Capítulo 16. La tormenta

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Christina

Un año, eso era lo que había dicho Andrew. Aquel era el tiempo establecido de preparación para convertirme en reina y sabía que muchas cosas podrían pasar durante ese periodo de tiempo, cosas que no sabía si estaba preparada para enfrentar, pero ya había dado el primer paso y yo no era de las que daban marcha atrás. Habían traído todas mis cosas a mi nueva habitación, aunque no se sentía tan mía y la tía Amelia también se había mudado de cuarto, porque ahora nuestro estatus era muy distinto, quien hubiera imaginado que las bromas sobre mi apellido al final se convertirían en una extraña realidad.

Tome una larga respiración y trate de ponerme al día con mis escritos. Sabía que cuando toda la locura iniciaría de forma oficial tendría que posponer mi sueño y dedicar el tiempo a convertirme en un monarca. Ahora mismo no entendía porque había accedido si ni siquiera comprendía lo que comenzaba a sentir por Andrew, pero aquí estaba dispuesta a seguir adelante.

—Disculpe mi lady —dijo de manera cautelosa una de mis doncellas—Su tía, la señora Amelia quiere pasar a verle—me sorprendió aquel protocolo, porque Amelia era mi familia no entendía las formalidades o no me acostumbraba a ellas.

Asentí mientras mi tía entraba en la habitación y le hacía un gesto de cabeza a la muchacha. Deposito su atención sobre mí en cuanto estuvimos solas y tomándome por sorpresa se lanzó a mis brazos y la escuche sollozar.

—Gracias por hacer esto por nosotros Christina—contraje el rostro extrañada—había luchado tanto para que Drew fuera reconocido y tú has llegado hacer eso realidad—estaba algo confundida, no entendía a qué se refería, sin embargo de alguna forma debía descubrirlo.

—Son mi familia —afirme—Sin importar que, haría todo por ustedes —me aparte de sus brazos y la mire con atención.

—Sé que su majestad no lo reconocerá como su hijo, pero por lo menos tendrá el lugar que merece en esta monarquía—sabía que mi rostro había cambiado, porque era difícil para mí creer lo que había escuchado.

— ¿De qué hablas?—inquirí

—No lo sabias—expreso con el rostro ensombrecido.

—Drew es hijo del rey —afirme con incredulidad y Amelia miro a su alrededor con inquietud.

—Pensé que Andrew te lo había contado—negué con la cabeza, porque al parecer nuestra relación todavía no llegaba a ese nivel y me puse de pie para acercarme a ella.

—No entiendo nada ¿tú y el rey?—la mire cuestionante porque todo esto era demasiado confuso.

—En resumen, André me eligió, pero su padre ya había hecho su elección, solo que no sabía que estaba embarazada, ni yo tampoco en ese momento y al final tuve que callarme—siempre sospeche que en la familia había secretos, mi padre siempre que tomaba decía cosas como "Amelia nos iba a sacar de la pobreza" ahora entendía porque—Te pido que seas fuerte, porque André no es el mismo de aquel entonces, sé qué hará todo para proteger la imagen de la familia real, sin importar a quien tenga que llevarse por delante—dejo un beso sobre mi frente y salió de la habitación apresurada, dejándome con un nudo en el estómago.

Me deje caer sobre la silla, porque debía procesar demasiadas cosas, sin embargo mis primeros deberes como futura reina no dejaron que esto sucediera.

—Mi lady—dijo la doncella haciendo una reverencia—debemos prepararle para la reunión de presentación, su alteza real el príncipe Andrew pasara por usted más tarde—asentí y le regale una triste sonrisa. Y sentí dentro de mí una sensación un tanto extraña que sabía me acompañaría por mucho tiempo.

♛♛♛

Me mire en el espejo y solo vi a una extraña. La doncella termino de ajustar mi vestido; hice una mueca de dolor porque estaba demasiado ajustado, pero tuve que tragarme mis quejas. Esto ni siquiera había empezado y ya me encontraba abrumada, porque quien iba a decir que mi llegada a esta palacio cambiaría mi mundo, cuando lo único que quise fue quedarme entre las sombras hasta el día en que pudiera marcharme.

—Puedes irte, yo termino—apure a la chica quien me regalo una mirada apenada a través del espejo. Sabía que podía percibir mi incomodidad.

Y me sentí atrapada. Por un lado estaban mis sentimientos los cuales no estaban claros, porque tenía que admitir que Andrew me gustaba, porque a que mujer no le gustaba un hombre como él, aunque también me asustaba sentir mucho y al final salir lastimada y por el otro lado estaba el honor de mi familia aunque no era la más indicada para defenderlo, pero ahora mismo aquella carga pesaba sobre mis hombros.

— Andrew aun no estoy...—dije cuando escuche pasos, pero selle mis labios. Porque la persona que había entrado en la habitación no era él.

—Simplemente hermosa—dijo con voz profunda y trate de mantener distancia de él.

—No deberías estar aquí, Andrew vendrá en cualquier momento—una sonrisa sarcástica adorno sus labios, mientras daba un paso hacia.

—Te preocupa lo que piensa el príncipe, eso quiere decir que sientes algo por él, interesante—dio otro paso sigiloso y comencé a sentirme temerosa.

—Paxton te lo suplico aléjate de mí, de nosotros —se borró la sonrisa que adornaba sus labios y fue sustituida por aquella mascara fría que le caracteriza.

— ¿Qué crees que pase si tú adorado Andrew se enterara de tu sucio secreto?— indagó con frialdad y vi la maldad arribar a su mirada —Peor aún ¿qué crees que pase si el rey se entera de que su nuera, la futura reina era una sumisa? —sentí una fuerte presión en el pecho, porque escuchar esa palabra de nuevo trajo a mi mente dolorosos recuerdos.

—No te atreverías —trate de sonar desafiante, pero aquello solo le divirtió.

—Acaso no me conoces Christina, ya olvidaste de lo que soy capaz—sabía que aquello no era una pregunta, sino una afirmación y una amenaza—Olvidas quién le dijo a tus padres lo que hacías por dinero—lo mire con rabia, porque recordar aquello me hacía sentir sucia, era demasiado lacerante, porque todo aquello lo hice para ayudar a mi familia, aunque al final fue una de las peores decisiones que tome en mi vida.

—Entonces adelante, corre como el cobarde que eres a contarle mi pasado al rey, mejor a todos en este palacio—negó con la cabeza mientras aquella maldita sonrisa volvía adornar sus labios, esa que transmitía tanta maldad que me causo escalofríos.

—No comas ansias mi adorada Christina—dijo mientras se aproximaba mucho más hacia mí—En un año por estas fechas, el día de la coronación le romperás el corazón a tu querido Andrew, así mantendrás a salvo tu sucio secreto y yo le demostraré cuál de los dos es más poderoso.

Me dio la espalda; salió de la habitación con aquel aire de superioridad. Y estaba pasando de nuevo. Paxton volvía a pasar como una tormenta por mi vida y tuve la certeza de que volvería a destruirme de nuevo.

Una reina sin medida (Plus size Queen #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora