Capítulo 17. Sumisa

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Andrew

Me acomode la chaqueta y me mire un segundo en el espejo. Sabía que la primeras impresiones siempre eran importantes y por eso debía decirle algunas cosas a Christina antes se presentarse ante el parlamento y trataran de devorarla como un león a su presa. Agradecí a mi sirviente y lleve mis pasos al pasillo para dirigirme al ala este de palacio. Ella se encontraba de espaldas de pie sobre el balcón, mirando con devoción los jardines de palacio, aunque podía percibir cierta pesadez por la forma en las que se encontraban sus hombros. Se giró hacia mí y en cuanto sus ojos se encontraron con los míos una triste sonrisa afloró en sus labios.

— ¿Nerviosa? —le cuestione y volvió apartar sus ojos de mi para posarlos en la lejanía.

—Cuando ibas a decirme lo de Drew—el tono de su voz había sido brusco era probable que se encontrara molesta—Ya entiendo porque tu padre accedió a esta locura, no le dejaste otra opción—Se sintió extraño tanta frialdad de parte suya.

—Quizás fue descarado de mi parte usar eso contra de mi padre, pero era eso o pasar la vida amarrado a una mujer por la que no sentía nada—nuestras miradas se encontraron de nuevo y sus facciones se suavizaron.

— ¿Qué estamos haciendo Andrew?—pregunto con algo de angustia—Estas a tiempo de frenar esta estupidez—No sé por qué sentí que volvíamos alejarnos, cuando anoche quedo más que claro que algo pasaba entre los dos. Aunque también sentía que ella era la que insistía en alejarse de mí, no lo permitiría.

—No te preocupes por nada—dije mientras tomaba su mano y me acercaba a ella, tenía unas ganas inmensas de besarla, pero me contuve—todo va estar bien—le consolé, pero su mirada me desconcertó y allí entendí que algo más le molestaba.

— ¿Por qué ese hombre sigue aquí? ¿Porque Paxton Hall no se ha marchado? —no quería preguntar sobre lo que había pasado entre ellos para no incomodarla, sin embargo sabía que aquella conversación aunque no fuera justo en este momento alguna vez iba a ser necesaria.

—Se ira pronto, me encargare de que así sea. Ahora debemos irnos—le ofrecí el brazo y la observe tomar una larga respiración, mientras le decía en voz baja de camino lo que debía hacer en aquella reunión.

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La reunión de presentación era nada más y nada menos que la ocasión propicia en la que el parlamento hacia uso de su autoridad y cuestionaba el más mínimo detalle de quien pretendía formar parte de la familia real y en este caso aspirar a uno de los lugares más importante de la jerarquía que era convertirse en uno de los monarcas. Le dije a Christina que fuese ella mismas y sin importar lo difícil que fuera la pregunta contestara con la verdad y toda naturalidad, no dijo nada solo asintió y me regalo una triste sonrisa que me puso algo nervioso.

—Prometo que te voy a recompensar después que todo esto termine —le susurre al oído—No uses nada debajo de tu falda—no me miro, pero no tuvo que hacerlo. El sonrojo en su rostro lo dijo todo.

Hacen su entrada a esta reunión extraordinaria Lady Christina Bradford y nuestro futuro rey el príncipe Andrew Middleton —todos se pusieron de pie y las trompetas resonaron mientras acompañaba a Christina al podio en el centro del salón, apreté suavemente sus manos y me marche a mi lugar junto a mis padres.

Puede presentarse por favor—inicio una de las miembros del parlamento.

—Amelia Christina Bradford Young—la primera vez que escuche su nombre completo había entendido porque Amelia la quería tanto y porque se empeñaba en mantenerla alejada de mí.

Puede decirnos ¿Porque está aquí el día de hoy señorita Bradford?—pregunto otro de los miembro rebuscando sus papeles.

—Aspiro al título de futura reina de Canterbyll señor —todos la miraron, incluyendo mis padres porque no titubeo al decir aquello.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora