Capítulo 40. Partido en dos

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Andrew♚ 

Las trompetas resonaron y el corazón me comenzó a latir con fuerza. Ahora ya no había marcha atrás, ya no existían impedimentos, porque mi camino había estado marcado desde el momento en que nací y había llegado el momento de continuarlo. Pose la mirada sobre mi familia y en aquel momento no pude comprender la expresión en el rostro de mi padre, pero quizás quise creer que también se encontraba nervioso por este nuevo acontecimiento, había sido monarca por demasiado tiempo y sabía que le costaría adaptarse al cambio. Le costaría estar bajo mi mando.

—Es hora —anuncio el vocero real, pero alguien entro en la habitación antes de que siquiera diera el siguiente pasó.

—Disculpe alteza —. Dijo Betania al tiempo que se inclinaba ante mí.

—Pero, ¿¡Cómo osas de interponerte en el camino del futuro rey!? —sentencio mi padre con voz estruendosa y lo mire de mala manera.

—Necesito hablar a solas con usted antes de que salga —la mire confundido —Es urgente —una extraña sensación se apodero de mí. Una que tenía la certeza presagiaba algo muy malo.

—Lo que tengas que decirle a su majestad, que ya debes tratarlo con ese nivel de respeto, puedes hacerlo delante de su familia —sabía que a mi madre no lo caía bien Betania, aunque nunca allá dicho nada al respecto.

La mujer para frente a mí parecía encontrarse en un dilema, pero no tenía opción y ella lo sabía. Fijó la mirada sobre sus pies y la observé estrujarse las manos con ansiedad cosa que nunca antes había hecho, entonces lo entendí. Lo que había venido a decirme tenía que ver con aquel hombre e involucraba a Christina, sabía que debía prepararme para lo peor.

—Su excelencia —miro dónde se encontraba mi familia y luego volvió a depositar la mirada sobre mí y trato de fingir serenidad —.El duque de York hizo su jugada, si damos un paso adelante, si seguimos adelante con el plan perderá la corona —las murmuraciones no se hicieron esperar en aquella habitación, entonces mi padre se aproximó hacia nosotros y sentí todo el peso de su presencia sobre mí.

—Ni pienses en hacer algo estúpido —. Dijo con los dientes apretados y sabía que se encontraba más que molesto, enfurecido por lo que había escuchado — la coronación debe continuar sin retrasos, ni inconvenientes ¿Entendiste? —me sentí desconcertado, perdido ante sus palabras, porque todo por lo que tanto habíamos luchado comenzaba a derrumbarse. Paxton Hall nos había destruido.

Las trompetas resonaron de nuevo y en mi interior se había comenzado a desatar una tormenta. De esas que amenazaban con acabar con todo, con la poca tranquilidad que había conseguido en los últimos días y era que con el simple hecho de saberme perdedor de darme cuenta de que perdía a Christina, de saber que todo nuestro esfuerzo había sido en vano. Hacía que todo perdiera sentido.

—Tienes que ser fuerte —escuche decir a Kathleen y pose la mirada sobre ella al tiempo que los portones se abrían de par en par descubriéndome ante aquellas personas.

Obligue mis piernas a moverse cuando los portones se abrieron por completo y Betania se hizo a un lado para que pudiera seguir mi camino. Me dije a mi mismo que esto solo una piedra de tropiezo y cuando tuviera todo el poder en mis manos iba arrancar de raíz aquella maleza que lo único que había hecho era envenenarlo todo. La oblación de los presentes nos recibió y me obligo a dejar atrás mis pensamientos, no pude evitar mirar a la gente y entre todo aquel gentío los vi, sin embargo al mirar la angustia en la mirada de Christina prefería mil veces no haberlo hecho.

—Sigue caminando —demando de mi padre detrás de mí y regrese la mirada al frente, porque ya no había vuelta de página.

El obispo esperaba de pie junto al trono y se inclinó ante mí mostrando su respeto. Subí aquellos peldaños y me coloqué junto a él de frente a todo los allí presentes mirando un punto fijo en la lejanía, porque sabía que no lo podría soportar. No podría simplemente pararme allí y ver cómo aquel hombre me arrebataba lo único real que tenía en la vida, no podía soportar ver de nuevo la tristeza en los ojos de la mujer que amaba y era muy probable que ahora no podría hacer nada para salvarla.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora