió en afirmación y camino hacia el podio.

En unos minutos estaremos iniciando con la firma de libros—. Anuncio, mientras yo me perdía detrás del escenario.

Camine apresurada bajo la atenta mirada de todo el staff y abriendo la puerta de emergencia salí a la gélida noche. Coloque una de mis manos sobre el pecho para tratar de calmar el golpeteo de mi corazón. Pensé que lo había comenzado a olvidar, estos últimos meses estuve tan concentrada en terminar mi novela que pensé lo había superado, pero todo solo era un espejismo, un anhelo de mi corazón, porque Andrew seguía intacto dentro de mí. Siga tan vivo y presente como la primera vez.

— ¿Christian?—le escuche decir detrás de mí algo confundido y me puse recta, mientras comenzaba a sentir que me faltaba el aire.

Gire sobre mis talones y él comenzó acercarse despacio hacia mí y no pude moverme. Me perdí en su mirada, no pude evitar quedar hipnotizada por sus ojos, olor de su perfume y su entera presencia. Sostuvo una de mis manos tomándome por sorpresa y la coloco sobre su pecho, su corazón latía desbocado.

— ¿Porque late tan rápido?—. Pregunto mientras sus dedos se cerraban con firmeza sobre mi mano—Tú haces que mi corazón lata demasiado rápido y no entiendo por qué —se acercó un poco más y pensé que me desmayaría.

—Su alteza —. Dije con nerviosismo y dejando ir en ese momento mi mano coloco ahora la suya sobre mi rostro.

Acaricio mi mejilla con el pulgar y no sé porque sentí que intentaba reconocerme. Todo mi cuerpo tembló y no sabía si era por el frio u el hecho de tenerlo tan cerca. Era probable que fuera la segunda opción.

—Mis manos parecen reconocerte, pero mi memoria esta en blanco y es muy extraño —acaricio mis labios y acerco su rostro al mio.

—No debería acercarse tanto su alteza—aparte la mirada de sus ojos y la lleve al suelo.

Me tomo por la barbilla y me obligo a mirarlo de nuevo. Sus dedos se sentían tan suaves como una pluma, así como los recordaba y un escalofrió me estremeció de pies a cabeza. Sus labios solo se encontraban a pocos centímetros de los míos y su aliento me hizo cosquillas; cerré los ojos frente a la anticipación de lo que estaba por pasar y aunque sabía que podría traer consecuencias quería que lo hiciera.

—Es hora de volver Christina—. Interrumpió mi editora. Andrew miro a Denisse y luego regreso su mirada hacia mí—Su alteza—. Dijo está haciendo una reverencia al reconocerle.

—Eres la sobrina de Amelia—contrajo el rostro y me asuste, entonces decidí que era momento de regresar al evento y apartarme por completo de él.

—Entremos, no puedo hacer esperar a mis lectores—lo mire una última vez y luego hice una reverencia—Un placer conocerle su alteza—me despedí, mientras un hombre llego casi corriendo donde nos encontrábamos y se acercó a Andrew.

Agradecí interiormente que alguien aparecía en aquel momento, conocía muy bien las consecuencias de que este acercamiento se llegara a filtra y ahora mismo no podía darme el lujo de encontrarme en una situación tan delicada como esa. Mi posición era demasiado importante y aunque me moría por estar de nuevo en sus brazos, sabía que debía mantenerme lejos.

¡Señorita Young, señorita Young!—. Dijeron varias personas al unísono y algo emocionados cuando estuve de regreso en la habitación.

Me esforcé en regalarle una sonrisa y me percaté de que Kathleen me miraba preocupada. Sabía que su hermano la cuestionaría y esperaba que ella se mantuviera al margen. Su relación con Susan no era la mejor, sin embargo ella sabía que el riesgo de contarle todo a su hermano era demasiado alto y las consecuencias desastrosas.

— ¿Tú nombre?—. Pregunte a la primera persona en la fila, porque el show sin importar que, debía continuar.

♛♛♛

Termine la reunión con mi editora aquella mañana y la señora Dupont entro seguido a mi oficina. Supe por su mirada que algo pasaba, aunque la señora Dupont era algo exagerada casi la mayoría del tiempo y era probable que lo que hubiese venido a decirme no fuera de tanta importancia, sin embargo se tomaba todo muy en serio.

—Disculpe señora duquesa—inclino la cabeza aunque ya muchas veces le había dicho que no era necesario.

—Le escucho—. Dije depositando toda mi atención sobre ella.

—El relacionador público de palacio esta al teléfono en estos momentos y dijo que el futuro rey y su prometida quieren hacer una visita a la villa Bradford—la sonrisa desapareció de mi rostro y me quede por un segundo en blanco—Señora, debo darle una respuesta—insistió y comencé a sentirme ansiosa.

—Acepte su visita y que mi tía sea quien les atienda—la señora Dupont me regalo aquella mirada que no me gustaba.

—El príncipe pidió que usted en persona sea quien los reciba, quiere que le firme su copia del libro y tener una conversación sobre futuras alianzas entre el reino y la villa—sabía que esto le incomodaba tanto como a mí, pero no podíamos incomodar a la familia real.

—Preparemos todo para su recibimiento, creo que no tengo otra opción—inclino la cabeza y salió de la habitación. Tenía que estar preparada mentalmente para esta reunión.

♛♛♛

Los sirvientes como siempre hicieron un maravilloso trabajo con el jardín y la señora Dupont recibió a los invitados y los guió hasta este. Los espere con una gran sonrisa, aunque la tensión entre Susan Wesley y yo era bastante notable. Hice un reverencia y les ofrecí que se acomodaran, mientras los sirvientes nos servían un poco de té para aligerar el ambiente.

—La casa es hermosa, señora duquesa—. Comento Susan y yo asentí con una sonrisa.

—Muy grande para mi gusto personal, sin embargo me he adaptado muy bien a ella—. Andrew me miró con atención y me sentí inquieta.

—Necesito usar el baño ¿puede mostrarme donde se encuentra ?—fue demasiado extraño porque apenas y acababa de llegar, sin embargo no quería pasar por descortés, ni mucho menos quería dejar en evidencia cuanto me afectaba su presencia.

—Señora Dupont, acompañe a lady Wesley en lo que le muestro donde está el baño a su alteza real—. Andrew dejo un beso sobre la mejilla de Susan y sentí una punzada de celos que me desconcertó, pero no mostré expresión alguna.

Sentí sus pasos detrás de mí, firmes y determinados que se acompasaban con los latidos de mi corazón. Me detuve frente a la puerta del baño y me hice a un lado para que pudiera pasar, sin embargo nunca imagine lo que se atrevería hacer a continuación.

Pego mi espalda a la pared y recargo todo el peso de su cuerpo sobre el mio. Su aliento me hizo cosquillas en los labios y trate de empujarlo, pero me tomo con firmeza de las muñecas impidiéndolo. Su mirada era oscura y sentí como su firmeza comenzaba a clavarse en mi estómago.

—Andrew—. Dije, pero este me callo colocando sus labios sobre los míos y temí que en cualquier momento entrara alguien y nos descubriera.

—Tú aroma, tú sabor, tú cuerpo todo me es tan familiar—volvió a besarme luego de decir aquello y entendí que esto se saldría de control.

—Deténgase—. Implore apartándome de sus labios y puse distancia entre nosotros, sin embargo él no estaba dispuesto a dejarme ir.

—Eres mía—. Susurro sobre mis labios y sentí mis piernas flaquear—Yo sé—admitió con determinación—que tú eres mía—y entendí en aquel momento que quizás él estaba comenzando a recordarme.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora