Capítulo 36. Dimitri Hall

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Andrew

Un día antes, fiesta de compromiso

—Ponte mi chaqueta —demande a uno de mis hombres y este me miro alarmado.

—Pero, su alteza eso es...—lo mire con dureza y este con temor aparto sus ojos de los míos.

—Te lo estoy ordenando—. Dije con tono severo y por un momento recordé al Andrew del pasado, ese que abusaba de su autoridad y que no tenía el más mínimo respeto por nadie. —Quiero que te mezcles entre los invitados, tomes una copa y finjas ser uno de ellos hasta que yo regrese —se colocó la chaqueta sin más opción y antes de alejarse hizo una reverencia.

—Como ordene, su alteza—camino del regreso al salón con paso sigiloso y sabía que aquello que le había pedido era demasiado arriesgado, sin embargo no había otra opción.

Tomo una copa, miro por encima de su hombro tan solo un segundo y luego se perdió entre los invitados haciendo exactamente lo que le había pedido. Vigilé que ninguno de los guardias estuviera cerca y seguí los pasos de Christina. Nuestra última conversación me había dejado demasiado inquieto y necesitaba ver con mis propios ojos que ella se encontraba bien. La habitación se encontraba a media luz y ella se giró hacia a mí en cuanto se percató de mi presencia, asegure la puerta detrás de mí y me aproxime hacia ella, no pude evitar estrecharla en mis brazos y besarla.

— ¿Cómo estás? —susurre sobre sus labios y la observé cerrar los ojos.

—Lo estoy soportando, porque tengo fe en que todo esto terminará pronto Andrew —acaricie su rostro y volví a besarle, sabía que pasaría demasiado tiempo hasta que pudiera volver hacerlo de nuevo.

—Todo esto va a terminar pronto. Lo prometo —estaba dispuesto a todo con tal de hundir a Paxton y a todo aquel que estuviera de su lado. Le arrebataría todo y lo dejaría hundido en el lodo.

La señora Dupont entro en la habitación en aquel momento y por la expresión de su rostro sabía que algo no estaba bien. Vigilo el pasillo y aseguro nuevamente la puerta, se aproximó hacia nosotros con cautela e hizo una inclinación de cabeza en cuanto estuvo frente a nosotros. Las paredes de esta casona tenían oídos y por eso debíamos ser cuidadosos con cada palabra, paso o movimiento, porque no sabíamos quién nos estaba asechando.

—Se atrevió a convocar una reunión bajo este techo ese hombre de verdad que no conoce los límites —. Christina contrajo el rostro y apretó mi mano —. Betania nos dará los detalles de dicha reunión ya que fue convocada en persona por Rhina Clark, pero su alteza, excelencia—expreso con evidente preocupación — por ahora lo mejor y más prudente es que ustedes permanezcan separados, estos encuentros podrían perjudicarlo todo —miro entre nosotros y pude ver el miedo reflejado en su mirada —tenemos que estar muy alerta y anticiparnos a su próximo movimiento.

Alguien tocó la puerta en aquel momento y todos nos quedamos en absoluto silencio por lo que pareció ser un largo momento. Christina ejerció mucho más fuerza sobre mi mano y trate de calmarla.

—Soy yo, Amelia —escuchamos decir y la señora Dupont se apresuró hacia la puerta. Amelia entro de manera apresurada a la habitación—Dos de sus guardias fueron por él. Paxton estará en cualquier momento de regreso. —sabía lo que aquello significaba y debía moverme rápido.

Deje un corto beso sobre los labios de Christina y regrese al salón de baile con la señora Dupont siguiéndome los pasos. Me encontré con mi guardia en el pasillo quién se apresuró a entregarme la chaqueta, tome una copa de uno de los mozos y volví a mezclarme entre los invitados justo en el momento en que Paxton posaba la mirada sobre mí, levante la copa hacia él y le regale una sonrisa maliciosa. Las piezas apenas empezaban a moverse y el rey pronto aplastaría al peón.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora