♛Christina♛
Me mire al espejo y mis mejillas estaban sonrojadas. Sentí un ligero ardor en mi entrepierna, pero eso no evito la sensación de triunfo que me invadió por dentro en aquel momento. Por primera vez Paxton no se había salido con la suya, aunque con lo vengativo que era sabía que buscaría la manera de hacerme pagar mi atrevimiento, sin embargo no estaba sola y aunque seguía teniendo cierta resistencia respecto a mi relación con Andrew, sabía que podía contar con él.
—Mi lady—me llamo mi doncella sacándome de mis pensamientos—Su tía quiere pasar a verle—asentí mientras miraba la hora en el reloj que adornaba mi maquillador.
—Ya puedes irte a dormir—le sugerí a la chica y esta salió dándole paso a Amelia.
— ¿Qué raro tú despierta a estas horas?—le pregunté, ella se sentó sobre la cama y me regalo una extraña mirada a través del espejo.
— ¿Está todo bien?—cuestiono con tono preocupado y me puse alerta.
—Si ¿porque no habría de estarlo?—indague. Ella se levantó se acercó a mí y coloco sus manos sobre mis hombros.
—Madame Hall—no me gustaban los rodeos y ella lo sabía, sé que pudo percibir la molestia en mi mirada.
— ¿Qué pasa con ella?—me gire hacia ella causando con aquel movimiento que sus manos se aparataran de mis hombros—Habla de una vez Amelia, no le des tantas vueltas al asunto—se estrujo las manos con ansiedad y llevo la mirada al suelo.
—La escuche hablando con alguien muy molesta y menciono tu nombre, algo sobre que no cumpliste con tu parte del trato —me mantuve serena, porque no podía hablar con ella sobre esto. Amelia simplemente no lo entendería y yo no estaba lista para abrirme con ella.
—No soy la única con ese nombre ¿lo pensaste? —Le pregunte tratando de mantener un tono de voz neutro—pudo haber estado hablando de cualquiera. Te preocupas por nada tía—me miro con sospecha, pero luego de unos segundos pareció estar tomando mi palabra —Debo madrugar mañana así que tengo que descansar, tú deberías ir a dormir también—le sugerí. Ella me regalo una sonrisa, dejo un beso sobre mi frente y salió de la habitación sin hacer más preguntas.
Era mejor que mi tía se mantuviera al margen de toda esta situación, no era opción lastimarla. Como tampoco era opción que viviera una humillación más en su vida.
♛♛♛
Respire profundo, plante una sonrisa en el rostro y salí escoltada por mi doncella como cada mañana. Andrew esperaba por mí de pie frente a la puerta y dejo un corto beso sobre mis labios que me hizo sentir un revoltijo en el estómago ¿me estaba enamorando? ¿Era así como se sentía cuando uno se enamoraba? Había experimentado muchas cosas en mi vida y escribía sobre historias de amor fuertes y profundas, pero ese sentimiento de amor por una persona fuera de mi familia nunca lo había sentido.
—Su alteza, mi lady—Madame Hall hizo una reverencia frente a nosotros y sabía que no había sido coincidencia nuestro encuentro en el pasillo. Andrew dio un paso adelante, se colocó a su lado y vi la actitud retadora en los ojos de aquella mujer. No podía negar que siga causándome escalofríos.
—Es mejor que su hijo se abstenga de querer joderme—se apartó de ella, me tomo de la mano y la miro desafiante—dígale a Paxton que ya no hay nada que me pueda quitar. Que Christina es solo mía ahora y que su truco solo sirvió para unirme mucho más a ella—Sabia que ella había entendido aquel juego de palabras y también no pude notar la rabia arribar a sus ojos.
Andrew me arrastro con él y seguimos nuestro camino. No soltó mi mano en ningún momento y todavía no me acostumbraba a toda aquella cercanía. Nos detuvimos en la entrada del comedor y nos miramos en silencio por lo que pareció una eternidad. Y aunque me negaba admitirlo algo había cambiado entre nosotros, nuestra relación ya no estaba en aquel punto donde no sabíamos que queríamos el uno del otro. Ahora guardábamos un secreto y aquello nos había unido más de lo que yo me había imaginado.
ESTÁS LEYENDO
Una reina sin medida (Plus size Queen #1)
RomanceChristina Bradford había perdido a su familia por culpa de la pandemia y su sueño de convertirse en una gran escritora se encontraba en la cuerda floja. El poco dinero que tenía ahorrado tuvo que utilizarlo para los gastos fúnebres y si le sumábamos...